Teléfono rojo
“México: ¿oligarquía o democracia?”
Uruapan, Michoacán, 5 de octubre del 2018
Aristóteles estaba en contra de la democracia. El consideraba que en la oligarquía gobernaban los ricos y en la democracia, basada en la libertad, los pobres, los que lograban más votos porque siempre hay más pobres que ricos.
Una característica del Ser humano es que rechaza a los diferentes (cosa de ver el racismo, el elitismo, el clasismo y tantos “ismos” hoy vigentes) y suma con los iguales; llevado esto a procesos electorales, el votante promedio (mayoría), tenderá a votar por el candidato con el que se identifica. El intelectual votará por el genio, el inteligente por el brillante, el estúpido por el tonto, ¿y el pueblo?, el pueblo votará por el popular; solo así podemos entender el triunfo de Trump o el del “Cuau” Cuauhtémoc Blanco, hoy gobernador en el estado de Morelos; porque la democracia, por definición ¡Es disfuncional!
Aristóteles expresó que: “una democracia es cuando los libres y pobres, siendo los más, ejercen la soberanía, y una oligarquía cuando la ejercen los ricos y nobles, aún siendo pocos”, lo que llevaría como conclusión, en mi opinión, a que en una democracia, la visión de gobierno estaría en función de los pobres y su interés de dejar de ser pobres o cuando menos “pobres pero felices (expresada la felicidad en términos de libertad)”, y en una oligarquía, el interés estaría en función de los ricos; lo que llevaría, de manera natural a la explotación de los pobres (y de los recursos naturales) para beneficio de los ricos, lo que en mi opinión definiría el modelo neoliberal que hoy nos carcome.
¡Espérate Santiago!, no te me aceleres <dirás estimado lector>, si los pobres definen el tipo de gobierno en la “democracia”, ¿por qué en México (teniendo un chingo de pobres) y en el mundo, se consolida un modelo como el neoliberal que obviamente beneficia a los muy ricos?… Para contestar citaría de nuevo a Aristóteles: “la oligarquía se convierte en democracia si los pobres llegan a ser más, y la democracia en oligarquía si la clase acaudalada es más fuerte que la muchedumbre y ésta se descuida mientras aquélla está alerta”, es decir, tenemos un modelo neoliberal porque los ricos están alertas y organizados. El problema es que ambos regímenes tienen fallas y son excluyentes, en la democracia el pobre va contra el rico, en la oligarquía el rico tiende a usar al pobre para aumentar su riqueza; es ahí donde surge una tercera opción, que es la República; cito de “Política de Aristóteles y Democracia” de Alfredo Cruz P.: “La. Democracia es el régimen que se rige por la libertad, pero una libertad entendida y ejercida por el hombre sin “scholé”… En la oligarquía se gobierna en virtud de la riqueza… La república es una mezcla o término medio entre oligarquía y democracia, y el régimen intermedio resulta el más conveniente “para la mayoría de las ciudades y para la mayoría de los hombres, es decir, el más adecuado a las circunstancias más frecuentes y mayoritarias…” De lo que Aristóteles va diciendo en sucesivos pasajes, se concluye claramente que la república pertenece en cierta medida a la familia de las aristocracias, o que, al menos, tiene en la aristocracia el régimen más cercano y semejante… Poco después, expresa que “la mezcla de estos elementos <riqueza (oligarquía) y libertad (democracia)>, de ricos y pobres, debe llamarse república…” (Hablemos de la justicia aristotélica) Otro aspecto que resulta interesante analizar (para entender), es la opinión de Aristóteles respecto de la justicia democrática. La justicia es una cierta igualdad, pero según determinadas condiciones: “parece que la justicia consiste en igualdad, y así es, pero no para todos, sino para los iguales; y la desigualdad parece ser justa, y lo es en efecto, pero no para todos, sino para los desiguales.” Lo que es coincidente con la frase que le adjudican a Benito Juárez: “Para los amigos, justicia y gracia, mientras que para los enemigos, la ley a secas.” Y explica a la perfección lo que sucede en México, en donde, en mi opinión: 1.- La justicia se aplica en función de la cercanía con el poder, 2.- Ni somos oligarquía, ni somos democracia, pero tampoco somos república en el estricto sentido aristotélico, ya que la misma división de poderes está viciada por el ejecutivo y la oligarquía funcional que gobierna en México y en el mundo. 3.- Para fines prácticos, lo expresado por Aristóteles toma realidad en México, en donde siendo más los pobres, lo que consecuentemente resultaría en un régimen democrático; los ricos, siendo menos (han estado alertas, mientras los pobres, desorganizados, no representan nada) han logrado construir un régimen oligárquico que excluye y usa a los pobres con un modelo de esclavitud moderno, disfrazado de democracia y de república. Cincuenta millones de pobres lo testifican… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.