EL DERECHO DE ASPIRAR Y EL COMPROMISO DE SUMAR

 

 

Aunque aun faltan 20 meses para las elecciones presidenciales del 2018, por la efervescencia política que se siente en el país pareciera que estas están encima. En todos los partidos y en los grupos de la sociedad interesados en el tema se manejan nombre de posibles candidatos. El levantamiento de manos, el cierre de filas, las descalificaciones, y las patadas por debajo de la mesa, se  hacenmanifiestos cada día con mayor intensidad.

Nombres como los de Andres Manuel López Obrador, Miguel Angel Mancera, Graco Ramírez, Silvano Aureoles, se manejan entre los partidos identificados de izquierda; Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle, Ricardo Anaya, en el PAN; Miguel Angel Osorio Chong, Jose Antonio Meade, Aurelio Nuño, Jose Narro Robles y Manlio Fabio Beltrones, en el PRI; Jaime Rodríguez, “el Bronco”, Jorge Castañeda, Pedro Ferriz de Con, Jose Ramón de la Fuente, entre los independientes.

En ese contexto el anuncio hecho por el Subcomandante Galeano (antes Marcos), en el sentido de que el EZLN propondrá una mujer indígena como candidata a la presidencia de la República, representativa de esa organización debe ser bienvenida. Sobre todo a partir de reconocer que los pueblos indígenas, pobladores originales del territorio que hoy es México, en la realidad carecen de una voz que los represente en su justa dimensión.

Seguramente las mayor parte de los nombres que se mencionan como posible candidatos presidenciales quedarán en el camino durante los meses previos a la elección. Lo lógico es que se vayan decantando y que cada partido, o grupos de la sociedad y partidos identificados ideológicamente cierren filas y definan un solo candidato, al que mejores condiciones genere para ganar la elección del 2018.

La economia nacional, el tejido social, el ambiente que se vive en el país, están francamente deteriorados. Hoy priva la frustración, la desesperanza, la desesperación entre la mayor parte de los mexicanos. Debe reconocerse que la situación de crisis en la que se encuentra sumida la Nación, se deriva en buena medida de un contexto global, pero sobre todo de un modelo de desarrollo económico impuesto durante las últimas seis administraciones federales, llamado neoliberalismo. El mismo ha promovido el supuesto adelgazamiento del Estado, la extracción de los recursos naturales del subsuelo por parte de particulares, la reducción de la carga fiscal para los grupos de poder económico, todo con el argumento de que con ello se generaría inversión productiva, una mejordistribución del ingreso y generación  de empleos bien remunerados. El resultado ha sido todo lo contrario: estancamiento económico, polarización en la distribución de la riqueza, desempleo, marginación, delincuencia, violencia, corrupción y desesperanza.

Para que México retome el camino hacia el desarrollo económico, la generación de empleo formal, la paz y justicia social, la transparencia, el ejercicio de la soberanía yla esperanza, se requerirá de un gobierno comprometido con la mayoría de la población. Se requerirá de propuestas de gobierno sólidas, debidamente definidas y representativas de las necesidades y demandas de los ciudadanos; de la construcción de alianzas y frentes que incluyan a la sociedad en su conjunto.

Quienes aspiran a gobernar el país deben actuar con humildad y altura de miras. Con el ánimo de construir colectivamente la mej