Frena Morena mayoría del PRI en Congreso para presidir Jucopo
MORELIA, Mich., 19 de agosto de 2013.- La Reforma Energética no es otra cosa sino una reforma petrolera, y más que la búsqueda de una verdadera modernización de Petróleos Mexicanos, lo que el gobierno priísta federal pretende es hacer negocio con los energéticos, ya de de otra manera no se podría explicar que busque darle participación a las empresas privadas en la renta petrolera y en la utilidad de la producción, y no emprender una urgente reestructuración administrativa de la paraestatal, en donde se abata la galopante corrupción del Sindicato Petrolero y de los negocios que sexenio tras sexenio hace los gobernante a costas de la mayor y última empresa nacional.
De acuerdo a un comunicado de prensa, defender a Pemex es no sólo defender al país y su soberanía, sino defender la viabilidad de México como nación. Los entreguistas, en donde podemos ubicar al PRI y al PAN por igual, y sus intelectuales y periodistas orgánicos, califican esta defensa de ideologizada, de pre moderna, que está llena de atavismos nacionalistas y demás verborrea.
Lo cierto es que todos ellos, priístas, panistas y amanuenses, se frotan las manos con los jugosos negocios que representa el petróleo, donde la inversión en mínima y la utilidad altísima. No hay mejor negocio que el petróleo, y eso ellos lo bien que lo saben de sobra.
Los argumentos catastrofistas con los cuales el PRI-AN y gobierno federal buscan aprobar la reforma constitucional en materia de energéticos no sólo es falsa, sino que busca esconder una larga historia de corrupción a costa del petróleo que se ha mantenido en las altas esferas políticas del país.
Tenemos el claro ejemplo del Sindicato Petrolero, el más corrupto de México, en donde nuestros energéticos mantienen a una gavilla de líderes sindicales anodinos y deshonestos. Tal es el caso de Carlos Romero Deschamps, quien como su fuera un jeque árabe va arrastrando su corrupta figura, ataviado de lujos inaceptables en un país donde la mitad de sus habitantes vive en la pobreza.
Otros quienes se han llenado los bolsillos son los panistas: la prensa nacional ha dado cuenta de los negocios al amparo del poder de los impresentables hijos de Marta Sahagún y más recientemente de Felipe Calderón, quien creó en 2010 una tesorería paralela de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la que se depositan las ganancias de las 39 empresas filiales de la paraestatal que operan en el extranjero y que, de acuerdo con una muestra elaborada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), durante 2011 obtuvieron ingresos por cerca de 434 mil millones de pesos que no reportaron al erario.
Como vemos, la ambición de estas rémoras del poder no tiene freno, y su pretensión de quitarle el último candado a los energéticos, la Constitución del país, va en la búsqueda de genera una nueva generación de políticos y empresarios millonarios, depredando nuestro patrimonio.
Ahora entendemos aquella frase del maestro de la corrupción priísta, Carlos Hank, que señalaba que “un político pobre, es un pobre político”.
Estos son argumentos de sobra para emprender una defensa a ultranza de Pemex y nuestros energéticos, para lo cual el PRD y toda la izquierda del país, nos estamos preparando.
Seremos los defensores, los cancerberos si quieren llamarle, de Pemex y los energéticos, y más allá de nos acusen de ortodoxos o pre modernos, es obvio que sus campañas mediáticas buscan esconder sus verdaderas intenciones: privatizar el Petróleo, enriquecerse y empobrecer más a los mexicanos.