Tiene Rumania un estupendo debut al vencer a Ucrania
Sólo faltan unos días para que las y los ciudadan@s convocad@s a votar con base en un padrón de cien millones de personas de acuerdo al INE, determinen con su voluntad individual a quiénes quieren darles el encargo en los más de 20,000 puestos públicos que están en la contienda.
Por supuesto, la Presidencia de la República y las nueve gubernaturas en juego acaparan el interés de la población y de todas las fuerzas políticas.
Nuevamente, como ha sucedido en las últimas elecciones, el Pueblo de México es el actor principal, porque es el que garantiza que el proceso sea pacífico y creíble. El INE y el tribunal electoral han demostrado su parcialidad y hoy, se encuentran bajo un escrutinio público sin precedentes.
Ante la derrota anunciada por todas las encuestas para la Coalición Fuerza y Corazón por México del PRI, PAN y PRD y ante la debacle de su candidata presidencial, ya se adelantan algunos de sus personeros a amenazar con judicializar y nulificar el proceso aprovechando que tienen control sobre el INE y el tribunal electoral -órganos que calificarán el mismo- eso les provoca la tentación de usarlos para violentar la voluntad popular. Nada más temerario, provocador e irresponsable de parte de esa derecha golpista dadas las consecuencias legales y políticas que desataría semejante desatino.
Efectivamente, se trataría de un golpe de estado técnico con el que pretendería la derecha aplicar el viejo y cínico lema de cuando pierdes arrebatas. Hay que recordar que con esa orientación se aplicaron los fraudes del pasado. En el México de hoy, no es posible transitar por ahí sin llevar al país al abismo de una confrontación interna de resultados imposible de predecir, pero, que sin duda alguna a nadie beneficiaría.
Es claro que les resulta inaceptable acatar la voluntad de las mayorías a quienes detentan y se aprovechan sin límite del Poder Judicial de la Federación al cual convirtieron en su mayor bastión de “legitimación legal” de la corrupción que cubrió la vida pública por décadas nulificando su esencia de órgano de justicia.
Además de los grandes escándalos por la subordinación abierta de la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor de la derecha y de la reiterada práctica en los diversos ámbitos del Poder Judicial de proteger a la delincuencia de cuello blanco y del crimen organizado, es conocida su resistencia a renunciar a sus exorbitantes ingresos y privilegios obscenos en un país con necesidades apremiantes para millones de familias.
En tal escenario debe preocuparles la aplicación del Plan C de la Coalición Sigamos Haciendo Historia que plantea reformas a la Constitución entre las que se encuentra precisamente la Reforma del Poder Judicial para democratizar y sanear su funcionamiento. De ahí que la pretensión de anular por la vía judicial el actual proceso electoral es la última carta que se juega la derecha electoral en alianza con ese Poder.
Es de esperar que como dice el pueblo, la sangre no llegue al río y se respete la voluntad del electorado que acudirá este domingo a decidir quienes deben gobernar a México.
Si algo tiene de positivo la desesperación de la derecha que va a la derrota electoral y hace fantasías golpistas, es que ha provocado que los millones de personas que desean que continúe la Cuarta Transformación con Claudia Sheinbaum en la Presidencia de México, voten masiva y contundentemente con la convicción de defender y movilizarse por el respeto a su voto si se hace necesario.
Es de desearse que en la noche de este domingo 2 de junio con el respeto a la voluntad popular se celebre una fiesta electoral en paz.