Jóvenes maravatienses.

Gerardo A. Herrera Pérez

En México, en Michoacán, como en Maravatio, el Estado mexicano sigue teniendo una deuda con los jóvenes, toda vez que muchos de ellos continúan viviendo con discriminación, estigmas y prejuicios; los que además, enfrentan problemas que les impiden el ejercicio pleno de sus derechos, como violencia en general y de género, barreras para el acceso a la educación, falta de oportunidades laborales, desplazamientos forzados y migración, así como embarazos a temprana edad, entre otros, como articularse a procesos delincuenciales y en ocasiones estar vinculados a las adicciones. Su panorama es complejo y en el marco de la complejidad hay que atenderlo

Los jóvenes al ser un grupo en condiciones de vulnerabilidad, de conformidad con la Enadis 2017, Encuesta Nacional de Discriminación 2017, precisa que el 36% de quienes respondieron a la misma señala que sus derechos se respetan poco o nada; el 38% de mujeres y 39% de hombres encuestados manifestó su rechazo a la convivencia con personas jóvenes en el ámbito privado; 39.8% consideró justificado llamar a la policía cuando hay personas jóvenes reunidas “en una esquina”; 63% de hombres y 58% de mujeres estimó que la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables y el 78% del total de participantes piensa que quienes no estudian ni trabajan “son flojos”, estigma, prejuicio, discriminación y violencia.

De esta manera el Órgano Autónomo de Derechos Humanos, derivado de la invitación de la Universidad Contemporánea de las Américas, se estuvo trabajando con los jóvenes; lo que ahí encontramos fueron jóvenes responsables, jóvenes que están ocupados realizando tareas importantes para su formación, y también observamos a maestros y directivos comprometidos con sus funciones y en apoyo a los estudiantes, al evento que se convocó tiende a continuar reforzando las herramientas y habilidades de los jóvenes en favor de prevenir y en su caso evitar problemáticas sociales y de convivencia escolar como el acoso.

Durante la disertación se abordaron diversos temas: la complejidad, los derechos sexuales y los derechos reproductivo, el proyecto de vida de los jóvenes, y el tema que es transversal a todas acciones institucionales: los derechos humanos, la perspectiva de género, la interculturalidad, la inclusión, la igualdad y no discriminación cultura para la paz, así como la situación que viven personas que están privadas de su libertad o en procesos de desintoxicación.

Durante las reflexiones se hizo hincapié en la responsabilidad de la comunicación de los padres e hijos, así como de los jóvenes con los docentes de los cuales se puede aprender no solo los conocimientos, sino también de las experiencias que constituyen la sabiduría de las personas adultas. Se precisó que también los jóvenes tienen mucho que aportar al diseño de las reglas y al conocimiento complementario.

Reflexionamos sobre la importancia de crear y desarrollar conciencia social entre la población o comunidad educativa, porque ya vemos que no basta tener los marcos normativos y las políticas públicas y desde luego las estructuras que realizan los mandatos de ley, porque continua existiendo actos de violencia, discriminación y de diferencia de trato social en contra de la población joven; se requiere que ellos se sumen a los procesos de cambio y transformación en favor de su fortalecimiento académico.

Por eso subrayamos la importancia de que las personas jóvenes hagan suyo el espacio público y lo defiendan de manera responsable para exigir sus derechos; en tanto que en la escuela que se coordinen con las autoridades y sus docentes y con el acompañamiento de sus padres para interactuar y construir espacios incluyentes, con equidad y en el marco del respeto y la convivencia social.

Conocer y defender sus derechos y libertades les permite a los jóvenes el desarrollo de su potencial, sus habilidades educativas, laborales, culturales, sociales y su capacidad para fomentar el desarrollo económico, político y social de México, desde luego de este agrícola y ganadero Maravatio.