Hoy opté por escribir sobre las mentiras y es que es un tema de actualidad que afecta en todo, me explico:

La mentira es un tema universal que envuelve todo, daña todo y nos envuelve a todos, así vemos que el esposo le miente a la esposa y viceversa, el hijo le miente a la madre y viceversa, el empleado le miente al patrón y viceversa, el político y gobernante le miente al ciudadano y viceversa, el presbítero le miente a su grey y viceversa, etc., etc. Lo interesante es que el que miente, siempre se hace pendejo y justifica su mentira, así sea un esposo infiel o una esposa que simplemente soporta al marido porque no lo ama, pero eso sí, quiere que todos lo traten con respeto para mantener su teatro de familia amorosa y pareja bien avenida.

Lo mismo sucede con un padre o una madre que inventan la historia del “hombre invisible” que hace milagros, pero que le saca de onda que la hija invente historias o fantasmitas para jugar… Esta historia del “hombre invisible” es particularmente interesante porque es parte de la historia de la humanidad; desde que el hombre vio el primer rayo o el primer cometa o la salida del sol se inventó deidades al tiempo que se construía una casta: La casta sacerdotal que luchaba por el poder terrenal y los beneficios materiales contra los reyes, emperadores y faraones; sin embargo nos molesta que nos digan que son mentiras nuestras creencias, solo porque nosotros nos la creemos a ciegas, al grado que las mentiras de las religiones han generado más guerras y muertes que todas las demás guerras realizadas por otros motivos, bueno, quizás con excepción de los motivos económicos, ya que atrás del “hombre invisible”, están los motivos económicos de los vivales que lucran con la historia auto nombrándose sus representantes y pasando la charola cada semana para vivir a toda madre a costa de los “creyentes”.

Curioso e interesante, porque aún en la verdadera religión, la religión Católica, la mentira prevalece, así vemos que tiene diez mandamientos en donde prohíbe robar y somos un pueblo corrupto, prohíbe matar y somos un pueblo de narcos, asesinos y sicarios, prohíbe mentir y mentimos para todo, hasta en cosas relacionadas con la misma religión, por eso nos escandaliza un sacerdote ladrón, mentiroso o pederasta… Y es que la mayoría creemos las cosas sin tener conciencia, es decir, la mayoría de las personas ni siquiera nos hemos tomado la molestia de verificar si es cierta nuestra religión y si el Dios que adoramos existe; simplemente creemos por creer (por lo que perdemos congruencia y convicción) y de forma tan acomodaticia, que le decimos todopoderoso y así le agradecemos cuando nos libra de una enfermedad, cuando el más elemental sentido común indicaría que si nos enfermamos es porque el todopoderoso lo permitió, ¿o no?

¿Y para que te escribo de esto?, pues simple, porque creo que debe ayudarte el despertar y reflexionar usando la capacidad de raciocinio que diosito te dio y, porque los hijos (de todos) van creciendo y se dan cuenta de las mentiras y eso rompe con la armonía de todo, empezando con la posibilidad de que los padres ayuden a los hijos, por la simple razón de que al mentir pierden credibilidad y porque, al vivir en la mentira lesionamos a nuestros hijos; así, una esposa que no ama al marido pero miente al decir que si o al simular que si, lesiona a los hijos en su capacidad de amar y de ser felices, ya que con el ejemplo no se le enseña a ser felices (los niños y jóvenes aprenden imitando), sino a simular y a engañar, y es que al mentir olvidamos las consecuencias de la mentira en donde, una madre que se sacrifica soportando al hombre que no le hace feliz (y viceversa), en lugar de enseñar a su hija a ser feliz, la enseña a sacrificarse, lo que me parece cruel si es que de verdad amamos a nuestros hijos, ya que queriéndoles ayudar para que sean felices, con nuestro ejemplo les enseñamos a sufrir.

Lo mismo sucede con las madres sobreprotectoras que buscan “ayudar” a sus hijos porque han tenido mala suerte (otra mentira) o pretenden responsabilizar a otros de los problemas del hijo; actitud que les evita esforzarse para ser responsables de sus cosas, de su familia y de su vida y le incapacita para ser un hombres y mujeres libres ya que es más cómodo que otros se preocupen y resuelvan mis problemas y así, queriendo ayudarlo lo lesionas al volverlo dependiente, es decir, diciendo amarlo, lo jodes, por mentir y mentirte… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador