Primer debate o simulación de debate

En general, dado el formato acartonado y los tiempos asignados, el “famoso” debate no es debate; menos con la participación de cinco, cuatro de ellos con la “consigna” de atacar a Andrés Manuel López Obrador, El Peje, hoy puntero en las encuestas.
Por orden, mi opinión irá de abajo para arriba, por sus posiciones en encuestas:
El Bronco, Jaime Rodríguez, hoy en último lugar, seguirá en último; dicharachero, a veces simpático a veces mamón, evadió lo tocante a su deshonestidad, buscó atacar a AMLO y su mejor “propuesta”, cortar una mano a delincuentes del gobierno.
Margarita Zavala, pobrecita, apuntando con los dedos al público para dar énfasis a la falta de propuestas, defendiendo a Felipe, envolviéndose en la bandera de las sufridas mujeres, ni fu, ni fa, seguirá en cuarto lugar ¡Gracias por participar!
José Antonio Meade, continua haciéndole la campaña a AMLO, no dejó de mencionarlo, estuvo a dale y duro con tres departamentos no declarados por el Peje en su 3de3, como muestra de corrupción, cuando en su palmarés carga, por acción u omisión, con la impunidad institucional otorgada a EPN, Romero Deschamps, moreirá´s, medina´s, César Duarte, Lozoya y la ya famosa: ¡No te preocupes Rosario!, señalada por fraudes en miles de millones de pesos… Cada vez que Meade habla de la corrupción de otros, escupe al cielo. Seguirá en tercero y a la baja.
Ricardo Anaya, el “Chamaco maravilla”, en mi opinión el que mejor desempeño tuvo en el debate; cometió el error de atacar al Peje una y otra vez, desperdiciando la oportunidad de verse presidencial y poner sobre la mesa verdaderas propuestas para combatir las pandemias nacionales, más allá del discurso facilón de: “Combatiremos la corrupción” Creo que afianza el segundo lugar y pue´ que repunte y se acerque un poco al Peje.
Andrés Manuel López Obrador, cumplió su papel de no resbalar y aprovechar la ventaja en las encuestas para seguir en primer lugar, a pesar de las tepocatas y víboras prietas que lo acompañan en su equipo. Bien a secas.
Reflexión final: El Peje es viejo conocido de todo México, agredirlo nada aporta al conocimiento de que de él tenemos y si exhibe la desesperación de quienes, abajo en las encuestas, no tienen recursos para repuntar por méritos. En adición, hablar mal del AMLO es como platicar una película que ya vimos, aburre y exhibe a los opositores, todos, en sus imitaciones, ignorancia y falta de propuestas.