CON LA MADRE DE DIOS

 ANTE UN AÑO MALO

Mateo Calvillo Paz

 

Ante la avalancha de males que vienen en el año nuevo, tenemos una presencia enorme, protectora, cariñosa. “¿No estoy yo aquí que soy tu madre”

                                              

En tu vida. Mucha gente tiene miedo ante lo por venir, lo desconocido, trata de controlarlo mediante la magia, , la adivinación, los poderes ocultos.

Recurre a los brujos, los horóscopos, buscando que alguien les anuncie buena fortuna, que todo será dinero, placer, la gloria.

 

Dios habla.Aquí te voy a leer el futuro, te anuncio buena suerte. Ante males terribles que se pronostican por una situación de crisis en todo, no nos alocamos si nos apoyamos en el Señor de la historia, todopoderoso y  que a ama a sus criaturas.

Hay que escuchar sus consejos, su visión infalible de los acontecimientos. Tenemos en Cristo al más grande maestro y guía.

Dios contempla en su totalidad la existencia del hombre, tiene un plan que abarca la historia y ve más allá, en un infinito glorioso y pleno, inmortal.

A la luz de su plan se entiende el momento que estamos viviendo y no caemos en el sinsentido de la situación imposible, mortal.

Con esa sabiduría, ubicamos bien nuestra vida, ordenamos nuestros valores y deseos.

Entendemos que el dinero, el demonio de Mamón causa muchas veces la perdición de los hombres y el sufrimiento de las multitudes. El dinero corrompe gobiernos, lleva a los crímenes.

Entendemos que los bienes materiales y los placeres instintivos y mundanos no aportan la felicidad ansiada.

Las personas sabias calculan y han aprendido que las autoridades nos les resuelven sus problemas, en el caso de violencia, corrupción, justicia y ley. Ellos tienen otra agenda, les interesan los problemas de su clase social.

Han aprendido que los gobernantes no siguen el modelo de Dios que manda a los presidentes proteger a los débiles y pobres.

 

El creyente, -la casi totalidad de los mexicanos tiene fe-, tiene un apoyo superior, que le permite no perder la confianza, la calma.

Se puede apoyar en un Dios que está cercano, cariñoso que conduce al mundo con sabiduría, porque lo creó por amor.

Cuida del mundo y lo conserva en un orden divino, según su plan. El mal y los perversos no tendrán la última palabra.

Nada escapa a su providencia, el movimiento de la hoja del árbol, la caída de uno de tus cabellos.

Para los que aman a Dios, los acontecimientos tienen sentido y contribuyen a su bien.

 

Ese Dios bueno y providente se acerca en mediaciones humanas que lo hacen cercano al hombre que aprende por los sentidos y con el corazón.

Para México tiene su aparición  genial, cuando la Virgen de Guadalupe viene a visitar en la peor de sus crisis.

Toma un rostro maternal en la Virgen de Guadalupe.

En una de las crisis más profunda del México mestizo, la Virgen garantiza la presencia de Dios, ternura y apoyo.

Ella es la presencia maternal de Dios. A Juan Diego, representante de las multitudes humildes, aplastadas, sufrientes devuelve la tranquilidad.

Escucha, hijo mío, pequeño, no es nada lo que te espanta, te aflige, que no se turbe tu corazón. No temas esta enfermedad ni ninguna otra, ninguna aflicción. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre, no estás bajo mi amparo y protección? ¿No te llevo con mi rebozo, en mis brazos?

 

¿Cómo alcanzar sus beneficios? Ven a buscar, la sabiduría, el apoyo celeste en Dios.

Entra en el mundo de Dios a través de la misa, la oración, la Palabra. Ponte al alcance de Dios y él hace el resto, grandes prodigios.

 

Vive intensamente.Cambia, deja de confiar en tu orgullo y supuestas habilidades. Ya no puedes apoyarte en los poderosos. Acércate a Dios, apóyate en él.

 

Cristo con nosotros. Dios mismo te busca, en la Palabra, te invita a su Cena, donde sirve su cuerpo y su sangre.

 

 

Para platicar en familia.En familia, no sueltes a tus hijos que se hacen ateos, descuidados, alejados, acércalos al Salvador para los tiempos malos que vienen.