Unos, los más optimistas, hablan de decenas de miles.

Otros, los pesimistas, de cientos de miles.

Aquéllos y éstos tienen razón: en 2017 uno de los peores lados humanos del recorte de casi 240 mil millones de pesos al presupuesto, herencia de Luis Videgaray, será el despido de burócratas.

Decenas de miles o cientos de miles, el daño es inminente.

Es la continuación de una inercia iniciada hace más de un año con unos 70 mil empleados federales mandados a la calle porque, dice el discurso oficial, México quiere enfrentar con éxito la crisis económica mundial.

De esa forma se mantendrá el crecimiento y el país se encarrilará para el despegue.

Pero no quedará sin tocarse ninguna secretaría de Estado ni paraestatal ni organismos descentralizados ni las empresas productivas, surgidas al socaire de del ánimo reformista de comienzos de sexenio.

No estamos aquí para abordar si han sido un éxito o no.

Los hechos, la realidad, son la mejor eficiencia y no dejan espacio para argumentos personales.

LA CASTA HEREDADA DE FOX Y CALDERÓN

Los oficiales mayores de todas las dependencias ya fueron informados.

-Diez mil tú, quince mil aquí, diez mil allá, tres mil acullá… -les muestran el enorme filo de la tijera y ellos salen con alteros de papeles y sus computadoras para intentar hacer ejercicios lo menos dolorosos posibles.

Nadie quiere cargar con la pena política de despedir a más y más.

Los burócratas en mayor peligro son quienes trabajan con contratos personales o en programas especiales –y aquí la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) es mano-, mejor conocidos como eventuales.

Programas asistenciales enteros dependen de acciones cíclicas y por ende de convenios perentorios.

Otra decisión es cancelar las plazas vacantes por jubilación, retiro voluntario o muerte, y dependerá de la habilidad del titular del área si llega a acuerdos con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), aunque José Antonio Meade no es tan blandito.

Ah, pero hay una casta privilegiada.

Son miles y miles de burócratas medios heredados de las administraciones panistas –los más de Felipe Calderón, los menos (y no tan menos) de Vicente Fox– bajo la protección del llamado servicio civil de carrera.

Llegaron en los tiempos de la bonanza petrolera y ahí siguen, sin importar si trabajan o no, si han dado origen o no a una estructura administrativa paralela del gobierno federal.

ALITO RENUNCIA A SU FUERO EN CAMPECHE

1.- Aún en tiempos de verbo anticorrupción, muchos gobernadores esperan el fin de su sexenio para desaparecer el fuero, al grito de ¡Hágase la voluntad en los bueyes de mi compadre!

Alejandro Moreno no.

El gobernador de Campeche materializó ayer la iniciativa para quitarse todo manto protector y ofrecer administración en caja de cristal.

2.- Como pocos embajadores, el japonés Akira Yamada fue a la Concamín de Manuel Herrera y habló de proyectos de inversión.

En México, les informó, hay 957 empresas niponas, el comercio ha crecido de 126 y 145 por ciento en 2014 y 2015.

Por zonas El bajío es el más atractivo y pronto la industria automotriz de México tendrá el quinto centro productor.

Y 3.- vaya convocatoria del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

Miles de empresarios de México y el mundo se concentran en el Foro Global Agroalimentario 2016, inaugurado por el secretario José Calzada a cesión del gobernador Rafael Moreno Valle.

Ambos escucharon al presidente del CNA, Benjamín Grayeb, el clamor rural: el sector más dinámico es el alimentario y no puede sacrificársele con más recortes.