Cerrará MC campañas en plaza Valladolid en Morelia
MORELIA, Mich., 8 de noviembre de 2012.- A casi un mes de que ingresó la fuerza pública a sus instalaciones, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Tiripetío, han reordenado y levantado de manera paulatina los escombros como resultado del choque con corporaciones policiacas, durante la recuperación de los automotores comerciales que mantenían al interior a manera de protesta en rechazo a la reforma curricular.Entre vidrios rotos, destrucción de materiales didácticos, pérdida de computadoras, pantallas dañadas de televisores; los estudiantes normalistas se reintegraron a actividades escolares luego de casi 50 días de haber interrumpido clases.Con cierto hermetismo y desconfianza, Jorge quien se identificó como estudiante de este centro educativo, permitió con previo acuerdo de una comisión estudiantil, el ingreso de Quadratín a las instalaciones en la intención de mostrar la ‘otra cara’ de los estudiantes normalistas.Se despojaron de la rispidez y rechazo a los medios informativos y accedieron a narrar el retorno a sus labores luego de los actos ocurridos el pasado 15 de octubre donde el intercambio de proyectiles, derivó en la detención de 176 estudiantes normalistas y varios lesionados; acusados por daño en las cosas y diversas imputaciones.De manera pausada, los estudiantes detallaron las actividades que llevan a cabo basados en cinco ejes rectores con los que conducen su instrucción, el académico, político, cultural, de producción y deportivo; con los que intentan que se les deje ver ‘como delincuentes’.Defendieron que la oposición a los cambios curriculares obedecía a que la mayoría de quienes han egresado de este centro educativo, inician su trabajo en zonas rurales e indígenas donde incluso no se habla el español, por lo que analizan junto con autoridades educativas que se pueda optar por la enseñanza del purépecha o náhuatl; en tanto que justificaron la inconformidad a las tecnologías de información ante la falta de recursos para equipar de computadoras a esta institución como se debe, argumentaron.En medio de una reunión que sostenían representantes estudiantiles con altos comisionados de la ONU quienes arribaron a las instalaciones para verificar si se violentaron los derechos humanos; los estudiantes describieron cada espacio que conforma a este albergue estudiantil y recordaron cómo perdieron parte de sus pertenencias tras el operativo.Reunidos en el taller de danza, los normalistas evidenciaron el poco vestuario y calzado que quedó tras el enfrentamiento, sin embargo, se dispusieron a mostrar los bailes regionales que practican en este sitio como parte del eje cultural.En el área de producción, ubicada metros adelante de la zona asistencial de donde cuelga ropa recién lavada, aseguraron que por lo menos una decena de animales con los que realizan tareas rurales, se perdieron en la trifulca.En el recorrido que dicho sea de paso es largo pues se ubica en un importante espacio terrenal y donde incluso hay alberca para los alumnos, además de un amplio comedor donde se cocinan grandes cantidades de alimento, se observó que la única parte que prácticamente quedó intacta de daños fue la biblioteca.De esta manera los normalistas de Tiripetío buscan presentar la ‘otra cara’, no la de los delincuentes como se les llama, no la de quienes secuestran autobuses, toman las calles y hacen plantones; sino la de estudiantes que en este albergue realizan labores académicas y culturales como parte de su formación docente.