Libros de ayer y hoy
Uruapan, Michoacán, 29 de octubre del 2016
Hubo una vez, que la gente soñaba con un mundo mejor y trabajaba para ello… ¡Esto se acabó!, hoy lo que viene es más pobreza y explotación humana.
Me encontré en Youtube y en Netflix el documental: “Requiem for American Dream”, en donde de una manera sencilla, entendible y clara, Noam Chomsky describe la transición de un modelo de bienestar en los años 50´s y 60´s a un modelo de explotación y acumulación de riqueza a partir de los 70´s; modelo que hoy tiene en la miseria a millones, y se siguen sumando,… mientras un pequeño grupo se enriquece a lo pendejo (o sea mucho) y buscan el control mundial apoyados en leyes elaboradas para su beneficio por congresistas que fueron capaces de vender su alma al diablo con tal de que sus campañas fueran financiadas dentro de un modelo en donde el egoísmo y el individualismo van sentando sus reales de manera tal que al no importarnos el prójimo, el vecino, el connacional, el migrante; perdamos en automático la capacidad de organización ciudadana para enfrentar esos poderes, que en manos de pocos, lentamente esclavizan a la humanidad (deshumanizada) para acumular más poder y riqueza.
Hoy, lo vemos en las páginas de cualquier periódico, el ser humano es desechable, hoy, lo vemos en cualquier crucero, tú y yo y muchos más vemos con desdén, cuando no con desprecio, al que mendiga y pide un peso para un mendrugo de pan; hoy, tu y yo y muchos más nos alejamos de nuestra naturaleza projimal para encerrarnos en nosotros mismos, para buscar nuestro bienestar creyendo, de manera equivocada, que lo encontraremos al consumir, al comprar, al tener, al acumular, al presumir,… insisto, de forma equivocada porque esa no es la naturaleza humana, porque, como describe Chomsky, de forma ideada, consciente y planeada, a través de la publicidad, la televisión y el discurso que ofrece felicidad si adquieres bienes y productos que no necesitas; nos han alejado de nuestra naturaleza solidaria para desmembrarnos, para convertirnos en masa consumidora, una masa incapaz de unirse para luchar contra el abuso y la injusticia, una masa manejable, maleable y, lo repito, desechable.
Noam Chomsky, lingüista, filósofo, científico del conocimiento, historiador, crítico social y activista político, afirman y comparto, es considerado el intelectual más influyente de nuestra época; y cosa rara, es un intelectual que se podría describir como de “izquierda” a pesar de ser norteamericano; y cuando digo izquierda, es que su interés está en la persona y en el bien común (de hecho, no de discurso), no en la ganancia, la acumulación, la riqueza y obvio, no en la corrupción, solapamiento y vergüenza que caracterizan a nuestros partidos políticos, donde Morena y el PRD no hacen ninguna diferencia.
El documental inicia con una remembranza de Noam en donde recuerda la pobreza de su familia durante la “Gran Depresión” gringa, depresión que cuantitativamente no era muy diferente a la pobreza en el México de hoy, pero que cualitativamente tenía una gran diferencia: los ciudadanos de entonces tenían esperanza, la esperanza de que todo iba a mejorar; esperanza que no existe hoy y hay razones para ello; durante la “Gran Depresión”, los gobernantes, líderes y políticos tenían un legítimo interés por mejorar las condiciones del pueblo, hoy, con un cinismo que espanta, muchos gobernantes mexicanos (salvo honrosas excepciones), empezando por la cabeza presidencial, simplemente están en lo suyo, enriquecerse, ayudar a sus cuates y compinches, otorgar impunidad a los de su grupo, pandilla o camarilla y, tratar de construir una estructura legal, institucional y jurídica que les proteja cuando dejen el poder, mientras con un discurso ramplón salen con la “pavada” dirían los españoles, pendejada se dice aquí, de que no quieren joder a México.
Hoy, señala Chomsky, la desigualdad que vivimos no tiene precedentes, desigualdad que se funda en la inmoral e inhumana acumulación de riqueza de un pequeño sector de la población. Desigualdad planeada de forma criminal y no sé si llamar inteligente porque explotar al prójimo no me parece inteligente, pero si efectiva, que ha permitido que el modelo socioeconómico privilegie a la clase financiera (depredadora), política (corrupta) y empresarial (abusiva), en donde las excepciones son cada día más difíciles de encontrar y quienes, con un discurso cínico, simplemente justifican su buena fortuna diciendo que es un derecho derivado de un actuar inteligente con un esfuerzo sostenido,… aunque sea robando y explotando al prójimo… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador