Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Los que crecimos en valles y vimos el permanente conflicto por el agua, entendemos lo que pasa en Chihuahua y la presa de La Boquilla, donde lo que asoma de inmediato es el interés de los poderosos para seguir concentrando el vital fluido al grado de poner en riesgo la relación entre México y Estados Unidos. El tratado firmado en 1944 por Manuel Avila Camacho, para entregar un porcentaje de líquido al vecino país, es de cumplimiento obligatorio y los organismos del actual gobierno no han hecho sino cumplir el compromiso. El agua fue un recurso utilizado a menudo por el priísmo y se vio en los contratos que firmó Enrique Peña Nieto para comprometer cuencas, pocos días antes de terminar su mandato. El actual gobierno federal calificó el hecho de La Boquilla, como un acto político que tiene fines electorales. Y está la circunstancia de que Javier Corral el gobernador, es uno de los mandatarios enfrentados al poder federal que abandonó el pasado 7 de septiembre la Conago. Llama la atención la presencia de viejos políticos priístas como el ex gobernador Fernando Baeza Meléndez, en ese conflicto que generó resultados mortales. Baeza Meléndez, ex embajador en Costa Rica, olvidó los modales diplomáticos y se lanzó en el conflicto de La Boquilla, con palos y piedras tratando de controlar la presa e impedir la succión del agua. No fue tan eficaz en su gubernatura, ni cuando fue senador de minoría porque no alcanzó los votos suficientes. Este conflicto se da cuando curiosamente hay vínculo entre gobernadores panistas y priístas incluido el actual gobernador del estado de Chihuahua, que como contradicción tiene un conflicto con un alto funcionario de Peña Nieto. Baeza, fue acusado de fraude electoral cuando ganó la gubernatura en el estado norteño en 1986, pero la cosa pasó de largo porque su partido era el que gobernaba. Después siguió en el presupuesto. En su mandato hubo serios conflictos con las tribus de la Tarahumara y recuerdo uno de los grandes problemas cuando contingentes tarahumaras se instalaron frente al palacio de gobierno. Yo cubrí para Unomásuno el conflicto por muchos días y los que protestaban eran indígenas empobrecidos, productores de la famosa manzana chihuahuense, una especie muy dulce despreciada porque no es tan flamante en su presentación como las muchas especies de manzanas gringas que invaden el país. Las quejas de los indígenas fueron permanentes, pese a lo cual el PRI volvió a utilizar a la familia Baeza, con el sobrino de Fernando, José Reyes Baeza quien gobernó de 2004 2010.
CASO LA BOQUILLA, LOS RESPONSABLES DE SIEMPRE Y EL USO FACCIOSO DEL AGUA
Opositores de medios se lanzan en el caso La Boquilla, pero su odio obnubila su profesión y les impide penetrar en la realidad del campo que hace ciento diez años llevó a una Revolución. El caso de La Boquilla se parece al de los desaparecidos. Son temas candentes que dejaron el sistema priísta y sus adláteres del PAN y ahora los ensañan contra el actual gobierno. Aquellos hicieron contratos, -Avila Camacho en 1944 con Estados Unidos en un Tratado Internacional que México ha incumplido en los últimos años; el PAN de Guillermo Padrés con el Acueducto Independencia, para trasladar el agua de los yaquis a Hermosillo, dos ejemplos que se multiplican. En todas las zonas la apropiación de las mejores tierras está en manos de los que ejercen el poder o sus más cercanos. César Duarte ex gobernador de Chihuahua perseguido de la justicia, tenía amplios terrenos para el pasteo de su ganado y cuatro ranchos debidamente provistos de agua, entre muchas propiedades. En la portada de Proceso del 2 de agosto, la principal: Sin límites la depravación de Duarte, se subtitula, arte, casas, cuentas bancarias, lotes de auto, hoteles...De Guillermo Padrés se habló siempre de una presa propia, ranchos y otras propiedades. Lo mismo se sabe de otros políticos y terratenientes privados. Yo recuerdo a los grandes terratenientes del Valle del Yaqui que vivían en casas de lujo, torres feudales en el campo mexicano, mientras los campesinos vivían en galerones de petate y eran tratados como peones. Décadas después de aquella Revolución. El problema del agua de los yaquis todavía está en litigio, pero los que tienen el arma turbia de algunos medios, se hacen tontos y prefieren lo novedoso: La Boquilla.
AL FILO DEL AGUA, DE CUANDO JALISCO TENÍA BUENOS GOBERNADORES
Agustín Yáñez fue gobernador de Jalisco y Secretario de Educación y está considerado uno de los grandes escritores de México. Al filo del agua, su primera novela entre más de 20 novelas, ensayos, cuentos y relatos, está considerada como una de las grandes expresiones de la Revolución mexicana junto con los clásicos literarios de ese movimiento. Es la historia de un pueblo jalisciense con personajes cotidianos que viven sus propios problemas, alegrías y pesares, hasta que un día surge algo inusitado, estalla una revolución en México. La obra está situada en los últimos meses de 1909 y 1910. A través de las vivencias de los personajes vamos viendo el impacto que causa el movimiento y la forma como algunos de ellos abandonan la tranquilidad de su pueblo para sumarse a la causa. La obra la editó Porrúa en 1947, pero ha tenido posteriores ediciones. El titulo es metafórico, pero aplicado en este momento al problema del agua a nivel mundial sería real. Estamos al filo de la guerra por el agua. En un mundo en el que 97 por ciento del agua es salada y de la restante, dos están congeladas y solo una se destina al consumo humano y no siempre limpia, los problemas que se avizoran son terribles. Las dos partes congeladas están sufriendo un proceso de deshielo, pero eso, lejos de alegrar, es motivo de preocupación. Por otra parte, en México el agua está mal distribuida ya que mientras en el norte y el centro se concentra solo 32 por ciento, en el sur está concentrado el 68 por ciento que es paradójicamente, la parte más pobre del país. En Los sentidos del aire (Grijalbo 1977), otra obra de Yáñez, se publica un poema de Carlos Pellicer, dedicado al autor jalisciense en el que se menciona Al filo del agua. Van dos versos:
Puede al filo del agua con su prosa
saciar su sed de luz. Tantos cristales
tienen sus primaveras otoñales
en la profunda edad de cada cosa.
Este hombre en el papel, maravillosa
hace vivir la letra. Sus caudales
se empobrecen en dar. Bienes y males
levantan su estatura poderosa.