Ernesto Zavaleta
¿Quiere dejar de ser delincuente?, sólo apoye a López Obrador.
“San Lázaro, para que un amparo, vota por el Peje. Es cuanto”.
 
Durante 23 años para ser maestro en Oaxaca el requisito era ser Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE), ahora el requisito para dejar de ser delincuente o salir de la “mafia en el poder” el requisito es apoyar a Andrés Manuel López Obrador.
No son homicidas, ni extorsionadores, ni agresores, ni responsables de la quema de autos e inmuebles, son presos políticos víctimas de la mafia en el poder; las faltas que comenten contra la ley y el derecho de los demás no son crímenes ni intolerancia, son actos de la lucha por la democracia.
Al secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, al dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, y a todos aquellos que le piden cuentas a Andrés Manuel López Obrador “El Peje”, se les olvida que en México no deben respetarse ni las instituciones ni las leyes que maneja la mafia en el poder.
El líder de Morena sólo tiene una meta, no importa cómo, ser Presidente de México, y por ahora su estrategia es clara, si la mafia el poder, pues vamos a debilitarla apoyando y afiliando delincuentes.
Y si, cómo lo señalan las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Sistema Nacional de Seguridad Pública, cada hora se comenten en México 181 delitos, para el 2018 seguro que Andrés Manuel López Obrador logra suficientes simpatías y votos.
Por este camino ya puede contar con más de 250 mil votos de los delincuentes integrados al sistema penitenciario, fuerte campaña le espera en la Ciudad de México que suma más de 50 mil reos, en el estado de México que casi llega a 30 mil, y en Baja california que raya los 20 mil.
Total de esos reos quien supera la violencia demostrada por los “maestros” de la CNTE, quien de esos tras las rejas secuestran en un solo golpe a decenas de personas, alguno de los presos puede jactarse de robarle su patrimonio a miles víctimas cada mes, como lo hacen con los que si quieren ser maestros en Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero.
Y quienes son más criminales que aquellos que lastiman y roban el futuro a los que deben enseñar, guiar y proteger, sus alumnos, los niños.
Para los “presos políticos” de la CNTE y para Andrés Manuel López Obrador sólo hay una justicia, la que ellos toman por propia mano.
Así ha sido por más de dos décadas.
No sean así, yo también soy trabajador, suplicó un empleado de la Cámara de los Diputados a los “maestros” de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) quienes rociaron gasolina y prendieron fuego al auto, un Tsuru algo maltratado, quizá el único patrimonio de ese “cómplice del gobierno corrupto”.
Durante esa misma manifestación “democrática” de los miembros de la CNTE en septiembre de 2012, una madre, también empleada, y su hijo de cuatro años de edad fueron agredidos a golpes porque “rompieron el cerco” y casi lograron entrar al recinto de San Lázaro.
Rodearon el Palacio Legislativo y desde cada rincón abierto arrojaron piedras, botellas, tubos y lo que fuera contra los autos estacionados dentro; cada empleado, visitante o diputado que intentó entran o salir fue agredido.
Pero ellos si entraron, aunque en el pleno se acordó negarles el acceso, los diputados de la primera fracción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fueron por ellos a la puerta de la calle de Emiliano Zapata y una comisión de “maestros” de Oaxaca entregó su pliego petitorio.
Se hizo justicia… Sólo para los de la CNTE, ninguno de ellos fue detenido ni sancionado por las agresiones y destrozos; ni Andrés Manuel López Obrador, su líder; ni Martí Batres, su presidente, ni Alfonso Durazo, cabeza de la fracción de Morena, ni ninguno de los otros 12 diputados de ese partido levantaron la voz para pedir justicia para las víctimas de los “maestros” de la CNTE.
La justicia es justicia si me benéfica, si no es represión, la democracia es democracia si gano, si no es fraude. Esa es la filosofía pejista y de la CNTE.
“San Lázaro, voltea al sur, a Venezuela”.