No tengo dudas, mi cariño por mis hijos es igual para los niños que para las niñas, el trato diferenciado es porque cada uno es único y diferente.

La igualdad que pretenden quienes luchan por la equidad de género, en mi opinión tiene una falla; tiene como premisa que los hombres y las mujeres somos iguales, lo que simplemente se cae como argumento, al ver que en todos lados, lugares, tiempos y culturas los baños de hombres y mujeres son separados.

¡No!, no me estoy burlando, simplemente no puedo negar la realidad de la diversidad milagrosa que se refleja en los seres vivos, la humanidad incluida y que en consecuencia obliga a vidas diferenciadas y trato diferenciado en función de esa unicidad; lo que me deja la impresión de que los mentados luchadores nos ven como si fuéramos masa, me explico: Los reglamentos que obligan a los partidos políticos a postular el 50% de hombres y mujeres para cumplir con las cuotas de género, son idiotas, ya que los ciudadanos (que mantenemos a los partidos) queremos, es que los mejores hombres y mujeres ocupen los puestos de gobierno y de representación popular para que este país camine, y en ese sentido no hay o no debería existir impedimento para que fueran más mujeres que hombres los candidatos; lo sé, me van a argumentar que históricamente la mujer ha sido relegada, que por trabajos iguales recibe sueldos menores, etc., etc.; a los que contestaré que si así fuera, que a trabajos y rendimientos iguales se les paga menos a las mujeres, entonces serían ellas las que serían solicitadas laboralmente y los a hombres se les complicaría poderse emplear, y es que no se necesita ser un genio para reconocer que el comerciante o empresario que va por maximizar ganancias, de manera natural, si recibiera el mismo servicio de un hombre que de una mujer pues contrataría al más barato… Esto viene a colación porque fue noticia y “trend topic” (resaltado por muchos) en las redes, la misoginia que revelaron las fotos en la cumbre del G-20 en China; en una aparecen los representantes de las diferentes naciones, con una edecán atrás de cada sillón, imagino para atenderles (agua, bocadillos, etc.) y en donde se critica que las mujeres, todas en Kimono, están solo de adorno (lo que dicho sea de paso, se veía bonito); sobre esto haría dos reflexiones: 1.- No veo que los hombres se quejen de no haber sido contratados, ni que los luchadores por la equidad de género se manifiesten; porque claramente los hombres son excluidos en esta actividad, es decir, no les dieron chamba; la otra reflexión es que, con los estándares de belleza actuales, difícilmente se podrá argumentar que el evento estaría mejor presentado poniendo hombres en lugar de mujeres; sobre este tema, tampoco veo a los luchadores por la equidad de género señalando que los hombres son, cuando menos, iguales de bonitos y lucidores que las mujeres. La otra foto tiene más trascendencia, en ella aparecen los mandatarios y representantes de organismos internacionales, en donde, de un grupo de 50 personas, solo tres son mujeres; ¿Por qué en los liderazgos hay más hombres que mujeres?, me preguntaría y respondo, porque hay más hombres que mujeres con la preparación adecuada, lo que en mi opinión es un problema educativo y cultural que marca una realidad y es que con un 50% en la mezcla de hombres y mujeres las naciones seleccionan mayormente a líderes hombres, por el porcentaje de preparados (lo sé, los en mi opinión idiotas, Chente Fox y George W. Bush, son excepciones), es decir, hay más profesionistas hombres, aunque esto se está revirtiendo poco a poco en países desarrollados (cultura). Así tenemos que hoy, todavía en México, las familias no están muy convencidas de “invertir” en la educación de las hijas, por el riesgo de que aborten la “inversión” casándose o embarazándose; ¿no me crees?, busca el porcentaje de mujeres profesionistas que están dedicadas al “hogar” y verás que es muy alto, ya que con título o sin él, muchas mujeres prefieren encargarse de los hijos y del hogar, antes que trabajar, en consecuencia a la familia (y a la sociedad) no le retribuyen nada de la “inversión” realizada en ellas,… y aún las que se desempeñan profesionalmente, tienden a privilegiar el apoyo en su nuevo núcleo familiar (esposo e hijos) y no con el resto de la familia, padres incluidos (otra vez, cultura), derivado de ello, existe una tendencia a no invertir mucho en la educación de las hijas y si en la de los hijos.

¿Cómo revertir esas tendencias?, creo que lo harán naturalmente conforme las civilizaciones regionales avancen, las mujeres entiendan que son más que “vientres” y se decidan a tener vidas más productivas y menos dependientes del varón; en tanto, será natural ver que los hombres ocupan más puestos de liderazgo, lo que no impide que mujeres brillantes, como Margaret Tatcher en Inglaterra o Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional en la cumbre del G-20 en China, estén por arriba de muchos hombres y líderes … ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

 

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador