Ecosig, prohibidas en México
Visite la parte seca, por ahora, del Lago de Cuitzeo; me ubique frente a las grandes extensiones de suelo seco y arena que Capacho, Municipio de Huandacareo vive en el día a día; interpelar la realidad era el propósito de mi presencia en aquel lugar, en donde los vecinos, les gusta disfrutar del ver, el ir y venir de las personas y los vehículos que por la carretera transitan, pero detestan por la enfermedad a las tolvaneras que se levantan en los meses que sopla fuerte el viento levanta arena. por ahora, del Lago de Cuitzeo; me ubique frente a las grandes extensiones de suelo seco y arena que Capacho, Municipio de Huandacareo vive en el día a día; interpelar la realidad era el propósito de mi presencia en aquel lugar, en donde los vecinos, les gusta disfrutar del ver, el ir y venir de las personas y los vehículos que por la carretera transitan, pero detestan por la enfermedad a las tolvaneras que se levantan en los meses que sopla fuerte el viento levanta arena. Baje sobre una de las calles que dan a las márgenes del lago, una vez en contacto con la realidad, seca, hostil, con partículas de minerales pesados que entran al cuerpo sin pedir permiso y que destruyen por dentro, pero también por fuera las dinámicas sociales. Camine sobre el polvo fino de arena, entre las dunas apenas imperceptibles que se forman por los fuertes vientos que auguran ser más violentos en febrero y marzo de 2021; no estaba solo, acompañaba a otras tres personas: Rafael, Cris y José.José, un joven y talentoso ingeniero civil, que ha realizado estudios y acciones para la creación y desarrollo de conciencia del cuidado del lago, nos recomendó que no solo tendiéramos sobre nuestros rostros el cubreboca, me dijo por el suéter que traía sobre mis hombros, “también tu suéter que cubra tu cara”, es tan fina la arena, que entra a cualquier rincón de tu cuerpo, dentro y fuera.Durante un recorrido que nos adentró al seco lago de Cuitzeo, en la parte que dividió la carretera y que dejo sin agua, tal vez 200 metros caminamos, tuvimos el contacto no solo al pisar la fina arena y que se hundieran nuestros zapatos, sino el que sintiéramos derivado de que soplaba el aire y nos motivaba a bajar la mirada y caminar encorvados como si esa gran deidad del lago hiciera territorialidad y nos pidiera reverencia para estar ahí, en su centralidad; el viento soplo y sentimos la lluvia de arena sobre nuestros frágiles cuerpos, no cubiertos, no preparados para recibir un impacto de fina arena que en los ojos, la nariz, la boca y las orejas se puede introducir y afectar la piel o nuestros dominios interiores del cuerpo.Una conversación muy ejecutiva respecto de la importancia de trabajar en un modelo de atención a las problemáticas nos compartió José, quien ya lo experimentó con distintos actores sociales y de la comunalidad para atender la problemática. Hoy, más allá de los hallazgos científicos, nos aporta en una reflexión mi amigo Mateo Alfredo Castillo Ceja, impulsor de la Carta de la Tierra, “debe de incidir la sociedad, se debe de preguntar a la colectividad, nos debamos de hacer de sus sabidurías y trabajar en complementariedad”.Los modelos de complejidad por los que ahora trabajamos nos hacer recordar la ecosofia de Félix Guattari y la revisión de las tres ecologías que en crisis nos permiten avanzar y atender y entender problemas de la realidad que nos interpela a partir de las crisis medioambientales, sociales y de subjetividades; necesitamos revisar el mundo a partir de reflexiones holísticas, sistémicas, interdependientes.Requerimos de voltear a ver las ausencias y emergencias sociológicas de las que nos habla Boaventura de Sousa Santos, y trabajar sobre las ecologías de saberes, esas ecologías de saberes que nos permiten observan la existencia de una pluralidad de conocimientos más allá del conocimiento científico; regresar a las epistemologías del sur.Requerimos trabajar en fundamento de las propuestas de Daniel Goleman y la inteligencia emocional, el trabajo en pequeños grupos, que traducidos en comunidades de aprendizaje, desde las epistemologías cualitativas, y si con el uso de datos cuantitativos, avanzar en transformar realidades.Pero sobre todo, con la emoción y pasión para entrar a trabajar en un proyecto que nos permita fortalecer la importancia de reconocer en un proceso de horizontalidad al ser vivo, para que en el centro este la vida, y no el antropocentrismo. Para que como dice Humberto Maturana tengamos una biología del amor y del conocimiento que nos permita en un ejercicio de espiritualidad dar respeto a lo otro que no es humano, a las plantas a los animales, y aquellos elementos que hacen propicia la vida en el planeta tierra, en Gaia, el agua, la tierra, el aire, la luz.Hoy tenemos mucho por hacer, pero debemos de reconocernos como seres planetarios, expresa el gran maestro Leonardo Boff, para ejercer la visión de la fraternidad, de la hermandad, del cuidado de una casa en común que se llama Tierra., esta tierra que nos confirma el Papa Francisco debe generarse por las tres T, tierra, trabajo y techo en sostenibilidad, sin colonización, sin violencia, sin patriarcado expreso yo.