TELEFONO ROJO20180104

2018-01-04

 

 

·            La estrategia del PRI-gobierno para desplazar a Ricardo Anaya

·            La alianza Por México al Frente va en caída libre en los tracking

·            El Peje también quiere una lucha entre tres candidatos fuertes

 

 

En la lógica priísta, no existe Ricardo Anaya.

 

No como contendiente para la Presidencia de la República.

 

Y si Anaya no existe quien a sangre y fuego se deshizo de propios y ajenos para imponerse como candidato, tampoco la alianza tejida desde la cúpula y bautizada Por México al Frente.

 

Esa es la estrategia.

 

Todo a partir del famoso tracking, como se denomina esa medición cotidiana para saber cuál es el movimiento de las tendencias.

 

Según ellas, la sociedad Acción Nacional (PAN)-Partido de la Revolución Demócrata (PRD)-Movimiento Ciudadano (MC) no tendrá ninguna opción de victoria el 1 de julio próximo.

 

Dicho en términos prácticos, el objetivo es generar en el ánimo ciudadano una contienda entre dos, entre José Antonio Meade y Andrés Manuel López, para polarizar y ganar adeptos.

 

¿Cómo?

 

Similar a lo sucedido en 2000 y 2006 con el llamado voto útil, como lo bautizaron la campaña foxista varios intelectuales con Adolfo Aguilar Zínser Jorge Castañeda a la cabeza.

 

En 2018 la idea desde el gobierno y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es acercar el voto para sí el voto anti Peje y al panismo desencantado con Anaya y sus traiciones ideológicas y políticas.

 

 

EL FRENTE QUIERE VERSE EN LOS TERCIOS

 

 

En el grupo de Ricardo Anaya el panorama es distinto.

 

Cierto, se les han caído muchas negociaciones porque perredistas, emecistas y los dirigentes panistas en estados y municipios no ven identidad ideológica ni proyecto allende el interés personal.

 

 Además, desde la ciudad las huestes de Ricardo Anaya (Damián Zepeda sólo le administra el despacho), Dante Delgado Los Chuchos Miguel Mancera (antes Alejandra Barrales, hoy Manuel Granados) niegan participación a cuadros regionales.

 

Estos desplazamientos enojan a los aspirantes y confunden a la militancia.

 

La alianza Por México al Frente ha tenidos dos momentos.

 

En un principio generó esperanzas –“vas a ver que la contienda va a ser entre Andrés y nosotros, no entre el PRI y El Peje”, me dijo entonces Jesús Ortega-, pero dejaron pasar su momento.

 

En julio se sabrá si lo perdieron cuando rechazaron la candidatura de Ricardo Monreal y apostaron por la incierta postulación de Alejandra Barrales, hoy en imperceptible contienda con Armando Ahued Salomón Chertorivski.

 

Hubieran roto el esqueleto electoral de Andrés Manuel López donde más le duele, la Ciudad de México, amén de cerrarle Zacatecas y otros espacios donde Monreal ha sido operador para la causa pejista: estado de México, Tabasco, Veracruz…

 

 

EL PEJE INTENTA EVITAR UN TETE A TETE

 

 

Si Ricardo Anaya apuesta a los tercios para ganar, lo mismo sucede con Andrés Manuel López.

 

El tabasqueño ha vivido dos experiencias en 2006 y 2012: va bien posicionado, pero sus errores y la polarización le ha impedido ganar su pase a Palacio Nacional.

 

Por ello hoy anhela una contienda entre tres –los candidatos independientes no cuentan en su cuenta- y para eso necesita en buena posición a los abanderados presidenciales del PRI y del Frente.

 

Lo sabe perfectamente: el sistema gobierno-PRI posicionarán a José Antonio Meade, pero sus posibilidades de triunfo se reducirán si se rezaga Anaya, como en 2012 se difuminó Josefina Vázquez Mota.

 

Pero si el queretano sigue a la baja como parece, entonces el músculo sectorial de los priístas y el voto útil llevará la contienda a donde la quiere el PRI-gobierno, un tête à tête entre dos presidenciables: López Meade.