La Ira de la CNTE contra Frutis

Horacio Erik Avilés Martínez

Por la enorme debilidad institucional y pactos políticos inconfesables, hace años la CNTE colocaba y removía funcionarios a granel en la Secretaría de Educación en el Estado.  Hoy, indudablemente ha sido acotada a su justa dimensión. ¿Qué representatividad tiene hoy la CNTE como para pretender remover al Mtro. Alberto Frutis Solis, titular de la SEE?

La CNTE es un grupo gremialista que a su interior hoy padece de falta de unidad y legitimidad, con acusaciones contundentes de corrupción que gravitan sobre los hombros de sus principales jerarcas,  en donde existe un clamor creciente  que exige la revocación de mandato del actual Comité Ejecutivo Seccional por considerarlo entreguista e ineficiente; y que por si fuera poco, acaba de sufrir la escisión de una importante facción que retorna al SNTE a formar parte de su Comisión Ejecutiva.

Es, asimismo, un ala gremial que ha logrado unificar la opinión ciudadana en contra de sus tácticas de presión hacia el gobierno, las cuales invariablemente atentan frontalmente contra el derecho a aprender de los niños michoacanos, así como contra la libertad y libre tránsito de la ciudadanía.

Su historia reciente está plagada de incidentes, de personajes innombrables y de circunstancias que han aparecido incluso en la nota roja. Las consecuencias de sus actos, además de cientos de millones de horas de clase por estudiante derrochadas para siempre, de miles de millones de pesos desperdiciados y de decenas de muertes absurdas, también se reflejan en los indicadores socioeducativos, que han hundido a nuestra entidad federativa en los últimos lugares a nivel nacional, de los que poco a poco, con mucho esfuerzo, nos levantamos colectivamente.

En ese contexto, resulta absurdo y repudiable que, sin argumento alguno de por medio, más que el alegato de no haber cedido a los caprichos de los personeros y dueños ocultos de la CNTE, se intente remover al titular de la Secretaría de Educación en el Estado. Impensable hacer caso de semejante exigencia.  Un grupo fáctico no puede estar por encima de la autoridad. Relevar a un funcionario tan solo por no ceder a chantajes de un gremio sería una inaceptable manifestación de debilidad institucional que en absoluto debe ocurrir.

Durante las últimas semanas, las cúpulas de la Sección XVIII de la CNTE han mostrado de todas las formas posibles su desesperación, tratando de tener injerencia en el SNTE, en el proceso político-electoral y ahora busca tomar por asalto la Secretaría de Educación en el Estado, presionando al ejecutivo estatal para colocar un titular de la SEE a modo, que les brinde “solución inmediata” a sus exigencias, muchas de las cuales son extralegales o se arrastran de años anteriores,  yendo a la par de la gestoría paralela o agenda confidencial que realizan sus cúpulas, en la que indefectiblemente piden favores para sí o sus incondicionales.  Indudablemente, hay adeudos y pendientes, áreas de oportunidad inmensas por regularizar y recuperar de las manos de los grupos fácticos, pero el camino debe recorrerse exigiendo el respeto del derecho a aprender de los michoacanos y la mejora de las condiciones laborales de los docentes, así como el pago de los salarios y bonos ya devengados, nunca arremetiendo por un regreso al pasado, un neocolonialismo de la estructura de la SEE por parte de la CNTE.

En contrapunto, es de reconocerse que la actual administración de la SEE ha dado los primeros pero importantes pasos para alcanzar la regularidad establecida en la normatividad a nivel nacional. Hay muchas asignaturas pendientes, pero se ha avanzado.

Acostumbradas a poseer la rectoría de la educación, hoy las cúpulas de la CNTE están enardecidas, por hechos como la suspensión de un supervisor escolar de la región de Maravatío, quien entre otras tropelías, ha impedido el acceso a maestros cualificados como idóneos a la zona bajo su encargo, así como la aplicación del descuento salarial de ley a alrededor de cinco mil militantes de la CNTE que se ausentaron injustificadamente de las aulas para realizar protestas. Asimismo, destaca la rápida reacción del titular de la SEE ante una denuncia presentada por Mexicanos Primero Michoacán, que generó la reciente destitución del Director de Educación Primaria en la entidad, por firmar una extralegal minuta con una asociación adherente a la CNTE, documento que también fue desconocido por la superioridad. No es de extrañarse que esta concatenación de sucesos, la ira cupular se manifieste mediante una visceral vendetta que pide la cabeza del Mtro. Alberto Frutis, hecho que se pondrá sobre la mesa tripartita que sesionará el próximo lunes, con participación del gobierno federal, estatal y de la CNTE.

Ante tan franca intención de generar ingobernabilidad, es urgente que las bases de la CNTE, en ejercicio pleno de sus libertades y derechos al interior de la misma, hagan funcionar su Comisión de Honor y Justicia, sometan a proceso interno a los corruptos y especialmente llamen a cuentas a sus líderes, quienes hoy exigen el pago de salarios, bonos y prestaciones ya devengadas, por más de mil millones de pesos, ocultando mezquinamente que previamente han guardado un ignominioso y prolongado silencio, para generar que la indignación, las cifras y la necesidad se acumulen hasta fin de año con la finalidad de hacer coincidir la emergencia magisterial con su particularísima agenda político-electoral. Los maestros ya no deben ser moneda de cambio ni considerados como capital político, ni ser usados discrecionalmente para marchar, aplaudir, parar, golpear y presionar tumultuariamente.

El intento golpista de la CNTE debe ser dimensionado por su origen, sus intereses e intenciones soterradas. Ceder ante tan burda intención, sería entregar, una vez más, la rectoría de la educación en el estado a quienes ya nos sumieron en el endeudamiento, la precariedad educativa y en el caos. No cometamos un error garrafal e imperdonable.

Sigamos juntos hacia adelante, pugnando por construir las condiciones necesarias para lograr la tan anhelada transformación educativa, en la que está depositada la evolución de nuestra sociedad y la viabilidad del proyecto social denominado Michoacán.

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