Poder y dinero
“Especie Humana VII: Poder y Riqueza IV”
“La publicidad es el arte de convencer a gente para que gaste el dinero que no tiene en cosas que no necesita”. Will Rogers, Humorista.
Parece que la publicidad no tiene buena imagen, pues se le percibe como el arte del engaño y pilar del inmoral modelo neoliberal orientado al consumo: “La publicidad es una sarta permanente de promesas y juramentos al consumidor”. Fernando Savater, Filósofo.
Con citas y parafraseando a Noam Chomsky, terminamos con los últimos dos principios de diez, de La concentración del poder y la riqueza. Los primeros ocho se encuentran en artículos anteriores:
9- Fabricar el consentimiento. «Desde hace un siglo quedaba claro que no iba a ser sencillo controlar a la gente por la fuerza, ya se habían ganado muchas libertades. Para controlar a la gente había que hacerlo ejerciendo un control sobre sus creencias y actitudes, y una de las mejores formas de lograrlo como lo expresó el economista político Thorstein Veblen fue “fabricando consumidores”. Si puedes fabricar deseos, quedarán atrapados en el rol de consumidor.
Walter Lippmann, en uno de sus ensayos expresó: “El público debe ser puesto en su lugar… para que los hombres responsables puedan tomar decisiones sin la interferencia del rebaño desorientado. Estos deben ser espectadores y no participantes, así se logra que una democracia funcione correctamente”. La industria de la publicidad y las relaciones públicas crecieron con este objetivo: fabricar consumidores».
Querer ir a la plaza a dar vuelta es un reflejo del éxito que se ha tenido al respecto… ¿por qué no querer ir al parque, o alguna otra actividad que no implique “consumir”?
«La idea es tratar de controlar a todo el mundo, el sistema perfecto sería una sociedad basada en una díada, una pareja de dos cosas estrechamente vinculadas entre sí, por ejemplo: tú y la TV, o tú y el teléfono inteligente, o tú y el internet, que te presentan cuál sería la “vida correcta” y “qué objetos y objetivos debes de tener”. El mecanismo común es manipular y sobrevender la realidad haciéndola ver idílica».
La manipulación publicitaria y de mercadotecnia no sólo vende productos, servicios y es parte fundamental de las campañas electorales. También busca el adoctrinamiento y condicionamiento en la forma como vivimos y nos relacionamos, y eventualmente por ignorancia, terminamos aceptando situaciones y/o eventos como “normales” o como parte de nuestra cultura y tradiciones. Para muestra, solo hay que observar de cerca festejos como La Navidad, supuesta tradición religiosa que hoy tiene como protagonista a un Santa Claus diseñado por Haddon Sundblom para Coca-Cola en 1931, o Halloween, celebración católica originaria de Reino Unido (aunque creemos que es de Estados Unidos), “All Hallows’ Eve”, lo que se traduciría como víspera de todos los santos, en honor de los que no aparecen en santorales o no se conoce su nombre; hoy, es una fiesta de sustos, disfraces y dulces que, por transculturización y mercadotecnia terminamos festejando en México… Ambas, adecuadas para generar consumo y gasto, cosa de ver las fechas en que aparecen los productos temáticos en las tiendas… del “Buen Fin”, ya ni hablemos.
10- Marginar a la población. «Martin Giles, un científico político, sacó un estudio sobre la relación entre las actitudes públicas y las políticas públicas. Muestra que cerca del 70% de la población no ejerce ninguna influencia sobre las políticas… y la población lo sabe. El resultado, es una población que está molesta, frustrada y que odia las instituciones; esto genera un activismo social disperso y lleno de ira que termina enfrentando a los unos con los otros, corroyendo las relaciones sociales. Pero éste es el objetivo (dividir): que la gente se odie, tenga miedo de los otros, se valga por sí misma y que no haga nada por alguien».
Vivir bajo un sistema en donde tu pérdida es mi ganancia, no sólo nos divide, con el tiempo, ha ido disolviendo nuestra naturaleza humana empática y compasiva, mientras tanto, les enseñamos equivocadamente a nuestros hijos a competir y ganar, porque ya nos creemos el adoctrinamiento: “que para sobrevivir hay que vencer”, siendo la actitud opuesta: la colaboración humana como seres sociales, la única forma que tendremos para sobrevivir en el futuro… Así de sencillo.
Recuerda, si quieres que escribamos sobre una situación o tema en particular, escríbenos a: [email protected]
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores