CIUDAD DE MÉXICO, 2 de diciembre de 2016.- Lo único que heredó el PRD del ADN del viejo Partido Comunista Mexicano que le cedió el registro como partido fue el sectarismo por encima de la racionalidad. Los gobernadores perredistas trataron de aislar al jefe de gobierno perredista en la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, pero al final ellos quedaron aislados en el PRD.

Los ex priístas Arturo Núñez y Carlos Joaquín, el expesetista (PST echeverrista) Graco Ramírez Garrido Abreu y el perredista Silvano Aureoles Conejo primero se definieron como “gobernados progresistas” porque no alcanzaron la dimensión de “izquierda”, luego plantearon la unidad excluyendo a Mancera y finalmente ignoraron que el PRD se perfila como cuarta fuerza en las elecciones presidenciales del 2018 con apenas el 7% de los votos y bajando.

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