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MORELIA, Mich., 14 de junio de 2023.- Aunque recientemente fue objeto de un decreto gubernamental que va por su cuidado y protección, las huertas de aguacate en el Cerro del Águila, ahí se quedarán, no serán derribadas, pese a que ese sea el dictado extremo de la norma ambiental.
Aún no se tiene un conteo definitivo de cuánta superficie ha sido objeto de cambio de uso de suelo, ilegal, por supuesto, que desapareció bosques para dar paso al llamado oro verde.
Tan suficientes son, que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla decretó la salvaguarda de más de dos mil hectáreas, las cuales permiten vida a la Mintzita y esta a su vez, da viabilidad a Morelia como ciudad, pues de ahí se suministra el 40 por ciento de agua que consumen los morelianos.
“En el ambientalismo más radical, pues la idea sería derribar las huertas, pero vemos que eso es poco factible”, analiza el Secretario del Medio Ambiente en Michoacán, Alejandro Méndez.
Más bien, él ve, con mayor viabilidad, un arreglo con los productores de aguacate que ya están asentados, sin que sea un signo de debilidad gubernamental.
La propuesta del gobierno, parte de la premisa de ordenar la industria y dar viabilidad ambiental al cultivo más emblemático de Michoacán, pero también ya, el más satanizado.
Existe la posibilidad de reconocer, previa compensación, que aquellos que cometieron una falta la compensen en zonas y espacios de restauración, anticipa el funcionario.
En una larga entrevista con Quadratín, Alejandro Méndez habló de la idea inicial del Gobierno de Michoacán, pero que deberá ser consensuada con la Semarnat, la Profepa y otras instancias federales.
Y es que el exdiputado local explica que el tema de cambio de uso de suelo y sus sanciones, son del orden federal.
Recuerda que el último permiso de cambio de uso de suelo para uso agrícola, fue en 1987, pero aun así, las zonas aguacateras se han tragado a los bosques.
“Se cerró la ventanilla y muchos se fueron por la ilegalidad”, resume.
Alejandro Méndez habla de la necesidad de cambiar el paradigma, las regulaciones por acciones más actuales que ponga freno al cambio de uso de suelo, finalmente el verdadero delito.
Por eso aclara que el cultivo de aguacate no es ilegal, lo ilegal es el cambio de uso de suelo y las formas en que se da, por norma, el incendio provocado y la tala ilegal.
Hoy, dice, el Gobierno del Estado reconoce el problemas y va agarrando el toro por los cuernos.
“No podremos voltear para otro lado, mientras nuestros busques sean devastados”, concluye.