El fin de semana más cruento
No te cases… por ahora
Con los brasileños y los ingleses llorando como magdalenas y los argentinos visitando a la virgen para agradecer haber pasado en penales, les comparto…
Un joven de 24 años es el más reciente de mis recientes amigos; el dejó el estudio para ayudar a la economía en casa, algo que no comparto, ya que si quiere tener más certeza de su futuro, opino, debería trabajar, sí, pero también estudiar, y ¡no!, no es que a quienes no estudian les augure el fracaso, hoy sin duda, no es como antes, ¡hoy un título no es garantía de nada!, además, conozco muchas personas que han tenido éxito y una buena vida sin estudiar o solo con estudios básicos, el caso más paradigmático fue Steve Jobs, el millonario fundador de Apple quién no estudió una carrera, pero, sin duda es más probable tener buena vida si se estudia,… no todos somos Steve Jobs; por eso mi sugerencia a mi nuevo amiguito es que vea la manera de estudiar, más si siendo soltero no tiene obligaciones más allá de ayudar en casa… Ahora bien, no necesariamente necesita estudiar una licenciatura, adquirir habilidades y conocimientos en aquello que le gusta o para lo que tiene facilidad puede ser un buen camino; finalmente, uno debería estudiar o trabajar en aquello que le gratifica o le gusta, porque eso de trabajar por necesidad para tener un ingreso y poder sobrevivir, es presagio, opino, de una vida gacha, más si se tienen responsabilidades.
Un caso cercano del camino a seguir para tener una buena vida, es el de un familiar a quién no conocí. Casado con una pariente, mi padre lo describía como un bueno para nada, porque se la pasaba estudiando y tocando su guitarrita todo el día. Con el tiempo las palabras de mi padre y de muchos más en la familia se volvieron una carga y el matrimonio se disolvió. Mi parienta estudió y ha tenido éxito profesional, en tanto el exmarido se volvió a casar, está vez con una judía con la que se fue a vivir a Israel, en donde sigue tocando la guitarra, es decir, siguió haciendo lo que le gustaba y para lo que era bueno, allá ha grabado muchos discos infantiles y se ha hecho rico convirtiéndose en una especie de Cri-Cri en el medio oriente… Conclusión, lo importante no es estudiar una licenciatura, sino aprender algo para lo que tengas habilidad y seas feliz haciéndolo y en dónde, siendo de los mejores, puedas destacar y tener éxito… Lo que si no recomiendo es el trabajo subordinado, ser empleado u obrero no es negocio, no porque ser empleado u obrero no sea una actividad digna, sino porque difícilmente vas a tener una buena vida con un trabajo subordinado, dentro de un sistema, ¡el neoliberal!, cuyo entorno es el de la competencia de todos contra todos, un sistema en dónde tu pérdida es mi ganancia y el objetivo es reducir costos, incluyendo los salarios… En otras palabras, si no te gusta estudiar y vas a ser plomero, se chingón como plomero y se independiente, lo mismo si eres taquero, fotógrafo, músico o carpintero, bailarín, pintor, electricista, futbolista, albañil o artesano, etc. No te sugiero ser sastre o zapatero, porque esas actividades artesanales están en vías de extinción, como lo fue ser herrador de caballos o cirquero.
Decía que al tener mi amigo la ventaja de ser soltero, con responsabilidades y necesidades limitadas, podría estudiar y trabajar, pero con una condición: ¡no casarse antes de los 30 años!… y, ojo, con una mujer de 5 a 10 años menor para que al paso del tiempo ella siga siendo atractiva a sus ojos y capaz de prender la llama de la pasión, necesaria para tener una buena vida en pareja y una familia que perdure.
Casarse antes de los 30 dificulta la posibilidad de tener vida propia, de madurar, viajar, conocer personas, estudiar lo que le gusta, construir una base económica, etc. Y casarse con una mujer mayor, es por la diferencia en madurez, convertir el matrimonio en adopción, en dónde ella tratará y verá al esposo como un hijo al que hay que guiar y dirigir y eso, estimados lectores, no es bueno para él, ni para ella ¡No!, no se trata de una posición machista o discriminación de género, ¡para nada!, es simplemente que la naturaleza así funciona y la mujer madura más temprano: una mujer de 20 años es una mujer hecha y derecha, en tanto un hombre de 20 años es un baboso adolescente inmaduro. Y ojo, no olvidemos lo que la mayoría olvida en el matrimonio: el matrimonio es una relación entre iguales en dónde nuestras diferencias nos complementan y en donde, de manera natural el respeto y admiración por el cónyuge es cimiento para construir una buena vida, no así el dominio, el control o el sojuzgamiento… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador