Reflexión dominical
Del 11 al 21 de septiembre, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y diferentes organizaciones de la sociedad civil y estructuras operativas públicas llevaremos a cabo diferentes eventos para conmemorar el Día de la Paz; entre ellas se estarán hermanado niños, niñas y adolescentes de la Ciudad de México, Michoacán, y Estado de México para hablar de actos que permiten la resolución de conflictos.
De igual manera se llevará a cabo un acto público, en donde las organizaciones de la sociedad civil reconocerán los trabajos que realizan diferentes personas a favor de la Paz, este acto será en la ciudad de Morelia. También se acompañaran de actividades relacionadas con difusión en medios de comunicación y notas informativas sobre la paz. La mejor manera de impulsar los reconocimientos sociales como Embajador de la Paz, es dando sentido y en congruencia el trabajo en la interacción con los miembros de la sociedad.
Hoy iniciamos en este primer día, con esta nota reflexiva sobre lo que aspiramos a que sea la base para la Paz; duele como sociedad las asimetrías de poder, la pobreza, la desigualdad social, los mecanismos de opresión por el género, la sexualidad, la raza y la clase social. Pero sobre todo la corrupción y la impunidad que aún se vive, y claro los otros problemas que ya menciona la Agenda 2030 de la ONU.
Cuando hablamos de Paz, no es solo plantearnos la ausencia de la violencia, es más que eso, es avanzar en la posibilidad de atender la participación de la ciudadanía, de las personas, es que el Estado mexicano sea garante de los derechos humanos y libertades, es avanzar en evitar la violencia física, estructural, invisible.
Cada ocasión que escuchamos la palabra Paz, comprendemos que en ella está la humanidad, estamos nosotros, ustedes, estamos los seres vivos estoy yo. Necesitamos de aquellas palabras que abracen a todos, a todas, necesitamos de las palabras que unan a la humanidad, de esas palabras que suenen fuerte como el amor, o bien la solidaridad que esta expresada en documentos jurídicos internacionales y regionales como la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; pero también la virtud de la compasión y la sensatez, el mismo concepto dinámico de la Paz.
Leonado Boff, nos habla de lo inhumano, de las tragedias en que vive el ser humano; pero nos dice que ello, no permite ver la luz de lo verdaderamente humano que puede habitar en cada ser, más allá de la diferencia jerárquica de raza, ideología, clase, religión, genero, sexualidad. “Lo humano en nosotros hace que juntos lloremos, juntos nos enjuguemos las lágrimas, juntos oremos, juntos busquemos la justicia, juntos construyamos la paz y juntos renunciemos a la venganza” expresa Boff.
No será el odio el que permita avanzar a la sociedad; las ideologías misóginas, machistas, racistas, homófobas, xenófobas y clasistas deben dar paso al diálogo de las diferencias, el diálogo es incansable, tomar acuerdos para evitar el dolor social dan base al proyecto de Paz social.
La Agenda 2030 los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU, es importante conocerlos y son fundamentales para erradicar los 17 grandes problemas de la humanidad y del planeta, requerimos de impulsar nuevas formas de pensar como expresa Boaventura de Sousa Santos para la necesaria convivencia humana, que de manera horizontal constituye la vida, el ser vivo, que igualmente nos obliga a pensar en Pachamama y Gaia que es nuestra casa y hogar común de los seres vivos, de los humano y lo que no es humano, y de todos aquellos elementos que permiten la vida: el agua, la tierra, el aire y la luz.
Para impulsar este esfuerzo planetario parece ser que tenemos que abolir las palabras que generan mayor encono: envidia, enemigo, violencia, discriminación, avaricia; la falta de diálogo y de acercamiento entre la humanidad no permite avanzar para conocernos, aceptarnos, respetarnos, amarnos, es decir, sustituir aquellas palabras para transitar a otras con una carga positiva como cuidarnos, pero cuidarnos nos plantea arribar a lo que tanto hemos soñado como utopía (La utopia de Tomas Moro), a la convivencia para la paz, a ser solidario con el otro, a avanzar en la justicia, a la equidad, a respetar y saber cuidar a Pachamama y Gaia como un bien holístico y sistémico.
En alguna colonia de Morelia, (sin precisar cuál para evitar estigmatizar) me expresaban que deseaban caminar por la noche con seguridad, y es que transitan después de salir de trabajar para ir a sus hogares con miedo a ser asaltados; conversando con un legislador federal comentábamos que era importante cuidarnos, pero que ese cuidado debe de ser acompañado de la justicia necesaria, por la atención a las necesidades básicas de los grupos en condiciones de vulnerabilidad, por lo que se hace necesario hacer presente el esfuerzo de dotar a la población de una educación de calidad, hospitales, seguridad y espacios para la convivencia, de la cultura y desde luego de dar la atención al ocio.
Es decir, en palabras de Leonardo Boff, pero también de Johan Galtung, para gozar de la Paz requerimos de impulsar la solidaridad, el respeto a la madre tierra, y desde luego a la humanidad y a los seres vivos precisaría Maturana en su teoría de la Biología del amor.