Días atrás se divulgó de forma federal un acuerdo, donde se menciona que la calificación mínima para alumnos de nivel primaria y secundaria es de seis, situación que deja claro que no deben existir reprobados.

Lo cierto es que, con dicho acuerdo, la titular federal del sector educativo, Delfina Gómez, pone de manifiesto que no le interesa la calidad educativa y más bien busca popularizar la educación.

Con lo anterior, las consecuencias vendrán en el nivel bachillerato o profesional, pues varios educandos que lleguen a cursar primaria o secundaria y hagan uso de dicho beneficio de seis en su calificación, seguramente no lograrían el crecimiento intelectual que se requiere para los demás niveles.

Sin duda las ocurrencias de Delfina Gómez dejan claro que lo que le interesa es la política y no la educación, es más, ya está apuntada para, de darse las cosas y circunstancias, poder competir por la gubernatura del Estado de México.

El sector educativo no debe ser sujeto de pifias. Bastantes problemas se tienen con el magisterio en todos los niveles como para sumarle otros aspectos negativos al tema trascendente de la educación.