Morelia y la Senaduría
Rueda de Molino
López Obrador ni enfermo, ni moribundo, ¡sino todo lo contrario!…
Jorge Hidalgo Lugo
En uno de sus bien ensayados ejercicios de distracción, Andrés Manuel López Obrador volvió a las andadas y difundió una nueva versión de su estado de salud que pasó de revisión de rutina a un cateterismo en tiempo récord.
Como antes lo hizo con la presunta afectación de Ómicron, del que por igual salió bien librado en cuestión de horas, lo que no sucede con la generalidad de pacientes que en realidad y por desgracia, sufren esos padecimientos.
La estratagema del huésped de Palacio Nacional, esta vez se da de manera simultánea al escándalo que pone en evidencia nuevamente la corrupción y deshonestidad que permea en la realización de las obras faraónicas y sus ejecutores.
Ahora, la nueva modificación al trazo del Tren Maya que dejará pérdidas multimillonarias en lo ya avanzado, pero que además significará ahora un incremento presupuestal de más de mil millones de pesos, como si el país estuviera para soportar estos despilfarros que no se mencionan, eso sí, en la discursiva oficial.
Así justo en el momento que arreciaban los señalamientos por esta falta de planeación que luego de una indagatoria de campo dejaron al descubierto que los estudios hechos del tramo cinco del Proyecto de Nación del gobierno federal, nunca tuvieron sustento, y fueron inflados diametralmente en presupuesto.
Este yerro, provocó un gasto ya realizado que sobrepasa los 100 millones de pesos en menos de dos años.
Danza de miles de millones que dejan asomar el desaseo criminal con que se manejan los recursos de los mexicanos, en una obra que difícilmente podrá recuperar lo invertido y a la que ahora se deben suministrar más recursos que bien pudieran ser canalizados a Salud, donde tanta falta hacen.
Se debe recordar que en la construcción del Tren Maya, se han realizado ya siete cambios en sus trazos originales, lo que no sólo ha alterado trabajos en Playa del Carmen, que ya suspendidos, sino en otras partes como en Campeche.
Esto derivado que la Secretaría de la Función Pública (SFP) encontró diversas deficiencias en contratos, como incumplimiento en los plazos e, incluso, obras que resultaron ser un dispendio por parte del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Un expediente sin resolver, un faltante que deberá salir de algún nuevo recorte canallesco en contra de los mexicanos y para desviar los reflectores de la escena del crimen, la salida mediática de rigor con las falacias ya conocidas.
Un pro hombre que supera siempre, con fortaleza, valentía, decisión y carácter, las adversidades. Como ejemplo de lo que debe ser su pueblo ciego y obediente, ante cualquier circunstancia no favorable.
Y por si fuera poco, el nuevo modelo chavista que ha seguido al pie de la letra en su errática gestión, López Obrador y su teatralidad insufrible lanzando mensajes de consolación a sus floreros, mascotas, fanáticos y oportunistas, respecto al testamento político con qué según él, se garantiza la continuidad de su proyecto tiránico y no menos populista.
“Tengo la responsabilidad de actuar previendo todo, cualquier circunstancia, más cuando iba yo a someterme a este cateterismo y tengo desde hace algún tiempo un testamento y ya siendo presidente le agregué un texto que tiene, como lo dije en el video, el propósito de que, en caso de mi fallecimiento, se garantice la continuidad en el proceso de transformación y que no haya ingobernabilidad”, aseguró en su victimización perversamente ensayada, cual si fuera un moribundo cerca del fin y pisoteando nuevamente la Constitución que prevé este tipo de eventualidades.
Mientras que el país sigue en caída libre, la inflación agobia a los mexicanos todos, los excesos del poder no disminuyen y la sangre tiñe de rojo una buena parte del territorio nacional, Michoacán incluido, López Obrador mantiene su demoledora destrucción de instituciones y se muestra seguro de lograr las reformas que tiene en la mira telescópica: Energética y Política.
Todo ante una oposición a la que se obstina en humillar, que utiliza a su detractora conveniencia y luce desfigurada, inexistente, omisa, cómplice y hasta asustada, ante el paso detractor de la tiranía que impone en su sello personal quien ni enfermo, ni moribundo, ¡sino todo lo contrario!…