Libros de ayer y hoy
La historia se tiene que remontar al siglo XVI momentos de la conquista y el proceso colonial y la formación de mundo global, en donde se llevaron a cabo en ese proceso civilizatorio de la modernidad, la colonialidad del poder, del saber (epistemologías), del ser y de la depredación de la naturaleza, planteando el posicionamiento antropocéntrico, es decir el hombre al centro del mundo. Durante el siglo XVI, se generaron las condiciones para impulsar ese modelo civilizatorio y de modernidad colonial, para lo cual se generaron cuatro genocidios-epistemicidios: Al-Andalus contra moriscos, epistemicidios de las poblaciones mesoamericanas, de las poblaciones africanas y las mujeres sanadoras (Grofogel, De Sousa Santos).
Los genocidios-epistemicidios lograron posicionar condiciones de binarismo, universalidad, el idioma, hacerse del poder por los colonizadores, despreciar los conocimientos de los colonizados, las epistemologías; en los genocidios-epistemicidios, en el caso de Al-Andalus se quemaron los libros; en los pueblos mesoamericanos se destruyeron los códices; en fin, a las mujeres sanadoras se les asesino, quedando el saber entre los hombres;, se generó el individualismo, el egoísmo y los saberes en los hombres occidentales. Y con ello se construye un modelo de masculinidad patriarcal que genera asimetría de poder en el sexo, género, clase y raza. Todo ello, ha pesado en nuestras formas de conducirnos y de pensar del otro, con ideologías, machistas, misóginas, racistas, clasistas, xenófobas, homófobas y otras. Y es sobre estas dinámicas que se ha sustentado la educación básica, generando muchos de los problemas que ahora tenemos como la violencia, la masculinidad opresiva, la opresión que se vive en materia de subordinación y dominación.
Los procesos a los que me refiero, han generado los problemas que tenemos porque fueron acompañados de un pensamiento instrumental que continua entre la población al someterle, controlarle y disciplinarlo. En América Latina han existido avances de un pensamiento crítico para evitar el pensamiento instrumental, entre estas investigaciones y procesos teóricos tenemos la pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, también la filosofía de la Liberación de Enrique Dussel, así como Colonialidad del poder de Anibal Quijiano, seguida de posiciones de María Lugones y Rita Segato y desde luego de Ramón Grosfoguel, entre otros.
El Poder Legislativo Federal, realizo diversas modificaciones a nuestro marco constitucional y legal, entre ellas, se encuentra la Ley general de educación de 2019; dicho instrumento jurídico, plantea diversos elementos, pero considero que uno de ellos, el más fuerte es trabajar con el pensamiento crítico, sin él, seguimos igual; reitero, sin un pensamiento crítico no funciona nada, porque hay un vacío en la mente de quienes estudian en la educación básica; hoy lo que necesitamos son mentes no alienable, mentes con pensamiento crítico porque ellos serán los elementos a formar para la transmodernidad a la que se refiere Enrique Dussel.
¿Pero qué es el pensamiento crítico?, cómo entenderlo en la posmodernidad; el pensamiento crítico es la capacidad adquirida para interrogar la realidad en que vivimos y nos oprime (invisibiliza, estigmatiza, prejuicia, violenta, discrimina, excluye, mata) y nos señala desde las ideologías machistas, racistas, homófobas, xenófobas, de desigualdad, excluyéndonos; el pensamiento crítico nos ayuda a argumentar, a criticar, y a fortalecer nuestras narrativas de procesos de exclusión. El pensamiento crítico suma saberes de la población, de la comunidad, en un ejercicio de diálogo horizontal (Paulo Freire) sin colonizar, de ecologías de saberes (Boaventura de Sousa Santos)
El pensamiento crítico ayuda a conformar procesos de inclusión, es decir de promover acciones de horizontalidad, diálogo en alteridad e intersubjetivación, de tolerancia y respeto, así, las formas de integración transitan a formas de inclusión, donde todos bajo un diálogo intercultural crítico, porque si no es crítico no avanza un nuevo modelo social, porque la interculturalidad permite la alteridad entre sujetos sociales, comunidades y pluralidad de lenguas, culturales sociales, y de territorios en su amplia diversidad social, cultural y sexual que interactúan, dialogan, se interpelan y al intersubjetivar aprenden diferentes aprendizajes en un marco de relaciones asimétricas derivada de posiciones de clase, raza, sexo y género, pero donde el estado debe actuar con los mecanismos de ley, de estructuras operativas, de diseño de política pública para que la comunidad y sus integrantes puedan generar condiciones para tener voz, poder y valor, es decir, equifonía, equipotencia y equivalencia.
La importancia es trabajar en una persona no solo desde el conocimiento como ser humano, sino como persona social y persona planetaria al ser género humano, ya que nos encontramos en todo el mundo; se requiere de un ser humano, persona, ciudadano, sujeto social que no es antropocéntrico, un ser humano que pone la vida al centro y desde ahí construye sus posiciones, porque al hablar de la vida al centro se localizan los seres vivos: plantas, animales, humanos que en unicidad con el agua, la tierra, el aire y la luz son uno solo, el ecocentrismo, la vida, esa vida que muere tal como lo explica Humberto Maturana, en la Biología del amor.
Por otro lado, la colonización sobre el sexo, el género, en el marco del patriarcado, han generado modelos de masculinidad y feminidad cuyos mandatos generan asimetrías de poder y someten a un binarismo que oprime a otras identidades sexuales; por ello, en la medida en que se impone y legitima un modelo patriarcal, colonial, científico eurocéntrico, homofóbico y racista en la educación (Grosfoguel), se está imponiendo en los cuerpos y mentes un modelo hegemónico de ciudadano, lo cual contradice una vida saludable y el sentido democrático, abierto a la diversidad, incluyente, intercultural y decolonial de una educación que pone en el centro de sus procesos a la vida, y desde su comunidad existe el cuidado de los miembros de la colectividad. Por ello, la importancia de una educación científica, sexual, laica, que permita el reconocimiento de la diversidad sexual y de identidad de género en que vivimos, no de ahora, sino desde siempre, sino las poblaciones muxes de Oaxaca, desde siempre la identidad de género presente en las poblaciones originarias, como el Berdache (Rita Segato).
De esta manera y con un enfoque de giro decolonial, se llevaron a cabo acciones para la información y formación de personal institucional del Instituto de Educación Media Superior y Superior, que ha permitido qué éstos adquieran herramientas para conocer de diversos temas que nos interpelan: la importancia del enfoque diferencial destacando la opresión, el racismo, las ideologías y la violencia contra cuerpos armados sobre la jerarquía racial; de igual manera se abordan los temas de la Dignidad Humana y los bloques de los derechos humanos (igualdad, libertad, seguridad jurídica, seguridad social, derechos políticos, derechos de propiedad); así como la transversalidad, para el cumplimiento de los derechos humanos, libertades y la dignidad humana, en donde se abordan los temas de perspectiva de las infancias o de brecha generacional, igualdad sustantiva y no discriminación, interculturalidad, resolución de conflictos y cultura de paz, sostenibilidad.De esta manera, tanto, quien esto escribe y en colaboración Claudia Boyso desarrollaron los temas que permiten la comprensión de la complejidad con la cual se revisan y la manera en como a partir de procesos holísticos, sistémicos e interdependientes estamos desarrollando acciones para lograr motivar, sensibilizar y proceder a procesos de inclusión y respeto a la dignidad humana del sujeto de derecho a la educación.