Poder y dinero
“Matrimonios ¿Qué?”
Celaya, Guanajuato, 26 de septiembre del 2016
Diccionario de la Real Academia: “Matrimonio: Unión de hombre y mujer, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses.”
R- Guau, ¿por qué tanto escándalo con la unión de gentes del mismo sexo, mi Santias?
S- En mi opinión, creo que por sonsos y argüenderos mi Rufo. Ya que lo que cada quién haga con sus colitas es su asunto.
R- Grrr, pero percibo odio, violencia, como que los “mochos” se sienten amenazados.
S- Haces bien en describirlos como “mochos”, ya que son gente que pretende llevar la religión, mi religión, a extremos en donde en realidad van contra la religión que predican, me explico: El mensaje central de Cristo fue: “Amaos los unos a los otros”,… “amarás a tu prójimo como a ti mismo” y lo que estos “mochilas” predican es el rechazo a la homosexualidad, olvidando que: “No se mueve la hoja de un árbol sin la decisión del Creador”, es decir, si hay jotos y lesbianas es porque Dios quiso que existieran; ello en adición a que todo homosexual es prójimo al que hay que amar.
Ahora bien, ¿por qué se sienten amenazados los “mochitos”, no lo sé o más bien, si lo sé: porque sustentan su movimiento en mentiras, como la de que se va a permitir y promover que los niños escojan sexo o género ¡Eso es falso!, pero es impactante para manipular a ignorantes para que se lancen a las calles a gritar consignas contra el prójimo que Cristo dictó, insisto: “Debemos amar”
R- Guau, ¿y tú qué opinas, mi Santias?
S- Que primero deberíamos centrarnos en la realidad antes de ponernos a gritar como locos y la realidad es que el matrimonio se creó para dar formalidad legal y manejar el tema de herencias y leyes de transmisión de “sangre real”, de la que mentirosamente se decía tenía origen divino (mentira que sostuvo por Siglos la Iglesia Católica) y para tener una institución base de la familia cuyo objetivo fuera la preservación de la especie, de la vida.
R- Guau, ya recuerdo, el uso dado al contrato matrimonial daba diferente calidad a los hijos y así se distinguían los que tenían derecho real por ser legítimos y concebidos dentro de matrimonio vs los ilegales o los hijos bastardos, llamados así por estar concebidos fuera de matrimonio; es decir, papá se coge a mamá y engendran un hijo de acuerdo a la Ley Natural, pero si el hijo no nace dentro de contrato matrimonial, vale menos y es estigmatizado, en cambio el que nace dentro de contrato es reconocido y venerado ¡Qué estupidez más grande!, este criterio no toma en cuenta la esencia del amor que fue el mensaje de Cristo, es decir, lo que debería contar no es si el hijo nació dentro de la vigencia de un contrato matrimonial terrenal, sino si el hijo fue concebido con amor… ¡No, no me estoy saliendo de tema, lo que estoy diciendo es que la humanidad ha tratado de justificar con leyes terrenales, ajenas a la Ley Natural, a la Ley de Dios y al mensaje divino, las uniones de parejas estigmatizando al que no coincide con sus criterios mundanos; es así como los reyes católicos se ponían el “cuerno” y tenían hijos regados por todos lados, pero solo contaban los que eran reconocidos dentro de matrimonio, aunque fueran concebidos por intereses políticos y económicos derivados de alianzas entre naciones para sojuzgar a los pueblos y por ende ajenos al amor. Pues bien, si la humanidad decidió construir la institución matrimonial para defender derechos de herencia y reconocer paternidad legítima, no hay de otra, el matrimonio tenía que ser entre hombre y mujer de a fuerzas. Por lo que en mi opinión, la unión entre dos personas del mismo sexo no es matrimonio y me vale si la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) o la Real Academia de la Lengua Española (RAE) dicen lo contrario, no porque esté en contra de la unión entre homosexuales, que no es mi asunto, sino simplemente porque las cosas se llaman como se llaman y por lo que son, si la SCJN y la RAE cambiaron de opinión, cito: “Matrimonio: En determinadas legislaciones, unión de dos personas del mismo sexo, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses”. Ello no cambia la realidad de que es necesario describir a la institución base de la familia cuyo propósito es la preservación de la especie y el término correcto para ello es matrimonio. Por lo tanto, hacer una marcha en contra de lo que no existe, me parece, por decir lo menos ¡Estúpido! Una vez aclarado esto, me voy a referir a la unión de personas del mismo sexo como Unión de Conveniencia y ahí entraríamos al tema del derecho a adoptar pequeñines, tema que trataré en la siguiente entrega, por hoy, tengan calma y recuerden el mensaje del Cristo: “Amaos los unos a los otros”, aunque sean gay´s… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador