Deporte Rey

Las obras quedan, la gente se va…la trascendencia de la LMP

Una de las canciones de Julio Iglesias que más me emociona, que me provoca melancolía es “La vida sigue igual” que en síntesis nos dice que al final “las obras quedan las gentes se van…otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual”.
Y lo encuadro por lo que es y representa una gran institución que tanto bien hace a México como es la Liga Mexicana del Pacífico, echa por grandes hombres que tejieron sueños y unieron esfuerzos por generaciones con trabajo de décadas a fin de que millones de mexicanos tengamos hoy un espacio para disfrutar la vida con un espectáculo como lo permite el beisbol, el buen beisbol.
“Unos que nacen otros morirán, unos que ríen otros llorarán, aguas sin cauces ríos sin mar, penas y glorias, guerras y paz”…
Cuando pasan por la vida personajes como Arcadio Valenzuela, Juan Manuel Ley, Horacio “Macacho” López Díaz, emprendedores con quienes los amantes del mundo beisbolero estaremos en eterna deuda, nos lleva a la reflexión sobre la grandeza de estos mexicanos que coincidieron en la vida para hacer una obra monumental que nos dejan como legado.
Y en ese tiempo y espacio, surgieron deportistas con hambre de trascender que se convertirían en nuestros héroes y ejemplos para imitar, como un Héctor Espino -el mejor pelotero en la historia de México-, un htVicente “Huevo” Romo, un Ronaldo “Ronnie” Camacho, un Sergio “Kalimán” Robles, un Celerino Sánchez, un Erubiel Durazo, un Pepe Peña, un Aurelio Rodríguez, y después un Fernando “Toro” Valenzuela, pues qué bonito tiempo nos tocó vivir.

NACIÓ CHIQUITA Y SE HIZO GRANDE

Pues bien, la obra de estos mexicanos de excepción fue festejada el pasado lunes a lo grande en el patio central del Hospicio Cabañas que está en el corazón de Guadalajara, al cumplirse 75 años del nacimiento de lo que hoy conocemos como Liga Mexicana del Pacífico, pero que nace como Liga de Sonora, chiquita pero que en un proceso como es el que nos marca la vida, se fue desarrollando, fue creciendo, para convertirse luego en Liga Invernal Sonora-Sinaloa y después Liga Mexicana del Pacífico y que en un futuro puede ser Liga Premier de México, con la integración de otras ciudades como lo ha hecho Monterrey, y que bien podría unirse Mérida, Ciudad de México, por señalar algunas.
Y en esta nueva etapa han coincidido un gran articulador e innovador como es el actual Presidente de la Liga Mexicana del Pacífico, Omar Canizales, que ha logrado conjuntar una visión empresarial con los dueños de los equipos de la Liga Mexicana del Pacífico, quienes unidos con todas y las diferencias que puedan presentarse entre hombres pensantes y capitanes de empresas, han estado a la altura de las circunstancias para que aquello que hoy administran, no solo goce de cabal salud, sino que sus raíces tengan mayor fortaleza y sus frutos sean más abundantes.
Vaya, la calidad de los estadios que hoy disfrutamos los aficionados y que permite, además de comodidad para la gente, que el espectáculo sea de primerísima, no se hubiera logrado sin el trabajo de Omar y de los presidentes y dueños de los equipos, con la sensibilidad también de los hombres de gobierno que sin mezquindad han apoyado este espectáculo tan necesario en la construcción del tejido social.
Y se conjunta este 75 aniversario de fundación de la Liga Mexicana del Pacífico, la mejor liga de México y una de las mejores del mundo, junto con la Liga Japonesa y la Liga Coreana (claro, la meca es Estados Unidos y las Grandes Ligas), con el Campeonato de Charros de Jalisco que otros soñadores como son Salvador Quirarte y Armando Navarro hicieron realidad, el traer el beisbol profesional a Jalisco, corriendo todos los riesgos que entrar a una empresa deportiva como es un equipo profesional, con los costos y riesgos que ello implica.
¡Qué escenario tan bello de este magno evento!, como es el Patio Central del Hospicio Cabañas, una obra arquitectónica centenaria y que es patrimonio de la humanidad. Explendoroso resultó el evento en el que además estuvieron presentes los héroes aztecas del beisbol de hoy que triunfan en la meca del rey de los deportes, como son las Grandes Ligas. A la cita acudieron las estrellas de hoy y las estrellas de ayer. Vimos a un Roberto “Chufito” Osuna y a José Urquidy, quienes apenas días atrás libraban guerras deportivas ante los ojos de millones de personas del mundo en la Serie Mundial, cuyas actuaciones nos llenaron de orgullo.
Allí también se dejó ver Sergio Romo con su estilo pícaro que muestra su talante de ver la vida siempre con humor, conviviendo con las estrellas de dos épocas. Estuvo Andrés Muñoz que forma parte ya del equipo de Padres de san Diego.
Y qué bueno, que se haya reconocido a grandes peloteros que siguen con vida, las estrellas del beisbol, como Vicente “Huevo” Romo, Ronaldo “Ronnie” Camacho, José “Peluche” Peña, Erubiel Durazo, Juan Carlos “Canelo” Canizales, que allí recibieron su trofeo.
Quienes saben de esto señalan que es el mejor y más lucido evento en la historia moderna del beisbol de México y el gran mérito lo tiene el presidente de la LMP, Omar Canizales junto con los directivos de Charros de Jalisco, el equipo campeón actual, con la jefatura de Salvador Quirarte y Armando Navarro, quienes ofrecieron lo mejor para que el festejo del 75 aniversario de la Liga Invernal Mexicana.
“Siempre hay por quien vivir, por qué luchar, al final las obras quedan la gente se va, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual