Apoyará Araceli Saucedo desde el Senado por fortalecer el sector pecuario
MORELIA, Michh., 25 de junio de 2014.- A escasas 72 horas de que se efectuara el relevo en el ejecutivo estatal, aún no se mide el impacto que éste tendrá en términos de despidos, pero las cerca 69 unidades programáticas que tiene el ejecutivo, desde las secretarías hasta las direcciones, hablan de que podrían quedar miles de ellos en la calle.
La lógica política se demuestra en cada relevo de gobierno, donde los cambios no sólo se darían en las áreas estratégicas, sino en las que se soportan en las secretarías, tales como subsecretarias, coordinaciones, subdirecciones, comisiones y fideicomisos.
Solamente la página del gobierno del Estado da cuenta de 14 secretarías, 16 institutos, 10 comisiones, tres coordinaciones, tres juntas y 2 sistemas, además de fideicomisos, la representación en el Distrito Federal. Son 69 entes en total de primer y segundo grado, vaya, todas con poder de mando.
Son cerca de mil 600 funcionarios de primer y segundo nivel los que operan dichas entidades administrativas, todos ellos con cargo de confianza, el gran ejército del faustismo.
A ellos hay que sumar personal de confianza, choferes, carga maletas, “asesores” personales, “amigas” “soplanucas” y demás que se las ingeniaron para cobrar en la nómina.
La historia inmediata da cuenta de que en cada relevo de gobierno, más cuando son de color y siglas, la estructura de gobierno es totalmente desmantelada; solo quedan los sindicalizados.
La repartición empieza y prevalece el compadrazgo y amiguismo, por encima de las capacidades.
El caso más reciente fue el del arribo de Fausto Vallejo Figueroa al ejecutivo: más de cinco mil “empleados” fueron a la calle, todos ellos operadores y militantes del PRD.
Lo mismo paso con la transición TinocoRubí-Cárdenas Batel, cuando miles de priístas fueron despedidos deambularon por las calles del desempleo, por años.
Hoy el escenario se puede repetir, sobre todo por la exigencia de las renuncias de los secretarios de primer nivel -y que sin lugar a dudas se llevará a los de segundo nivel- e impactar profundamente en la estructura gubernamental.
Y al igual que el gobernador, los nuevos secretarios también vendrán con su “círculo de confianza” y se dará el desmoronamiento.
En el reacomodo solo serán salvas la Procuraduría de Justicia y la Secretaria de Seguridad Pública, entidades que ya tuvieron su propia sacudida.
Si la enseñanzas de Pitágoras no fallan, esos mil 600 funcionarios, multiplicados por su secretario particular y su chofer, nos llevaría a la nada desdeñable cifra de 4 mil 800 burócratas fuera de la nómina, si es que el cambio será total y profundo.