Proyecto Secreto/Mateo Calvillo Paz
¿LOS POLÍTICOS PUEDEN SER BUENOS?
Mateo Calvillo paz
En la clase política no todo ha sido corrupción, bajas pasiones, ha habido personas buenas y con deseos de servir, héroes y santos.
Mirada panorámica
Varios amigos echan una mirada al rededor y no encuentran un político sincero, que busque realmente el bien de los mexicanos ni honesto, que no mienta ni tenga intenciones perversas que nunca saca a relucir. Si en el principio le creyeron, pronto se desengañaron. Y se preguntan: ¿alguna vez un político ha sido sincero y honesto?
Es cierto que cuando hemos sido tantas veces, algunos dicen siempre, burlados y engañados creemos que no existe el bien y la recta intención entre quienes buscan el poder. Hay personas tan mentirosos e inmorales, hay tantas otras que se pretenden diferentes y han caído en los vicios de siempre que hacen que perdamos la capacidad de creer.
El mundo de los servidores públicos está llena de corrupción. Hay quienes proclaman en los altavoces que vienen a acabar con los abusos y crímenes, con la mentira y el engaño y pronto dan prueba de ser la misma clase política.
Rezaba la canción: “no, no existe el amor, es tan sólo una fábula inventada por ti… Te burlaste de mi”. Lo mismo podemos cantar de la verdad, el deseo de servir, el bien de los pobres, la recta intención, la virtud.
No es necesario dar ejemplos de traición a las promesas de campaña, la verdad y al Bien Común, son todos, diría otro. Se habla de democracia y de que “ya no es como era antes” y en esa gente vemos hechos lamentables: se juega con los procesos electorales, como el caso lamentables, ridículos en que fueron burlados los ciudadanos de Iztapalapa con aquellas elecciones de Juanito y Clara Brugada, es sólo un botón de muestra.
Se protege a los criminales hermanos y parientes como la familia del Presidente, se les aplica la ley de otra manera, para ellos no cuenta la lucha radical e implacable contra la corrupción. Los criminales protegidos del más alto nivel y los que mayores daños han hecho están en su casa, a otros no los tocan porque les deben favores.
Todo es maldad y engaño, mentira y apariencia de virtud.
Los mexicanos más lúcidos captan la situación de descomposición social, de vicios y perversión que estamos viviendo, pero son prudentes y guardan silencio. Hay tantos que lo comentan en sus círculos más cercanos, como en voz baja y sus voces de protesta no trascienden ni cambian nada.
Los actores políticos hacen la fuerza en la cara y juran que ellos si son diferentes y que terminó tanta mentira y engaño, tanta tradición al bien de los pobres y a su derecho a una vida digna, sin miseria material y moral, con dignidad y orgullo, con la posibilidad de tener sueños y realizarlos, soñar en la felicidad, el triunfo sobre la vida miserable, en la vida digna y libre de angustias.
La luz del Altísimo
Hay mexicanos que tienen el sentido crítico adormecido, tal vez en el fondo perciben la corrupción y la maldad, pero como que ya se les hizo ca un yo, ya no les importa.
El pueblo “bueno” ha sido mantenido en la ignorancia y la postración por tantos gobiernos, de tantos colores. Es triste ¿Acaso ya se les robó la conciencia y la capacidad de distinguir a los malos y sus crímenes detrás de sus afirmaciones mentirosas y sus poses populistas?
¿Quién se preocupa de los humildes en extrema pobreza, de los miserables materiales y fatalistas que llevan una vida desdichada y disminuida. Ellos se vuelven conformistas. Un dicho que revela una desgracia profunda y dolorosa es aquel: “esta suerte me tocó”, “el que nace pa´ tamal. En el seminario había un trabajador que tenía este ritornello: “no, vale, esto estoy jodido”. Es sumamente dolorosa esta experiencia que de vez en cuando expresan los humildes.
Sí ha habido servidores públicos muy limpios y honestos, que entregan todo para cambiar la suerte de los que sufren. Desde muy antiguo y en los pueblos indígenas ha habido personas muy nobles y puras, muy rectas que han entregado todo por redimir la suerte de los pobres. En la tradición creyente de occidente encontramos a personajes como Moisés y el rey anunciado y esperado que realiza el ideal del servicio, el Servidor de Yahvé y el sublime Mesías que realiza el ideal, Jesucristo que anuncia la Buena Noticia a los pobres y que pone en marcha un mundo nuevo siendo clavado en la cruz, muriendo y recitando en un mundo nuevo.
Ha habido otros, el Siervo de la nación, el sublime Moreliano que se forjó en la vida esforzada de arriero, que sirvió con admirable caridad a su pueblo y a los enfermos, que tomó la bandera de la libertad y una vida digna y fue fusilado por sus enemigos, los agentes de la opresión y la sujeción a intereses extranjeros que extraían las riquezas y las vidas de los pobres.
Ahora muchos, sin ser gachupines, en el poder se enriquecen y oprimen a sus hermanos, los mantienen en la pobreza y atraso y ellos se llevan las riquezas al extranjero o las guardan en los bancos.