Contexto
REFLEXIONES FRENTE A LA PANDEMIA
Estamos pasando por una coyuntura inédita en nuestras vidas a partir de la intempestiva llegada de la pandemia del Covid-19. Todavía hace un par de meses no sabíamos bien a bien lo que nos esperaba en relación a las medidas sanitarias que prácticamente los habitantes de todo el mundo deberíamos tomar para evitar contagiarnos, y mantener a nuestros seres queridos y amigos al margen del contagio. Todos y cada uno esperamos que si nos llega a tocar lo libremos en forma satisfactoria.
Tampoco teníamos idea de la dimensión del impacto del virus en la economía. No nos esperábamos circunstancias como las que estamos viviendo: una baja generalizada en la actividad económica, resultado del cierre parcial o total de todo tipo de giros económicos, cierre masivo de empresa, tanto en el sector informal como en los formales, pérdida masiva de empleos, caída de la demanda de la mayor parte de los productos, tal vez con la excepción de los alimentos básicos y bienes de consumo estrictamente necesarios, cierres de escuelas de todos los niveles, centros de trabajo y de reunión, hoteles, restaurantes, cines, teatros, transporte aéreo, ferroviario, inter urbano y urbano, servicios públicos, etc. La lista es interminable.
Esta no es la primera pandemia de su tipo que afecta al mundo, sin embargo si es la más grave y extendida que hayamos experimentado las generaciones vivas. Es también el evento que ha generado ya, en este momento, la depresión económica más importante a nivel mundial, sin considerar lo que nos espera. Sin embargo, la investigación, el desarrollo científico, tecnológico y de las telecomunicaciones ofrecen una oportunidad única para conocerla, entenderla, estudiarla y contrarrestarla, que debemos aprovechar inteligente y creativamente.
En lo sanitario, las trágicas experiencias vividas por Italia y España, en Europa, Ecuador en América Latina, la que experimenta hoy los Estados
Unidos, y las que estamos padeciendo en algunos centros urbanos densamente poblados en México, entre otras, deben ser aprovechadas para no continuar cometiendo los mismos errores y aprender de las prácticas sociales, de conducta individual, de hábitos de alimentación, de esparcimiento, y deportivos correctos, de recomendaciones médicas, que pueden ayudar a prevenir, superar y contrarrestar, los efectos del virus con mayor eficiencia.
Además hoy se hace imperativa la urgente necesidad de modificar el modelo de desarrollo global: el neoliberalismo, que es el responsable en mucho de las condiciones estructurales que hoy padece el mundo y que han contribuido a generar las condiciones para que los efectos de la pandemia del Covid-19 hayan adquirido las dimensiones de proporciones descomunales que atestiguamos, como lo demanda el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su pronunciamiento respecto a este tema del día de hoy, domingo 3 de mayo.
En lo inmediato, y para superar el embate coyuntural de la desaceleración económica, debemos aprovechar el acceso a la tecnología, a las telecomunicaciones, a las redes sociales, a las alternativas que nos ofrece el internet para desahogar nuestros trabajo, educación, necesidades de información, mediante métodos a distancia y sin tener que trasladarnos físicamente de un lugar a otro para cumplir nuestros objetivos.
Intentemos poner en práctica nuevas formas para desarrollar nuestras actividades productivas, actuar solidariamente con quienes dependen de un salario, llegar a los consumidores en forma alternativa, distribuir los productos que elaboramos con estrategias innovadoras.
Aprovechemos la coyuntura de estar guardados en casa para pensar de manera paralela; esto es, imaginar cómo podemos lograr nuestros objetivos en forma diferente y creativa, tomando ventaja de los avances tecnológicos a que tenemos accesos el día de hoy. Reflexionemos sobre cómo debemos actuar a futuro para construir un mundo más equitativo y justo, respetuoso de nuestro medio ambiente. Un mundo en el que el
nuestro objetivo para ser felices no sea el acumular más a partir de quitarle a los demás, sino entender que basta con acceder a niveles óptimos de bienestar para saciar nuestra necesidades, y que todos los que nos rodean puedan también hacerlo.