El foro que reunió este domingo a Claudia Sheinbaum de la Coalición Seguimos Haciendo Historia, a la abanderada del PRIAN y al candidato de Movimiento Ciudadano para exponer sus ideas y propuestas para la Presidencia de México fue positivo porque ofreció una imagen general sobre el perfil y los alcances que tendría en cada caso ser titular del Poder Ejecutivo Federal y un resumen de tal experiencia se puede enunciar así:
El formato del debate inevitablemente fragmentó la exposición sobre los problemas y propuestas que se fueron abordando en cada tema y el minuto final que debería dar una imagen general sobre la visión de país que compromete a cada candidat@ fue claramente insuficiente.
La diferencia central entre Claudia y los otros dos contendientes se evidenció en los argumentos y hechos que han marcado su experiencia como gobernante de la entidad más importante, la CDMX, que es una vitrina para quien quiera ver las acciones y los resultados logrados por ella, ¿Cómo competir con esa trayectoria desde las experiencias particulares de Xóchitl y Jorge A. Máynez acotadas por sus propias dimensiones particulares?.
Claudia invocó en el debate el Humanismo Mexicano como su orientación filosófica y política de gobierno en armonía con el pensamiento y práctica de Andrés Manuel López Obrador con quien tiene una identificación pública y comprometida en ese pensamiento. ¿Cuál es el pensamiento y compromiso equivalente de Xóchitl y Jorge A. Maynez?-
Claudia cuidó la distancia política y hasta el trato físico y visual con sus competidores evitando las provocaciones y concentrando sus intervenciones en argumentar sus propuestas para los temas centrales desde la experiencia realizada en la CDMX y argumentando la factibilidad de su aplicación en todo el país. Frente a ello, las críticas y propuestas de los dos adversarios se vieron necesariamente limitadas, fragmentarias y cargadas de calificativos.
Las intervenciones de Xóchitl ratificaron su dispersión, generalidad, visceralidad, contradicciones y pifias que ya son de dominio público. Lo más grotesco fue el final exhibiendo el escudo nacional invertido con el águila puesta de cabeza. Algo muy sintomático.
La superficialidad y falta de respeto hacia el público llevó a la abanderada del PRIAN a negar reiteradamente su adscripción y compromiso con esos partidos y a reiterar igualmente el supuesto carácter gélido e insensible de Claudia. Eso sólo se puede decir si se ignora cómo se ha relacionado Claudia con la gente en todo el país y en todos los sectores. En sus recorridos ha sido pauta su entrega, afecto y encuentros que evidencian el cariño y confianza con el Pueblo de México, con las comunidades originarias, maestr@s, obrer@s, estudiantes, gente de los barrios populares, empresari@s, académic@s, científic@s, personajes del extranjero y otr@s. Ella ha recorrido ya varias veces todos los estados profundizando esa identificación humana sincera y comprometida.
El candidato de Movimiento Ciudadano se vio más sobrio en sus críticas y propuestas, pero, nada extraordinario o que no esté ya incorporado al amplio contenido de los cien compromisos de Claudia para construir el segundo piso de la tranformación.
Lo que se esperaba se cumplió: Claudia logró poner en su lugar a la derecha y a su candidata sin caer en provocaciones y enunciando ideas clave de su futuro gobierno.
Seguramente para el segundo debate a realizarse el domingo 28 de abril habrá otros planteamientos importantes como líneas básicas del Plan de Gobierno de la Cuarta Transformación bajo el timón de Claudia, primera Presidenta de México.