En torno a la verdad
Cadena de mando criminal
Por Jorge Octavio Ochoa. La semana del 27 al 31 de marzo será una de las más amargas en lo que va del actual gobierno federal. A la desgracia de migrantes en Ciudad Juárez, debemos sumar la cooptación del INE, la paralización del INAI, la abierta amenaza a jueces y ministros, los ataques a la UNAM, las agresiones verbales a periodistas y la abyección en el Congreso de la Unión.
Pero lo más triste fue la exhibición verbal del presidente de la república y sus seguidores en Ciudad Juárez, unos días después del siniestro. Ahí estuvo AMLO, pero no para visitar a los deudos de los 39 muertos, sino a reunirse con sus Servidores de la Nación, para arengarlos y aleccionarlos de cara a los procesos electorales que se avecinan.
Lejos de cualquier empatía o humanismo, López Obrador y sus Siervos utilizaron un lenguaje gregario, sectario, racista, clasista y peor aún, misógino, cuando un grupo de activistas se le acercó y él los descalificó vulgarmente: “Que se me hace que te mandó Maru, mi amor”, con un tono burlón, mientras sus simpatizantes gritaban: “Lárguense, invasores; Fuera, pinches intrusos”.
“Mi amor”, respuesta soez, vulgar, propia de gandul de barriada y no de un presidente de la República, cuando le reprocharon: “No haga lo que hace Estados Unidos”, a lo que él respondió: “No, no somos iguales, mi amor, no nos confundas”. La actitud que cosifica y denigra a la mujer, como ha ocurrido en México atávicamente, en un país de machos.
El humanismo quedó en frase retórica. En los hechos, el régimen acomoda sus piezas, en un intento por instalar una nueva clase en el poder, con familias enteras incrustadas en el aparato público, como los Taddei, los Beltrán, los Oropeza, los Chávez. Estructura parecida al esquema de corrupción y desvío de dinero que durante la época del PRI llamaron “sistema”.
LA FAMILIA
En este nuevo “sistema” el entramado va más allá y parece tener redes internacionales, con gobiernos totalitarios, como los de Nicaragua, Venezuela, Cuba, a los que México hace donaciones, simula envíos a través de Segalmex y contrata médicos que sólo Palacio Nacional sabe dónde están, quiénes son y para que sirven, porque a la población abierta, no la atienden.
En el esquema, la familia Taddei salta a la palestra, porque encabezará un nuevo nicho de poder. Guadalupe Taddei Zavala, quien resultó insaculada en la quinteta dorada para presidir el Instituto Nacional Electoral (INE), es prima de Jorge Luis Taddei, superdelegado del gobierno federal en Sonora, y tía de Pablo Daniel Taddei, designado en 2022 por López Obrador como director de la empresa LitioMX.
El primer mandatario los conoce, según lo admitió él mismo: ““A mí sí me gusta. Es una mujer experimentada, vean su trayectoria, (…) la joven Taddei, no la conozco, eh, conozco a su familia, eso sí, y sí, son gente progresista, demócrata y gente honesta”. Guadalupe Taddei resulta “salpicada”, pese a su experiencia, por su extrema cercanía con el actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, de la 4T.
Dice que no la conoce, pero las “benditas redes sociales” publicaron una foto donde se desmiente el dicho del mandatario, los conoce desde hace mucho tiempo, quizá tanto como a Francisco Garduño, el desaparecido titular del Instituto Nacional de Migración (INM) que está tan protegido como Ignacio Ovalle, ex titular de SEGALMEX.
Guadalupe Taddei será así, su “concilieri” presidenta del INE, junto con Norma de la Cruz, consejera electoral a la que, al más puro estilo Delfina Gómez, le descubrieron “moches” de salarios a sus asesores. Uno de ellos denunció que, de septiembre del 2020 a agosto del 2022, le tuvo que entregar 340 mil pesos de su sueldo.
Es el famoso “diezmo”, que dejará como legado político Andrés Manuel, Padrino de una nueva generación de burócratas o servidores públicos que hoy le sirven lealmente. La señorita De la Cruz tenía 11 asesores, con sueldos de entre 40 mil a 90 mil pesos mensuales de los que, hoy sabemos, les mochaba una parte. Llegó a consejera electoral de Morena en 2020.
PLAN SONORA
Esos nexos con familias incluyen a Daniel Chávez Morán, dueño de VIDANTA, empresa a la que AMLO no sólo amplió en 2019 la concesión de playas para destino turístico en Guerrero, Nayarit y Jalisco. Recientemente se le invitó a participar en la creación de la planta solar más grande de Latinoamérica, que formará parte del “Plan Sonora”.
Es, en términos de lenguaje de López Obrador: la nueva mafia en el poder. No hay que olvidar esos apellidos, Chávez Morán. Son los que dieron empleo a JR López Beltrán en Estados Unidos, gracias a lo cual pudo rentar una “modesta” mansión en Houston.
Tan sólo ese “negocito” del Plan Sonora, implica una derrama de 48 mil millones de dólares. Incluye el procesamiento de gas natural para exportación, carreteras y, ¡claaro! explotación de litio, como reveló recientemente la revista Proceso en un reportaje de Sofía Calvillo López, desde Hermosillo, Sonora, donde estuvo AMLO en febrero pasado.
En este “relevo generacional”, como lo ha llamado López Obrador, no se ha tocado el corazón para aplastar a la familia Cárdenas, a la que ha relegado al ostracismo por haberse atrevido a cuestionar lo hecho hasta ahora por un régimen que ha fracasado casi en todo. Las evidencias son demoledoras y fueron expuestas en un diagnóstico en el que participó Cuauhtémoc Cárdenas.
El diagnóstico del futuro es demoledor: la democracia en México está en riesgo; el Estado es omiso en temas de seguridad nacional y seguridad interior. Ahí está a la vista lo sucedido en Ciudad Juárez con los migrantes y las masacres en varios estados del país. El Poder Legislativo es abyecto, no tiene autonomía y decide todo bajo el dictado directo de López Obrador.
La militarización del país sigue inexorable; hay una evidente destrucción de instituciones, basta ver el caso del INAI y de la CNDH. Es escandaloso el silencio frente a lo ocurrido con los migrantes. La inversión, nacional e internacional, empieza a caer. Seguimos en crecimiento cero y lo peor: tenemos un régimen sordo, autócrata, que no le avergüenza mostrar su incapacidad.
Pero a López Obrador le encolerizó la sola propuesta de acotar al Presidente; impedir el manejo discrecional del presupuesto; dejar de subsidiar combustible; fortalecer a las instituciones autónomas, dar prioridad a la salud, educación y seguridad. No, a él no le gusta que lo contradigan. Mucho menos que le den órdenes, pero su popularidad viene en picada, por eso las prisas.
Hay bombas de tiempo y junto con el caso Segalmex, la desgracia de los migrantes se convierte en otro detonador. Todavía no sabemos nada sobre la empresa Servicios Especializados de Investigación y Custodia (SEICSA), propiedad de Elías Gerardo Valdés Cabrera, cónsul honorario de Nicaragua en Coahuila y Nuevo León. Los custodios que estaban en Ciudad Juárez son de dicha empresa.
Sin embargo, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, mencionó a otra empresa, Grupo de Seguridad Privada CAMSA, que también tenía contrato para vigilar la estación migratoria de Ciudad Juárez. Tiene 504 elementos para resguardar instalaciones en 23 estados del país. En Ciudad Juárez sólo tenía 4 y 10 uniformes.
El creador del himno al PRI, el “Hijo del Rayo Restaurador”, a quien sus súbditos le escriben odas macabras, hoy quiere hablarnos de honestidad, de decencia, de moralidad cuando, en los hechos, se ha convertido en el presidente más oscuro de cuantos ha tenido el país. El intento de obstaculización del INAI es la prueba fehaciente.
Rosa Icela Rodríguez no mencionó a la empresa SEICSA que, de acuerdo con la información presentada por Carlos Loret de Mola, ha obtenido contratos por más de 3 mil millones de pesos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para el gobierno de Nicaragua a través del cónsul honorario Valdés Cabrera.
En contra de su costumbre, el presidente esta vez no opinó sobre este tema de las empresas de seguridad. Incluso dijo que no se metería a dar información de la tragedia “para no dar elementos que puedan usar los responsables para ampararse”.
Y ahí va Rosa Icela, dando tumbos, recibiendo palmaditas en la cabeza, de mano del Presidente. Confundida, ingenua, sin experiencia alguna, al frente del tema más peliagudo y siniestro que enfrenta el actual régimen y que amenaza con desbordarlo: la Seguridad Nacional. Pobre de ella, pobre México.