Frente a las necesidades de generar empleo ingreso por parte de las familias más vulneradas en un mercado de trabajo contraído por la situación económica del país, el mundo y la pandemia del Covid-19, pero también por el desplazamiento de la fuerza de trabajo derivado de la mecanización de la producción, diversos grupos sociales se encuentran realizando distintas estrategias para paliar las necesidades básicas de la población y sus familias.

Existen diversos modelos económicos para evitar en lo posible pasar por el mercado del modelo económico Neoliberal que ha contraído las fuentes de empleo ingreso; la diversidad de economías solidarias surgieron siglos atrás, y se conocen las primeras experiencias de economía solidaria o social, por medio de las mutualidades de trabajadores, y estas impulsaron años después a las sociedad cooperativas y asociaciones de servicios comunitarios de todo tipo, sin olvidar las actividades del trueque, pequeñas cajas de ahorro y préstamo.

En este sentido se llevó a cabo  el Panel “Economía social y comunitaria”, organizada por diferentes instituciones públicas y académicas  y organizaciones de la sociedad civil, disertando María del Refugio Ramírez Fernández y Salatiel Ávila Serrato, ambos doctores del Instituto Universitario de Puebla, quienes ofrecieron elementos para posicionar la importancia de una economía solidaria.

En sus comentarios María del Refugio Ramírez expreso: “todo ser humano tiene necesidades que cubrir y las básicas o fundamentales son: comida, vestido y vivienda. Necesidades que no están cubiertas porque quien se encarga de producir son los dueños de los medios de producción  y de los servicios y ellos no están interesados en cubrir estas necesidades antes bien de crearnos nuevas necesidades, y finalmente son los que dictan que comer, que vestir, donde vivir, siempre y cuando tengas dinero para pagar.

Los seres humanos solo pueden vender su intelecto, fuerza y creatividad, por lo que recibirán un salario mínimo, el cual se usa para consumir la producción de los capitalistas. Pero esta producción es salvaje, porque se dispone de todos los recursos naturales que son finitos y no infinitos.

El trabajar en económicas sociales y comunitarias implica que haya relaciones de solidaridad y confianza espíritu comunitario y participación en la sociedad fortaleciendo procesos de amor.

Por su parte Salatiel Ávila enfatizo que  La economía social solidaria; es la correspondencia a la nueva disertación sobre los mecanismos globalizantes emancipadores, es decir el involucrar nuevos paradigmas de acción social, corresponderá al establecer el núcleo correcto entre fuerza de trabajo, producción, disponibilidad y consumo, que corresponda hacia los usos y costumbres regionalizados de cada comunidad.

La actualidad no solo es un amplio panorama de la relación entre economía y consumo referente al bienestar alimentario y social, el enfoque histórico ofrece un amplio criterio de incremento en su producción agrícola e industrial con una clara desigualdad de aprovechamiento y disponibilidad para toda la sociedad.

El pensar en esta nueva reestructuración basada en la complejidad social y no en la introducción de políticas públicas que conllevan al hiper consumismo, podremos afianzar e interiorizar mecanismos opositores a las medidas neoliberales y, así, verdaderamente lograr el éxito del bienestar en los ejes sociales, de salud y  economía.

A partir de la llegada del Neoliberalismo en los años ochenta surgen y se propagan innumerables prácticas de colaboración solidaria, entre ellas la renovación de la autogestión de empresas por parte de los trabajadores, es decir el comercio con justicia y solidario; las organizaciones solidarias, la agricultura ecológica, el consumo responsable o crítico y el consumo solidario, los sistemas de microcréditos, y estas se encuentran articuladas a procesos de consumo, comercio, servicios, producción y crédito.

No obstante expresiones más pequeñas de esfuerzos solidarios  se continúan organizando a partir de la producción en talleres familiares de bisutería, perfumería, y otros materiales y productos hechos en casa, que generan nuevas estrategias donde ponderan a otros actores, sujetos sociales, instituciones y mecanismos para la distribución y venta al menudeo y que beneficia a los consumidores.

La economía solidaria no es una ficción, al contrario encuentra su fuerza en diferentes expresiones como el  Tianguis mensual de Pátzcuaro, con sede en la Isla de Uranden, o bien, hoy más participativos  en la Piedad a través de una importante organización cultural que promueve los valores del respeto y la dignidad y el reconocimiento al arte como mecanismo para impulsar la cohesión social y ello ha permitido organizar acciones de tianguis artesanales y los ya más famosos mercaditos artesanales. 

Aquí en Morelia, desde ya varios años,  el Tianguis Artesanal, así como los tianguis o mercado de productos orgánicos que se ha presentado en la explanada del teatro de la Facultad de Derecho, y que continúan trabajando a favor de fortalecer las unidades económicas familiares que preparar bienes y servicios, así como productos para la venta a precios competitivos para las familias morelianas.

El Tianguis Artesanal de Morelia, su estrategia ha venido logrando procesos de integración de distintos grupos sociales para el encuentro de voluntades, es decir, de aquellos que producen bienes y servicios para la venta en la economía social y aquellos que buscan de productos orgánicos preparados por familias, que generan empleo ingreso en sus hogares.

Las experiencias de estos procesos de Tianguis, Mercaditos, Trueque (principalmente en Cuanajo, en Uruapan, en Angahuan, o bien en la Piedad con Cielito Lindo), en general ofrecen servicios de yoga, masajes y, sonoterapia; así  como diversos stands que ofertan plantas, gastronomía, jabones y cremas de tocador, productos elaborados de manera orgánica, maquillajes, bisutería, artesanías y regalos. Desde luego para las mascotas también se presentan productos y servicios.

Con la participación de diversas organizaciones de la sociedad civil como CADNE, la Asociación de Sordos de Michoacán, IAP, Ángel de Corazón porque me nace ayudar, A.C., la Asociación de Interpretes de Lengua de Señas Mexicana, Por amor a mi tierra Apatzingán, el Ayuntamiento de Apatzingán, la Unidad de Derechos Humanos del Gobierno del Estado, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, las Bordadoras de Pátzcuaro, así como la Universidad de la Ciénega de Michoacán de Ocampo  y el Instituto Universitario de Puebla, campus Morelia.