Echando puTrazos: pensiones
Proyecto Secreto
PENSAR NUESTROS PROBLEMAS
Recuerda tu realidad: la muerte es sólo un paso a la gloria inmortal o a la desgracia total y definitiva.
Un pueblo fiestero, que busca la diversión, la elevación, que es superficial y ligero porque piensa poco y lee menos.
Estamos en una prueba nunca vista, con un enemigo asesino, innumerable, invisible.
Es tiempo de conversión al recogimiento, a la reflexión, a una vida sobria, sin ruido sin complicaciones
descubriremos con asombro y con gozo la terrible gravedad, profundidad de la crisis mexicana y mundial, del ataque del COVID 19, la crisis de medios de subsistencia por el manejo desafortunado de la inversión, producción, distribución de la riqueza; de la crisis del gobierno que no enfrenta los problemas, enajenado en su ideología, ideas autoritarias, delirio de grandeza, necedad absurda.
Los problemas, aunque forman una crisis global, que afecta todas las vertientes de la vida, no son problemas aislados, tienen raíces y ramificaciones en el cuerpo social y todas sus manifestaciones vitales.
Hay una crisis de valores que hacen diferentes a los seres humanos, de los principios y virtudes invisibles que arman el andamiaje de la vida humana. En nombre del laicismo, progreso técnico, derechos humanos se tiran a la basura. así la verdad que es un valor que está por encima del pueblo y de los presidentes.
Por no basar su gestión en el cimiento de la verdad, las autoridades niegan problemas muy graves de la nación y pierden la oportunidad única de detener el desastre de la nación, el sufrimiento y muerte de las mayorías pobres y construyen sus programas en el aire, castillos imaginarios y nos tienen en un país del 4M, del cuarto mundo, muy por debajo de los países emergentes y del 3M, tercer mundo.
También nos hace falta la humildad, de la que se ejemplo sublime el divino Maestro, Jesucristo, el Dios que se hizo hombre y el último de los hombres y servidor de todos es un modelo sublime.
Por la soberbia y la pretensión de ser el gobierno puro, porque “ya no es como antes”, ahora es peor, se niegan los burdos errores y no se ve la caída en el abismo del desastre. Todas las criticas se rechazan automáticamente se atribuyen a los adversarios, (todos los que no son porra y fanáticos del sistema). La verdad que les gritan desde otros países la consideran guerra política y “complot” contra el gobierno. Es lamentable la falta de sentido crítico, la autocrítica es impensable.
El vacío de los otros valores y los grandes principios que fundan la convivencia social armónica es evidente como la justicia ante la desigualdad social y la suerte triste de los pobres.
La suerte desastrosa y triste del país no va a ser mejor cuando pase la pandemia. Es tiempo de una mirada reflexiva, honda y críptica a los males profundos y endémicos de México.
Es una es patética y escandalosa la situación en muchos sectores, como el de la salud que deja expuestos a los mexicanos más humildes a la fragilidad de salud y falta de defensas ante cualquier virus.
Aparece la monstruosa desigualdad social que confina a los pobres en los palomares del Infonavit, sin los medios necesarios para enfrentar la contingencia. Con la urgencia de salir a la calle para conseguir el alimento. En eso no piensan los empresarios, preocupados por sus negocios en la macroeconomía.