Ante falta de inteligencia, viene el terror

Todo en la estrategia de comunicación del Presidente López Obrador parece ir mal y empieza a naufragar, y hasta una simple llamada telefónica con Trump, es objeto de dudas, burlas y resquemores.

En un primer “twitt”, al presidente mexicano se le ocurrió destacar que su homólogo le llamó para expresarle solidaridad tras lo ocurrido en Culiacán Sinaloa, que sólo revela el rotundo fracaso en un operativo de “inteligencia”

Más tarde, el canciller Marcelo Ebrard tuvo que enderezar “la nota” y resaltar que en dicho diálogo, el presidente le recordó a Trump la propuesta de ‘congelar’ el  tráfico de armas en la frontera de ambos países con ayuda de la tecnología.

“La respuesta del presidente Trump fue que a él le parecía la propuesta”. Pequeñísimo detalle que olvidó Andrés Manuel y que en el argot periodístico diríamos: “se le fue la nota”.

Era, en esos momentos, la mejor salida y el argumento más elegante e inteligente para dar un giro a lo que hasta hoy es un escándalo internacional porque coloca a México en el estatus de país rebasado por los cárteles del narcotráfico.

Era, pues, el momento de compartir un poco responsabilidades y dar cachetada con guante blanco para estamparle al vecino en plena cara, sin decirlo: No me vengas con falsas solidaridades cuando tú les das las herramientas.

Este episodio, recuérdenlo bien, marca desde ahora al régimen de López Obrador y le causará daño, sobre todo porque le resta parte de la autoridad moral con la que se vanagloriaba hasta antes de llegar al poder.

En los videos, ahora se contrasta el antes y después, y dibuja a un Andrés Manuel pendenciero, “echador”, crítico de temas que -ahora sabemos- no conoce ni sabe cómo enfrentar y con una cosmovisión muy alejada de la realidad.

Las burlas son encarnizadas, sardónicas, porque antes daba recomendaciones al ex Presidente Peña de regresarse desde París para enfrentar la fuga de El Chapo y no hacer quedar en ridículo a México.

Él, en el “ahora” que es Presidente, no pudo, ya no digamos ni regresar de Oaxaca, sino organizar ahí mismo una conferencia de prensa para apaciguar los demonios desatados.

No, dejó que transcurrieran las horas y que el Gabinete de Seguridad enredara más las cosas, incluso con mentiras que inició el propio Durazo y que después tuvieron que desmentir López Obrador y el secretario de la Defensa.

Mal, todo mal, y a la luz del desempeño de Durazo durante todo este año, ya tendría que haber presentado su renuncia por evidente incapacidad, no sólo para enfrentar al narco, sino para poner en orden a sus elementos de seguridad.

No, no hay paz ni sosiego, no sólo para la 4T sino para todos los mexicanos porque antes era sólo una “percepción” y hoy es la certidumbre de que el enemigo interno es más grande y poderoso de lo que creíamos.

Pero además percibimos a un gobierno sumiso, presto a cumplir los dictados que vienen de la parte septentrional, porque Estados Unidos solicitó la captura y extradición de Ovidio Guzmán, que se vuelve el nuevo héroe de criminales.

Ahora la nación observa con nuevos ojos las acciones del mandatario y viene a caer en la cuenta de que es un régimen plagado de contradicciones, de debilidades y de mentiras.

De aquella promesa de “hacer respetar a México” y no dejar pasar ninguna ofensa de los vecinos del norte, hoy en los hechos somos la mejor muralla contra las mareas de indocumentados.

De aquel discurso de “regresaré a los cuarteles a las Fuerzas Armadas”, hoy nos perfilamos a una realidad de un México patrullado por militares y ante la posibilidad de vivir “toques de queda” por regiones.

Bueno, incluso una de sus mejores cartas: el combate a la corrupción, hoy queda en tela de juicio porque hay quienes piensan que la 4T y el Presidente López Obrador, ofreció salvoconductos de impunidad a “La Mafia del Poder”.

Tenemos a un Ministro de la Suprema Corte que presuntamente lavó dinero de criminales, que simplemente renuncia y se va; un líder petrolero que sigue el mismo procedimiento… y también se va.

Luego de estos hechos, Joel Ayala Almeida presenta su carta de renuncia al PRI y la creación de un nuevo organismo que muy probablemente afiliará a todos los sindicatos del Estado a la égida de Morena y ya no se le investigará.

La euforia nacional y las movilizaciones de apoyo a López Obrador se ven silenciadas por una espesa nata de dudas y temor que flota en el ambiente porque a nadie le ha ido mejor y cada vez son más los que se quedan sin empleo.

Hay una especie de fatalismo que empieza a cundir; se siente que preparan ya la embestida final en la que tarde o temprano, todos quedaremos entrampados de una u otra manera a través del terror político o fiscal.

No parece haber noticias halagüeñas, sino el principio de la instauración de un temible partido de Estado, en el que a nadie le estará permitido disentir, cuestionar ni criticar bajo el perene argumento de ¿Y por qué no lo hacían antes?

Se ve muy clara esta intención cuando vemos como expriistas, ex panistas, ex petistas, ex verdes u lo que sea, que se pasaron a Morena, recibieron el perdón de Dios y hoy son unos delincuentes redimidos.

Todos están bajo sospecha, como Manuel Bartlett o Napoleón Gómez Urrutia, pero la ley se aplicará en todos los casos, sólo si se atreven a decir NO al gran Señor. Hoy hay salvación si entran al sendero de Morena.

El tufo autoritario se convierte en pestilencia. Se observa una perniciosa concentración de poder otra vez en la figura del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Se va enderezando la construcción de un partido de Estado que no permitirá “fugas”, por eso condena al ostracismo de 10 años a todo aquel que forme parte del gobierno federal.

Usted no será nadie una vez que sea besado por la tentación hasta de un cargo menor, porque entonces usted será poseedor de importantísimos secretos de Estado que no se pueden divulgar.

Ésta, señores, es la primera gran violación de derechos humanos que se comete durante el actual régimen, y se hace bajo el amparo y el paraguas de toda una ley que ya fue aprobada en el Congreso de la Unión.

Es claro que el poder autárquico, libre de todos los demás poderes, se está moviendo y así se da el anuncio de Santa Lucía, para que a nadie quede duda de que la voluntad del Señor se está cumpliendo.

Los pecadores serán arrojados del Edén y así, ese mismo día, se da también la renuncia de Carlos Romero Deschamps a su “liderazgo” mafioso en el sindicato petrolero y se filtra la salida de Joel Ayala Almeida, del PRI.

El problema ahora es que la realidad, el tiempo, los hechos y la historia no perdonan, y así como hoy salen miasmas a flote, en unos 5 o 6 años aparecerán nuevos cadáveres.

No hay euforia.