Diálogo/Mateo Calvillo

He escuchado un poco más cerca la conversación de algunos grupos políticos.

Están demasiado emocionados, prendidos, totalmente metidos en sus proyectos, sus metas y todas las actividades para triunfar, en su  mundo. Han  perdido piso.

Se elevan, se desprenden del mundo de la realidad de las mayorías de mexicanos y de los problemas que enfrenta.

Viven en su propia realidad online, es decir, onpolitics. Viven en su burbuja como en un mundillo coloreado y agitado.

Queda de manifiesto y se afirma la gran brecha que existe entre la clase dirigente y el pueblo.

Es claro que están ciegos y sordos a las voces de los mexicanos, totalmente endurecidos ante sus problemas, han levantado muros.

Proclaman por todas partes que todo está muy bien. Claro está, ven su realidad de privilegiados, ellos viven en condiciones de primer mundo.

Enarbolan los mejores proyectos, ellos van hacer un mundo perfecto. Claro está, para ellos, para esa casta de privilegiados que vive muy por encima del pueblo.

¿Nos van arrastrar a los millones de mexicanos en su juego de fantasías y en su retórica de sofistas que promete hacer advenir el mundo soñado, claro está de la casta de privilegiados?

Pretenden ser serios, fijan estrategias y crean parafernalias para realizar campañas políticas. Ante la población pretenden ser honestos pero se mueven en el reino de la mentira y todo es un teatro, en realidad buscan otros fines: mantenerse en el poder con la legitimación del pueblo votante. Ese es el país, “el destino que México se merece”, el país de inversiones y logros, el país de felicidad que ofrecen a México. “México” quiere decir su partido, su persona .

Ya nadie cree en sus discursos ni en sus promesas, de su pasión por México, de su deseo de sacrificarse por el bien de todos.

Hay una masa de mexicanos, millones y millones, la mayoría de  personas débiles por su escasa formación e información, en ella se apoya para triunfar en las elecciones. En ellos se apoyan para vencer porque son la mayoría a quienes pueden comprar con cuentitas de vidrio.

Si votaran sólo mexicanos intelectuales, formados, quienes por su preparación tienen criterio y formación, el resultado de las elecciones sería otro. El estilo de las campañas sería muy diferente.

¿Qué podemos hacer ante este teatro gigantesco e invencible, como tsunami? La avalancha aparece imposible, pero, como seres espirituales, imágenes de Dios, no estamos vencidos. Hay que extraer, no sé de dónde las fuerzas para ir a contracorriente para luchar contra quienes tienen el poder y el dinero.

Tenemos las armas, las plataformas que ellos no manejan, el arsenal del espíritu, la capacidad de optar por el respeto a la persona, el bien común, la verdad, la justicia, tenemos valores morales y principios. Hay que empoderar al pueblo, darle el sentido de su dignidad y despertar sus energías espirituales para ejercer su soberanía. El poder viene de Dios que, en la democracia, lo deposita en el pueblo.

Hay que establecer la plataforma de la verdad, hay que rescatar ese valor.

Es fundamental conocer la verdad del partido, su coherencia sus realizaciones, investigar sus logros en el pasado. si no quieres que el partido repita no votes por su candidato. Ahora Meade no puede ganar sin el PRI, después no podrá gobernar sin el PRI. Este partido deja  endeudamiento, violencia, inflación, corrupción y descomposición social.

También hay que conocer su mentira histórica de los partidos, sus traiciones, el terrible daño que han hecho a un pueblo muy rico en su recursos físicos y espirituales.

No hay que perder de vista a los partidos ni a los candidatos, atentos a su retórica amañada, a sus promesas que en lo pasado no han cumplido. la respuesta a los regalitos debiera ser la indignación y el rechazo.

La clase política quiere reinar sobre México, es un imperativo categórico, urgente liberar a México de esos usurpadores.

En una situación tenebrosa, imposible, surge una gran luz. Tú puedes enderezar el rumbo de este mundo de corrupción tienes el botón mágico de tu voto. Aplica la regla de tres: prepárate a votar con conocimiento de causa y con información, no cambies tu voto por regalitos, vota, es un pecado grave no votar.