¿Quejarse en Semana Santa?

La pregunta del título de esta colaboración viene a cuento porque estos que transcurren suelen ser días de vacaciones, de descanso, de “relax” y de necesarios momentos de reflexión, solos o en familia, sobre cómo piensa o se siente cada quien, cómo van sus asuntos personales, familiares o de negocios.
Y resulta que sí hay muchas cosas de qué preocuparse y, válgase la expresión, de qué quejarse, ya que según todas las encuestas de opinión a la mayoría de las personas les parece que se sienten más inseguras, que hay desabasto de medicamentos y problemas de atención en las clínicas y hospitales del sector público, que aumentan los problemas para una mejor educación de sus hijos en las escuelas, que cada día aumentan los escándalos de corrupción de los funcionarios del gobierno actual y muchas otras cosas más.
Quienes ahora gobiernan en el país y en la mayoría de los estados nos ofrecieron que todo sería diferente porque ellos no eran iguales, no eran “los mismos” y que en cuanto ellos llegaran a estar al frente todo empezaría a resolverse. Pero, lamentablemente, no ha sido así, sino todo lo contrario.
Las noticias de los últimos días ilustran la imagen de un país en decadencia, más preocupado el gobierno por ver cómo saca adelante una sumamente cuestionable y turbia elección del poder judicial –que vulnera tratados internacionales-, que por deshacerse de la terrible herencia de las administración lopezobradorista, que dejó un desastre financiero en Pemex, en salud, en el manejo de la deuda pública y en las áreas de transparencia de las finanzas estatales.
El escándalo de que en la empresa estatal Birmex, creada por AMLO para combatir la corrupción en el sector salud, hay sobrecostos por 13 mil millones de pesos, no es un asunto menor. Al igual lo fue que en el 2024 el IMSS no surtió 11 millones de medicamentos, principalmente para el cáncer.
Se informa que Pemex debe más de un billón de pesos, más del doble que los 500 mil millones de pesos ya reconocidos por la paraestatal, cuyo exdirector (hoy al frente del Infonavit) será el responsable de construir más de un millón de viviendas. Pero por ese enorme adeudo no hay ninguna responsabilidad, sino premio.
Últimamente se dio a conocer la escandalosa declaración del gobernador morenista de Puebla, quien extorsionó a desarrolladores de proyectos inmobiliarios para que le otorgaran predios con el fin de construir viviendas para policías o de lo contrario los expropiaría (pareciera que eso se está echando para atrás).
Como conclusión a este reducidísimo rosario de penas (agrupo las de las madres y familiares buscadoras de hijos desaparecidos, que exigen la renuncia de Rosario Piedra a la inexistente CNDH), no puedo dejar de señalar que todo esto es producto de la actuación de gobiernos sin contrapesos, sin organismos institucionales y de la sociedad civil que sean escuchados y tomados en cuenta.
Los actuales gobernantes de Morena actúan sintiéndose dueños del país, como si no hubiera leyes que respetar, como si no tuvieran que rendir cuentas de sus actos (¿les suena aquello de que “no me vengan con eso de que la ley es la ley”?). Por eso desaparecieron todos los órganos reguladores y de rendición de cuentas bajo el argumento de que los creó el neoliberalismo, cuando en realidad los creó la sociedad civil y que fueron parte de los contrapesos y de los necesarios controles democráticos de la sociedad sobre el gobierno.
Hoy no hay contrapesos. No hay controles sociales. La vía al autoritarismo está libre. Ojalá y la Semana Santa nos ayude a librarnos de este maleficio.