Impulsará Alfredo Anaya desarrollo económico y social en región Jiquilpan
MORELIA, Mich., 20 de noviembre de 2013.- El coordinador de los diputados federales michoacanos del PRI, Eligio Cuitláhuac González aseguró que hoy en día toda la población necesita impulsar una nueva revolución.
Al fungir como orador en el acto cívico con motivo del 103 aniversario de la Revolución Mexicana, el legislador dijo que es necesaria una Revolución que modernicé a la nación; que haga a nuestra sociedad más competitiva; una revolución, que ubique al ciudadano como centro y motor del desarrollo social; que erradique discriminaciones e injusticias; una Revolución, que sitúe a México en la ruta de la paz, de la tranquilidad; una revolución, que revise a fondo el sistema de partidos y los órganos electorales.
A continuación el texto íntegro de su disertación:
La revolución Mexicana fue la Primera Revolución Social del siglo pasado, que sirvió de influencia en las posteriores guerras civiles, intestinas de América Latina y Europa; que dio lugar al nacimiento del Estado Moderno, con un programa de gobierno profundamente social contenido en la Constitución de 1917; y que inició en el nombre de la libertad política con la famosa consigna “Sufragio efectivo. No reelección”.
La revolución que inició Madero fue pacífica, democrática y liberal, pero al fallar la política por la reelección del General Porfirio Díaz en la Presidencia de la República, se convirtió en revolución armada. Sus objetivos fueron definidos en el Plan de San Luis Potosí, por el que se convoca al pueblo a tomar las armas el domingo 20 de noviembre, a las seis de la tarde, para derrocar a los usurpadores del Poder; se dispone que se restituyan las tierras a los que hubiesen sido despojados de ellas, y se declara a Madero Presidente de la República, con facultades para declarar la guerra al gobierno de Díaz.
Al mismo tiempo, Ricardo Flores Magón convocó a los trabajadores a que se incorporaran al movimiento armado y pelearan por la tierra y la libertad, así como por sus derechos de clase, entre ellos, el salario mínimo, la jornada máxima, un día de descanso obligatorio, a trabajo igual salario igual.
Conforme avanzó el tiempo, la revolución fue escalando a nuevas etapas cada vez más amplias y profundas, tanto en el aspecto político como en el social, hasta producir el alumbramiento de una nueva época. La Revolución Mexicana reconoció todas las conquistas logradas en ambas líneas durante el siglo XIX, principalmente en la Independencia y en la Reforma; pero también resolvió los problemas de su tiempo, hasta convertirlos en fórmulas jurídicas y en normas constitucionales.
Se trató en un movimiento civil, social que delineó las características del Sistema Político Mexicano, que con sus transformaciones a lo largo de más de 100 años, con sus claro-obscuros, al institucionalizar el poder político y su transmisión, ha permitido la estabilidad Política de México.
El orgullo de nuestro pasado debe ser orgullo del porvenir. Si la revolución mexicana de 1910 cambio paradigmas; hoy necesitamos impulsar juntos una nueva revolución.
Una Revolución que modernicé a la nación; que haga a nuestra sociedad más competitiva; una revolución, que ubique al ciudadano como centro y motor del desarrollo social; que erradique discriminaciones e injusticias; una Revolución, que sitúe a México en la ruta de la paz, de la tranquilidad; una revolución, que revise a fondo el sistema de partidos y los órganos electorales; que reafirme la presencia de nuestra nación en el mundo.
Una revolución, que transforme nuestro marco normativo para hacer realidad los ideales de Libertad, Igualdad y Justicia Social, valores que dieron vida al movimiento revolucionario del siglo pasado.
Los que participamos en la vida social y política de este país nos encontramos ante una disyuntiva histórica, de gran trascendencia; o seguimos formulando discursos a partir de un Nacionalismo mal entendido o nos atrevemos, juntos, todos, en unidad, a cambiar el paradigma, a transformar a México, tal como lo hicieron Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Lázaro Cárdenas, Venustiano Carranza, Francisco J. Múgica, entre otros. Solo así, seremos dignos herederos de su legado histórico.
Las revoluciones terminan, pero lo que postularon ha continuado y se ha actualizado. La Independencia terminó, pero heredó a los mexicanos una nación independiente, libre y soberana. La Reforma terminó, pero instituyó la separación entre iglesias y el Estado así como la libertad de cultos. La Revolución terminó, pero heredó un país democrático, con instituciones solidas. Con la experiencia del pasado, hoy nos toca ver hacia el futuro.