Política gourmet
Reflexiones sobre “La Revolución Mexicana.” Criterio esencial: Los hombres y mujeres mexicanos que hicieron las revoluciones de Independencia, de Reforma y de 1910, de ninguna manera ofrecieron a la patria sus luchas, sus sufrimientos e incluso sus vidas, para que los mexicanos de hoy fuéramos desagradecidos hasta el grado de desprestigiarlos y el extremo de repetir los males contra los que ellos lucharon. Ellos se ofrecieron a sí mismos contra la opresión económica y política, contra la miseria moral en que los tenían los malos gobiernos y la peor opresión religiosa, para que nosotros estuviéramos libres de esos males; si de nuevo hemos caído en esas desgracias NO se les culpe a ellos, sino a nuestra indolencia, a nuestra carencia de convicciones sociales por la educación y el desarrollo económico compartido, por nuestra cobardía, y por contentarnos con echar insultos y burlas groseras en las redes sociales.
Nadie eligió dirigentes de una revolución a Madero, Villa, Obregón, Calles, Zapata, Múgica, Cárdenas y otros miles “que se levantaron” en todas las regiones del país: surgieron del pueblo contra las tiranías económica, política, social y religiosa. Lo que esté sucediendo cuatro o cinco generaciones después, es compromiso de estas nuevas generaciones, y si tenemos conciencia de responsabilidad deberemos proponer nuestras propias soluciones, y luchar por ellas con las armas de hoy.
Debemos estudiar sin prejuicios de grupo o de partido nuestra Historia, para conocer, e igualmente practicar, los Valores que movieron a esos hombres y mujeres revolucionarios al grado de heroicos, como la Amistad, la Responsabilidad social, la Solidaridad humana, la Valentía, la búsqueda de la Justicia, o la Libertad de pensamiento. Todo cuanto ahora padecemos se debe a que abandonamos esos Valores y caímos como pueblo en la corrupción y en la impunidad. Ellos revolucionaron el
México de su tiempo, ahora nos toca a nosotros nuestro tiempo. O seguimos su ejemplo, o permanecemos esclavos de malos mexicanos y de extranjeros perniciosos. Cada quien decide, hasta formar una nueva revolución.