Cuarto poder acertó Xóchitl
El evangelio, hoy/
Cristo trae la sabiduría de Dios y nos enseña el precio de la humildad y la pobreza a hombres llenos de soberbia, vanidad, pretensiones.
En tu vida.Los hombres de hoy buscan sentirse grandes, quieren aplausos y reflectores, quieren mandar y tener más que los demás.
Hay una especie que busca siempre ser presidentes, los mandones e importantes. Cuando les falla hacen el ridículo y los persigue la justicia, caen hasta lo más bajo de la sociedad.
Dios habla. Nos hace falta ser más religiosos, darle más importancia a Dios, dedicarle más tiempo. No basta con darle la misa del domingo, las sobras, sin dejarlo entrar en nuestra vida.
La verdadera grandeza del hombre y el camino para llegar allá sólo la sabe Dios porque él creó al hombre y le marcó su destino. Lejos de Dios, el hombre se pierde y se hace un pobre diablo.
Hermano, él quiere que seas grande y te guía por la vía que lleva a la verdadera grandeza, no a las grandezas baratas, falsas y traicioneras, huecas como joyas de fantasía.
Dios da siempre ejemplo de sencillez y humildad, desde el comienzo de la historia. A lo largo de los siglos va educando a los hombres para que aprendan a vivir a lo divino.
Con ese fin, él va revelando los secretos de vida al hombre y orientando su búsqueda y sus afanes.
Ya en el Antiguo Testamento, él revela secretos preciosos que nos llenan de admiración y encanto, lo leemos en el Sirácide:
“Hazte más pequeño cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor, porque sólo él es poderoso y sólo los humildes le dan gloria”. Hay muchos hombres que están llenos de humo, de vanidad, se creen la gran cosa y están inflados.
La única realidad es Dios, la única grandeza y lo que cuenta es ser grande ante él. Contrario a lo que hacen los hombres, Dios tiene su preferencia por los humildes y los pobres.
Jesucristo es un ejemplo sublime de humildad y de amor a los pobres. Siendo Dios altísimo, se hizo pequeñito como uno de nosotros, tomó la condición de esclavo, de inocente que muere entre los criminales.
Así vive entre sus paisanos y les da lecciones. “Cuando te inviten a un banquete de bodas no te sientes en el lugar principal… ocupa el último lugar…..
“Porque el que se engrandece a sí mismo será humillado y el que su humilla a sí mismo será engrandecido”.
El ejemplo de él es conmovedor, vive con los humildes a los que sirve. Sus enseñanzas en este sentido son numerosas en los evangelios.
Su enseñanza sobre la pobreza es original, divina, contrasta con la importancia que los hombres dan a las riquezas, con su ansia de riqueza.
El da el ejemplo de apreciar absolutamente a los pobres, de valorarlos porque sus ojos ven hasta el fondo del ser y descubren su precio. Valen infinitamente, se identifican con Dios.
Invítalos a tus fiestas, a los que no tienen glamour, ni ropa de marca, ni te llevan regalos vistosos. Invítalos de padrinos, a los que no pueden pagarte.
Quien eso hace no es torpe ni estúpido, no pierde su tiempo ni su dinero porque Dios paga por ellos, infinitamente mejor que los hombres. Va buscando una recompensa, verdadera, con valor definitivo.
Dios te invitará a una fiesta más bonita, elegante, verdaderamente rica, como la describe el salmo:
“Ante el Señor, su Dios, gocen los justos, salten de alegría”.
Vive plenamente.Lasabiduría la aprendes de Dios, en el contacto de su Palabra, en el trato con él en la oración, en la obediencia a sus sagradas leyes. Serás grande.
Para reflexionar en familia. ¿Tu familia se cree mucho por su colonia, su situación social, ve con desprecio a los pobres?