MORELIA, Mich., 9 de julio de 2018.- Aunque Francisco Cedillo de Jesús ganó en tribunales y se quedó con la primera posición de la lista de representación proporcional de Morena, por lo que formalmente es diputado electo del Congreso de Michoacán para la 74 Legislatura, la dirigencia del partido lopezobradorista, que reclamaba el espacio para el ícono autodefensa José Manuel Mireles, analiza expulsarlo.

Y es que, si bien algunos de los diputados electos de Morena evitan pronunciarse, y señalan que se ajustarán a las disposiciones del órgano jurisdiccional, otros liderazgos del partido señalan que independientemente de su designación como diputado plurinominal, está abierto en proceso de expulsión del partido ante su órgano interno de justicia partidaria.

Fue Osvaldo Ruiz Ramírez, representante legal de Morena ante el Consejo Local del Instituto Nacional Electoral (INE) y uno de los principales liderazgos del partido lopezobradorista en la capital michoacana, quien, si bien admitió la legalidad ya incuestionable de la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), advirtió que no está garantizada su permanencia como militante de Morena y por ende al seno de la bancada.

“Yo esperaría a que Morena formalice si Cedillo es militante de Morena o no; una cosa es que sea diputado, y eso se le va a respetar, sin embargo, como militante todavía no se ha escrito la última palabra, entiendo que Morena tiene un proceso de expulsión del compañero Cedillo; y si no es militante no podrá ser parte de la bancada”, comentó en entrevista con Quadratín, al señalar que deberá esperarse una resolución de la dirigencia nacional, de la dirigencia estatal y de los diputados electos de Morena.

Sobre el asunto, el diputado electo de Morena-PT, Alfredo Ramírez Bedolla, señaló que en tanto no se disponga otra resolución, de manera formal Cedillo de Jesús es diputado electo y como tal tiene sus derechos a salvo, por lo que comprometió que a su llegada al Congreso no se impondrá ningún veto o exclusión hacia el próximo legislador.

Por su parte, la diputada electa de Morena-PT, Cristina Portillo Ayala, evitó emitir un posicionamiento claro respecto al asunto, y se limitó a decir que está en espera de que la bancada sea convocada por el dirigente del partido, Roberto Pantoja Arzola, para plantear el tema; entretanto, se dijo respetuosa de Cedillo de Jesús y de las resoluciones jurisdiccionales y administrativas que le otorgaron la designación como primer diputado plurinominal.

Las causas del jaloneo en tribunales

Sobre el proceso de expulsión referido, la dirigencia estatal de Morena ha guardado silencio; cabe recordar que el argumento que llevó a deponer la postulación de Cedillo de Jesús y su suplente, Alfredo Azael Toledo Rangel, se centró en que ambos habrían incurrido en violaciones al estatuto, durante una asamblea distrital electiva.

Aunque Morena ha argumentado conductas adversas al marco estatutario y al espíritu partidista de esa organización política por parte de Cedillo de Jesús y Toledo Rangel, a ojos del TEPJF el proceso interno no justificaba el arrebato de la candidatura, planteamiento excesivo que no respetaba la presunción de inocencia, dijeron los magistrados.

Lo anterior derivó en la inhabilitación y pérdida de derechos partidistas de Cedillo de Jesús y Toledo Rangel, según consta en el expediente CNHJ-MICH-397/18 de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, la dirigencia de Morena modificó la lista de diputados plurinominales y postuló en primera posición, sin éxito, al doctor Mireles Valverde.

En su más reciente interacción con los medios de comunicación, el pasado 16 de junio, Cedillo de Jesús sacó bandera blanca; dejó claro que en caso de llegar a la diputación plurinominal no renunciaría a Morena.

Al contrario, pedía el reconocimiento legal de su candidatura y se decía dispuesto a trabajar por una agenda legislativa, ya que señalaba que en nada ayuda esta disputa a Morena, ahora primera fuerza en el Congreso de la Unión y en las cámaras estatales, por lo que advertía que el atropello de derechos enviaba un “muy mal mensaje”.