PRIORIDAD NACIONAL: PROYECTO INTEGRAL DE SALVACIÓN ECONÓMICA

Los programas de apoyo económico presentados por el Gobierno de la República para buscar preservar la actividad de las micro, pequeñas y medianas empresas constituyen un esfuerzo importante que merece reconocimiento. Sin embargo, los esquemas presentados hasta ahora están dirigidos a apoyar a los micro empresarios más pobres, pero en poco o nada contribuirán a salvar a las pequeñas y medianas empresas de capital totalmente mexicano que generan buena parte de los empleos formales del país.

De acuerdo a  la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE), 2018, desarrollada por el INEGI, con el apoyo de la Secretaría de Economía y de la  Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico, A.C. (AMSDE), en el país existían para esa fecha 4,057,719 micro empresas, 94,513 pequeñas empresas y 18,523 medianas empresas.

Por otro lado, de acuerdo al  datos del IMSS,  al 31 de enero de 2020, se tenían registrados 20,490,397 puestos de trabajo; de éstos, el 85.8% eran permanentes y el 14.2% eventuales. En los últimos años, estos porcentajes se habían mantenido relativamente constantes.

Como sabemos, de acuerdo al número de trabajadores que una empresa tienen, la Secretaría de Economía y otra dependencias del gobierno  identifican como microempresas a aquellas con menos de cinco empleados, como pequeña empresa, aquellas con seis a diez empleados, y como a mediana empresa, a aquellas  con de once y hasta cien.

Según cifras de Conducef  (Proteja su Dinero, Pymes, 26-02-16)   las microempresas aportaban  41.8% del empleo total. Las pequeñas el 15.3%, y las medianas generaban 15.9% del empleo hasta hace algunos años. También sabemos que mientras una proporción importante de las microempresas son informales y no cotizan al IMSS la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas si lo hacen.

De acuerdo a datos del IMSS, al 31 de enero pasado  se tenían registrados 20,490,397 puestos de trabajo; de éstos, el 85.8%  eran permanentes y el 14.2% eventuales. Por el lado de los patrones, para la misma fecha estos ascendían 1,000,895.  

Durante  la Conferencia de Prensa  que sostuvieron de manera conjunta  la Secretaria de Economía, Graciela, el Director de Programas de Desarrollo del Gobierno Federal , Gabriel Hernández García, Roció Mejía, Coordinadora de Programas de Micro créditos de la SE, Galia Borja, Tesorera de la Federación y Zoe Robledo, Director del IMSS, para dar  a conocer los programas de crédito para apoyar a las empresas del país, en el marco de la crisis económica que vivimos como resultado de la pandemia del Covid-19, este último informó lo siguiente:  De los patrones registrados en el IMSS, 645,000 no habían despedido trabajadores a partir del inicio de la crisis generada por la pandemia, por lo que se habían hecho acreedores a acceder a al programa de créditos de 25,000 implementado por el gobierno de la República, para ser entregados a través de esa dependencia. De acuerdo al número de trabajadores inscritos por las empresas ante el IMSS, la empresas beneficiarias serían hasta 505,606 micro empresas (1 a 5 trabajadores), 74,708  pequeñas empresas, con 6 a 10 trabajadores,  55,130  medianas, con entre 11 y 50 trabajadores, y 9,604 grandes empresas  con 51 trabajadores o más.

Por su parte, Gabriel Hernández García, Director de Programas de Desarrollo del Gobierno de la República,  informó que el programa de 1,000,000 de créditos a microempresas  del sector informal con créditos a la palabra de $25,000 pesos estaba ya en marcha a través de Banco Azteca, Banorte y Banco Santander, instituciones encargadas de dispersión de los recursos correspondientes.

De acuerdo a los datos del IMSS al 31 de enero pasado, el salario base de cotización de los trabajadores asegurados alcanzó un monto de $396.20.  Ello significaría que el programa de apoyo con créditos de $25,000 anunciado por el Director del IMSS no alcanzaría para cubrir siquiera la nómina de una semana de 9 trabajadores asegurados con el salario base de cotización promedio de los trabajadores afiliados al instituto; es decir de la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas del país que de acuerdo a los números del Director del IMSS constituyen más del 20% del millón de patrones registrados ante la dependencia, estarían en una situación crítica, aún si accedieran al poyo de crédito de $25,000 a bajas tasa de interés y a pagarse en 33 mensualidades.

Paralelamente, el Banco de México (Banxixo) puso en marcha el pasado  martes una serie de medidas para apoyar el funcionamiento del sistema financiero por un monto de hasta 750 mil millones de pesos. Con esta decisión busca reducir la posibilidad de que las instituciones de crédito tengan un comportamiento procíclico, y crear las condiciones que faciliten que los intermediarios financieros puedan cumplir su función prioritaria de proveer financiamiento a la economía. En otras palabras, Banxico proveerá de recursos crediticios a las instituciones de banca múltiple y de desarrollo para que estas, a su vez, los canalicen a las micro, pequeñas y medianas empresas, así como a los hogares que han visto una reducción transitoria de sus fuentes de ingreso. Hasta el momento, ni Banxico, la banca de fomento, y la banca múltiple, han dado a conocer los términos en que estos recursos crediticos se otorgarían a los potenciales acreditados, es decir a las micro, pequeñas y medianas empresas, y particulares, que los requirieran.

Sin embrago, vale la pena hacer alguna reflexiones a partir de la experiencia y las condiciones que las instituciones crediticias requieren a sus potenciales acreditados.  Para lograr obtener un crédito se requieren al solicitantes una multitud de documentos como:  estados  financieros al cierre de los tres ejercicios anteriores, y los  parciales del año corriente, firmados por el titular y Contador que elaboró, acuse de y declaraciones anuales ante el SAT,  escritura  pública del inmueble propuesto como garantía hipotecaria con datos de inscripción en el Registro Público de la Propiedad,  acta constitutiva con entrada al registro, acreditación de Representante Legal, referencias comerciales, carta de aceptación de uno o dos avales,  certificación de no estar señalado como moroso por el Buró de Crédito, entre otras, así como registro del contrato de crédito ante Notario Público, y de la garantía hipotecaria ante el Registro Público de la Propiedad, de ser favorecido con el crédito solicitado. El desahogo de todos estos trámites lleva cuando menos 3 meses. 

Es necesario que antes la situación de crisis que el país vive, Banxico y la banca de desarrollo, con el apoyo del gobierno federal, diseñen mecanismos que permitan salvar todos estos complicados y tediosos procedimientos, en el entendido de que la prioridad es la salvación de las micro, pequeñas y medianas empresas, de la quiebra, asi como la preservación de los empleos que las mismas generan. 

Para estos efectos el gobierno de la República debiera establecer mecanismos de vigilancia y de otorgamiento de garantías temporales  para los empresarios a través del IMSS, otras instancias, o la propia Secretaría de Hacienda. Pero lo que no debe suceder es que esta categoría de empresas mexicanas, que en buena medida son la espina dorsal de la economía nacional desaparezcan ante la adversidad que nos afecta.

Lo que está en riego en términos económicos en la coyuntura actual es la sobrevivencia y la articulación de las principales cadenas productivas del país y de los eslabones que la componen, que son empresas totalmente mexicanas. Dejarlas a la deriva y no salir a su rescate, representaría la imposibilidad de recuperar la vía a la estabilidad económica,  así como la desaparición de amplios sectores de la clase media y trabajadora, que pasarían a engrosar el ejecito de pobres y marginados que el gobierno federal tanto ha buscado recatar.