Vasos medio llenos o medio vacíos

Uruapan, Michoacán, 14 de julio del 2018

Con la novedad de que AMLO ya empezó a gobernar y borró a EPN.

En la república arrasó Andrés Manuel, de la forma en que en Guanajuato ganó el PAN ¡Sí!, a nivel nacional fue el caudillo, en Guanajuato fue el partido. Dos formas de competir dentro de nuestra democracia, ambas válidas y legales y en ambos casos el deber ciudadano es, sin dejar de ser vigilantes, trabajar de la mano con nuestros gobernantes: en Guanajuato con Diego Sinhué, en la república con Andrés Manuel… Caso contrario en Puebla donde el fraude campeó como en los buenos tiempos del PRI y en donde no es posible apoyar a una gobernante impuesta por el marido (nepotismo), mediante un “acuerdo” cupular viciado de origen (abuso), triunfadora en una elección tramposa… ¿Me estás oyendo Felipe?

Dos temas han llamado mi atención en estos primeros 15 días posteriores al triunfo de Andrés Manuel López Obrador: El primero, la insistencia de que al Fiscal Anticorrupción lo elija, la “sociedad civil”, mi reflexión va en el sentido de que la “sociedad civil” es una masa amorfa, susceptible de ser manipulada por quienes financian las asociaciones y ONG´s y no elegida por la ciudadanía, por lo tanto no me representa, ni tengo interés ciudadano de que se convierta en un poder meta constitucional, para eso, como contrapeso al poder presidencial, tengo diputados y senadores electos y tres poderes conforman el Estado mexicano. El segundo es la desaparición de los delegados estatales de las secretarías de estado y el nombramiento del: “Coordinador estatal de programas de desarrollo”, en donde un representante por estado, del gobierno federal, suplirá las funciones de enlace con los gobiernos estatales.

Para ponernos en contexto, antes señalo un tuit en donde con ingenio decían: “México es el único país donde se cuestionan las decisiones de un Presidente que todavía no es Presidente.”, continúo: cuando escuché la propuesta de los coordinadores estatales, lo primero que vino a mi mente fue el ahorro en burocracia que tendría el país, me explico: de siempre me ha llamado la atención el dispendio por el costo de una burocracia que no ha dado resultados y la duplicidad, cuando no competencia, entre las delegaciones federales y las secretarías estatales, ello a pesar del pacto federal que define la soberanía estatal, es decir, la independencia en maneras, formas y presupuestos para administrar cualquier estado de la unión, en donde el gobierno estatal, con un gobernador electo a la cabeza, no depende del Presidente de la República; de la forma como un Presidente municipal electo se debe a su pueblo y no depende del gobernador… ¿Entonces?, si el gobierno estatal es autónomo, ¿qué hacen las delegaciones del gobierno federal en los estados?, desde mi punto de vista y al margen de cuestiones jurídicas, detalles y excepciones: ¡Duplicar!, ¡Enredar! y ¡Competir! por el control ciudadano para darle al Presidente y a su partido una base electoral que le deba favores y le dé poder, como una forma de control presidencial al margen de la constitución, para mermar el poder de los gobernadores, dadas la ventajas del presupuesto federal y la investidura presidencial apoyando el establecimiento de políticas y la prestación de servicios públicos. En otras palabras: burocracia, intervención e ineficiencia desde el poder federal. Esto se ve fácilmente en los padrones de beneficiarios de programas sociales, en donde cada quién, gobierno estatal y gobierno federal y eventualmente cada gobierno municipal, tienen el suyo. También en la aplicación de programas donde vemos a los funcionarios federales ofertando “paquetes de gallinas” a los pobres, mientras el gobierno estatal y los gobiernos municipales hacen lo propio, compitiendo con el famoso: “¿Quién da más?”, llegando a despropósitos como el que una familia reciba dos o tres “paquetes de apoyo” (duplicando o triplicando, sin control), ya que cada nivel de gobierno, corrompiendo, busca ganar el apoyo ciudadano. Lo mismo respecto a criterios para definir pobreza o zonas prioritarias y no se diga en cuestiones educativas donde los criterios estatales no empatan con los federales creando servicios y calidades diferenciados entre las escuelas del estado y las de la federación, no solo en asuntos presupuestales y administrativos, sino hasta en políticas educativas, instalaciones y cuestiones sindicales.

Es por ello que veo con buenos ojos la propuesta del Presidente electo, que en mi opinión, no compartida por las mayorías, da más independencia y control a los gobiernos estatales, ya que deja de competir el gobierno federal con el estatal y obviamente, de duplicar políticas, servicios y esfuerzos beneficiando a México, lo que además del ahorro, deja de corromper a los ciudadanos que viven de las dadivas gubernamentales que reciben de instituciones y funcionarios a cambio de favores electorales… Lo sé, no me chupo el dedo, también corremos el riesgo que los coordinadores del gobierno federal se conviertan en un poder paralelo (casi dictatorial) que, apoyado en la fuerza del presupuesto federal, puede competir con el democráticamente ganado en las urnas por los gobiernos estatales… Aun así, ante la alternativa de seguir con el desmadre que vivimos en México, como ciudadano afectado me inclino por el cambio y la prudente necesidad de esperar a que los nuevos gobernantes empiecen a funcionar, para tomar una posición de apoyo o critica en función de resultados, que sin duda tendrán el riesgo de corrupción y abuso característico de nuestra clase política y gobernante, pero también la oportunidad de mejora que oferta esa parte buena y generosa que tenemos todos los seres humanos que tenemos una conciencia, amamos a México y reconocemos nuestro propio valor, lo que nos impide corrompernos por cacahuates. Conclusión: Viendo vasos medio llenos, mi total apoyo a Diego Sinhué como gobernador de Guanajuato (Por razones obvias, siento no poder decir lo mismo con Silvano Aureoles en Michoacán) y al Peje como Presidente de la República y siendo vigilante, voy a esperar que ambos empiecen a gobernar poniendo mi granito de arena como ciudadano para que todo salga bien, mientras ¡Sin ingenuidad!, cuido desde mi trinchera ciudadana que no pierda el rumbo México… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

 

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador