Tras bambalinas

El doble error de Claudia Sheinbaum
Profunda preocupación generó la controversia verbal entre Kristi Noem, titular de la Secretaría de Seguridad Nacional de EU y la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien acusó de haber llamado a la rebelión en California. Técnicamente, la estadounidense mintió...y de manera grave.
La presidenta dijo: “de ser necesario, nos vamos a movilizar, porque no queremos que haya impuestos a las remesas de nuestros paisanos”. Se entiende que habló de movilización diplomática, no de insurrección violenta. Lo que no gustó al gobierno del vecino país, fue el “tonito” y los ademanes con que lo dijo.
Sea como sea, lo dicho por Kristi Noem, implica una acusación directa de sedición contra la presidenta de México. Si la secretaria mantiene su dicho, debe presentar pruebas de que alguno de los más de 60 detenidos obedecía órdenes de algún funcionario, legislador, organización o partido político mexicano.
De lo contrario seguirá en el terreno de la difamación, lo cual amerita, al menos, una reclamación pública o un Punto de Acuerdo del Congreso mexicano. La respuesta tendría que ser formal, oficial, con la firma de todos los senadores, para reflejar así la anhelada unidad del país.
No la hay. Sólo hay manotazos, descalificaciones de Morena contra esa oposición a la que tanto odian. Prevalecen los actos de provocación, ñoña, de Fernández Noroña y algunos otros morenistas, lo cual constituye un nuevo error. Es el peor momento para profundizar la polarización.
Unidad en México, no hay, por mucho que quieran propagandear encuestas de popularidad porque, si a esas vamos, hasta el Dr. Simi tiene un 68% de simpatías del pueblo. No puede haber unidad cuando vemos, por ejemplo, las serias amenazas que se están gestando en el país contra la libertad de expresión.
Todo esto viene a cuento porque, en medio de la inquina con que el gobierno de Trump ha actuado contra México, hay una estrategia perversa de difundir medias verdades o mentiras completas, que ponen al régimen de la 4T y Morena contra la pared, ante las crecientes evidencias de su acelerada descomposición.
La agencia Reuters reveló el miércoles 11 de junio, que el Gobierno del presidente Donald Trump está presionando al de México para que investigue y procese a políticos con presuntos vínculos con el crimen organizado, y para que los extradite a Estados Unidos si existiesen cargos penales allí.
La agencia asegura que las solicitudes han sido planteadas al menos en tres ocasiones por el secretario de Estado Marco Rubio, en reuniones bilaterales y conversaciones con funcionarios mexicanos, en las que pide lance una ofensiva sin precedentes contra la narco-corrupción.
Dirigentes de Morena han rechazado tales versiones, con la única prueba de su palabra. Pero ya amenazan con emprender acciones legales contra todos aquellos que se atrevan a insinuar o repetir versiones no confirmadas, o que hagan mofa de los políticos del régimen.
“FILTRACIÓN DE NOTICIAS” SERÁ PENALIZADO
No, no es broma. Luego de la nefasta y sucia elección judicial del 1 de junio, los gobiernos de Tamaulipas, Campeche y Puebla han dado los primeros pasos para implantar en México un régimen dictatorial contra la prensa y la libertad de expresión. El primer caso alarmante es el de Jorge Luis González Valdés.
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, desencadenó un juicio en su contra, y una juez lo condenó a dejar de ejercer el periodismo DE POR VIDA. ¡Así como usted lo lee! Mientras que, en Puebla, la mayoría morenista en el Congreso local, aprobó una ley con la que presuntamente se castiga el “ciber asedio”.
Todo esto ocurrió el viernes 13, fecha en que se erigen los “ajustes de cuentas personales” en “actos de ley”. Todo aquello que no le guste al régimen de la 4T, será perseguido, sancionado y eliminado DE POR VIDA. Si eso no les parece dictatorial, pues entonces no hay nada qué discutir.
A esto hay que sumar el caso de Héctor de Mauleón, y El Universal, contra quienes una jueza inició “medidas cautelares”, por supuesta violencia política en razón de género contra la aspirante a magistrada del Supremo Tribunal Electoral, Tania Contreras, allegada al gobernador Américo Villarreal.
Su delito, fue haber dado a conocer un informe del ex secretario de la Defensa, Luis Crecencio Sandoval, del 2022, en el que alertaba de una red de tráfico de huachicol y soborno a agentes aduanales, encabezada por un sujeto apellidado Madero Larios, cuñado de Tania Contreras López.
Todo esto configura un panorama sumamente preocupante, pues ocurre de cara a la inminente discusión en el Congreso de la Unión, de una nueva Ley de Telecomunicaciones, promovida por la presidenta Sheinbaum, en la que se establecen una serie de medidas de corte absolutamente fascista.
Los artículos 109 y 192 fracción IX de dicha ley, establecen “el bloqueo” de plataformas digitales, desde cuentas individuales, institucionales, páginas, canales, si así lo decide la Agencia de Transformación Digital que será creada en breve y que será la encargada de emitir las sanciones.
Esto implica que se “bajen” o “apaguen”, cuentas y portales de información o en redes sociales como X, YouTube, Facebook. También se pretende revivir los fallidos RENAUT, creado por Felipe Calderón y del PANAUT, de López Obrador, para crear un Registro de Usuarios de Telefonía Móvil.
Según los artículos 8, fracción LXIV y 160 fracción IV, se propone un registro de usuarios, desde la compra de chips de teléfonos celulares. Cada número estará asociado a un RFC o una CURP. Con ello, el régimen podrá saber quién emitió cada mensaje, con quienes interactúa, donde viven.
Esto preocupa a simple vista porque, como hemos visto, los discursos incendiarios, son lo que distinguen a nuestros políticos, y sobre todo a los militantes de Morena. La confrontación verbal entre Noem y Sheinbaum iniciaron con eso: un error discursivo de la presidenta, o una aliteración insidiosa, “movilización-revolución”.
El hecho es que, como la unidad nacional no existe, se ha generado un torbellino de opiniones, en el que Morena y los partidos de oposición se acusan mutuamente de ser los promotores de la “violencia” que se ha visto en las manifestaciones de mexicanos en California.
Para acabarla, Claudia Sheinbaum acusa a la oposición por los dichos de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Llama a los opositores “antipatriotas”, los acusa de influir en las opiniones de una funcionaria que, si algo debe tener, es información de primera mano para emitir juicios de valor.
Lo dicho por ella, es repetido por sus correligionarios, que añaden la acusación de “traidores” a PAN y PRI. Pero de pronto, ella se da cuenta de que hay una provocación, para escalar el conflicto en las calles de Los Ángeles. Torpemente, se vuelven a acusar entre ellos: Morena, PAN, PRI.
Sheinbaum cayó redondita. Cuando lo que debiera buscar es el apoyo de todas las fuerzas y por ende, la unidad nacional, atiza el odio y lo convierte en una herramienta de combate, pero del gobierno de Trump. Ahora, a él sólo le basta con filtrar más expedientes y dejar que en México se maten entre sí.
Sheinbaum se equivocó doblemente. Pudo tener el apoyo de esos a los que tanto hostiga, e incluso alcanzar acuerdos con el gobernador de California y la alcaldesa de Los Ángeles, que se han manifestado en contra de las medidas de Trump y han denunciado una estrategia para acabar con las ciudades santuario.
Lejos de eso, manda señales contrarias, y hoy lo que muchos tememos en el país, es que de la noche a la mañana desaparezcan nuestros portales, se mutile la única posibilidad de emitir opinión. Tal parece que busca un régimen al estilo PRI, donde todos los medios de información se plieguen a las órdenes del presidente.