Política gourmet

REDES SOCIALES: DEL SUEÑO DE LA DEMOCRATIZACIÓN INFORMATIVA A LA PESADILLA DE LA DESINFORMACIÓN
POR YAZMIN ALESSANDRINI
* Mantenernos conectados permanentemente tiene sus ventajas y desventajas
* La ‘Primavera Árabe’ en Egipto trajo consigo un nuevo paradigma informador
* El reto inmediato es aprovechar positivamente el poder transformador de las RRSS
UNA NUEVA COTIDIANIDAD.- La evolución del internet y las redes sociales en México representa una de las transformaciones más significativas en nuestra forma de comunicarnos. Durante la primera década del 2000, fuimos testigos de una revolución silenciosa: el internet pasó de ser una herramienta utilizada por apenas el 2% de los mexicanos, a conectar al 31% de la población para el final de la década… ¡Un asombroso crecimiento del 1450%! Esta era marcó el inicio de una nueva forma de vida donde comprar, investigar, jugar y comunicarse a través de la red se volvió cotidiano. La segunda década trajo consigo la era de las redes sociales. Después de los intentos pioneros de Myspace, Metroflog y Fotolog, llegó Facebook en 2008, transformando radicalmente nuestra manera de interactuar. La promesa era simple pero poderosa: Mantenernos conectados con nuestros seres queridos sin importar la distancia. Twitter, por su parte, aunque con menor número de usuarios, se convirtió en una herramienta de comunicación masiva que democratizó la información. La “Primavera Árabe” (2010) en Oriente Medio representó el punto más alto de este ideal de democratización informativa. Las redes sociales y los teléfonos móviles permitieron que el mundo fuera testigo en tiempo real de las revoluciones que derrocaron dictaduras aparentemente inamovibles. Por primera vez, la narrativa no estaba controlada por los medios tradicionales, sino por los ciudadanos comunes.
ATERRIZAJE FORZOSO.- Sin embargo, esta misma capacidad de reportar y expresarse libremente trajo consigo un lado oscuro: La desinformación masiva. Las “fake news” se convirtieron en un fenómeno global que ha afectado desde celebridades internacionales hasta figuras públicas locales. Recordemos el caso de la estrella del pop estadounidense Taylor Swift, quien fue víctima de imágenes falsificadas con inteligencia artificial que se viralizaron en cuestión de horas o el caso mexicano de Peso Pluma, cuando falsos rumores sobre su muerte inundaron las redes sociales causando pánico entre sus seguidores. Y, más recientemente, vimos cómo un video descontextualizado sobre familiares de los integrantes de grupo Frontera generó una controversia innecesaria, demostrando cómo las redes sociales pueden distorsionar la realidad y crear narrativas falsas que afectan la reputación de artistas y figuras públicas. Esta es la paradoja de las redes sociales: Las mismas herramientas que nos permiten estar más informados y conectados que nunca, también pueden convertirse en vehículos de desinformación y manipulación. La democratización de la información trajo consigo la democratización de la desinformación. Como sociedad, enfrentamos el reto de aprovechar el poder transformador de las redes sociales mientras desarrollamos los anticuerpos necesarios contra la desinformación. No se trata de abandonar estas plataformas, sino de utilizarlas con criterio y responsabilidad, verificando fuentes y contextualizando la información antes de compartirla. La próxima década determinará si podemos encontrar el equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad informativa. Mientras tanto, es crucial recordar que detrás de cada historia viral, de cada controversia en redes, hay personas reales cuyas vidas pueden verse profundamente afectadas por la difusión de información falsa o descontextualizada.
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