“Asesinados en Aguililla”

Celaya, Guanajuato, 14 de octubre del 2019

En mi opinión, a los policías asesinados en Aguililla los mandaron al matadero sus mandos superiores.

R- Guauuu, no te parece una afirmación temeraria, mi Santias.

S- Cuando era pequeño, había un programa en la tele que se llamaba “Combate”, en el presentaban episodios de la segunda guerra mundial, en donde obvio, siempre ganaban los gringos.

R- Guau, que buena memoria tienes, mi Santias, esos programas eran en blanco y negro.

S- Así es mi Rufo, hago referencia a ello, porque, desde entonces, una de las estrategias de los gringos era emboscar a los convoyes alemanes, que para su beneficio, se formaban como trenecito en los caminos, lo que los convertía en automático en tiro al blanco de los emboscadores, que siempre ganaban, por tres razones: 1.- Porque el que embosca escoge escenario y posiciones ventajosas, 2.- Porque el que embosca dispara primero y el que dispara primero dispara dos veces, y 3.- Porque en los programas gringos siempre ganan los gringos.

R- Grrr, no te entiendo, mi Santias.

S- Porque no quieres entender, perro. Lo que estoy diciendo es que era de sentido común no mandar a zona de guerra, cuatro camionetas con policías, formadas como trenecito, ¡porque es una estupidez!, como se exhibía desde los años sesentas en los programas de Combate. Cosa que les valió madres a los mandos policíacos, qué bien pudieron mandar un helicóptero de avanzada.

R- Auuu, quizás no vieron la serie de Combate los del gobierno de Michoacán, guarf, guarf, guarf… Lo sé, me disculpo, no estamos para bromas, perdón mi Santias.

S- ¡Tienes razón!, no estamos para bromas, no con catorce muertes derivadas de órdenes irresponsables y mandos idiotas; lo que habrá que investigar,… o mandar el cajón del olvido, como es usual. Por otro lado, creo que es urgente analizar porque surgen criminales; yo opino que delinquir es atractivo por la sensación de poder que da el dominar a otro y el beneficio económico sin esfuerzo, además, en la gente enferma de la mente y del corazón, la violencia les gratifica, si a ello añadimos que el sentido de pertenencia a la pandilla y que el reconocimiento que reciben de sus correligionarios es motivador, tenemos el caldo de cultivo para el crimen sin conciencia.

La única desventaja es que esto da satisfacción temporal, no felicidad, y que la vida en el temor y riesgo constante no da calidad de vida; el problema es que los malandros no lo saben o no tienen alternativas ¡Por eso delinquen!… El problema institucional es que en nuestras escuelas y universidades, no formamos personas (ciudadanos), lo que se agrava con el modelo socioeconómico que es inmoral e injusto, lo que nos ha llevado a generar personas enfermas y resentidas a las que el dolor ajeno les gratifica; todo esto aderezado de manera criminal desde el gobierno con la promoción de una lucha de clases (Chairos vs Fifís), que justifica hacer daño al que es diferente, porque quién es diferente, en una visión simplista, es responsable de mis problemas y de mis carencias. Esto es tan grave, que hoy en la mañana me encontré un tuit donde un idiota señalaba que Raúl Salinas de Gortari viajó en el mismo avión que el Peje, pero Raúl en primera clase, mientras el Peje en clase turista, donde viaja el pueblo; como si al viajar en primera clase dejaras de ser pueblo.

La lucha de clases es una estrategia criminal que justifica cualquier delito y exhonera al gobernante, se parece al odio que fomentó Hitler contra los judíos y que llevó a que vecinos y amigos los denunciaran, incentivados con la oportunidad de quedarse con los bienes del denunciado. En otras palabras, en el odio y una ganancia se justificaron crímenes que cometieron personas que en otras condiciones hubieran sido catalogadas como gente decente o gente normal. Hoy mucho de eso pasa con quienes delinquen, por eso matar, secuestrar o robar se considera meritorio dentro de ese entorno; cosa de ver a los Maras, a los cárteles y a otras organizaciones delictivas, como los partidos políticos en México.

R- Grrr, ya te entendí, hay que educar y formar ciudadanos, pero, volviendo al tema de Aguililla, ¿porque si sabemos todo eso, los “jefes” no usan el cerebro y dejan de mandar a soldados y policías al matadero?

S- Porque en muchos casos, los jefes son burócratas y no deberían ser jefes, como en el caso de Silvano, quién nunca debió ser gobernador de Michoacán o el Peje, quién nunca debió ser Presidente… Ojo, no nos equivoquemos, tampoco Pepe Toño Meade ni Ricardo Anaya merecían ser presidentes de México, ese es nuestro drama político, pero esa, esa es otra historia… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador