Última llamada
Deconstrucción del mandato de masculinidad.
Gerardo A. Herrera Pérez
En el marco de las fiestas de octubre de Apatzingán 2020, se llevaron a cabo diferentes conferencias programadas en el bando municipal, entre ellas, “Deconstruyendo el mandato de masculinidad: una visión desde lo público”, impartida por personal institucional del Órgano Autónomo de los Derechos Humanos. La conferencia fue impartida en tres ocasiones: la primera, para servidores públicos; la segunda, para jóvenes y; la tercera, para maestros, directivos y cadetes del Instituto Estatal de Estudios Superiores en Seguridad y Profesionalización Policial del Estado de Michoacán.El encuadre de la conferencia aborda cuatro contenidos: aspectos históricos, teóricos y conceptuales, perfiles de la masculinidad, procesos para impulsar transformaciones de la masculinidad. A continuación expreso algunos de los comentarios vertidos durante las tres conferencias.
Hacer un análisis sobre la masculinidad, te lleva a reflexionar sobre qué es hombre, qué es identidad, pero hay un tercer elemento que permite mover del tablero las piezas de la masculinidad, cuando hablamos de la subjetividad, es decir, puedo analizar el cuerpo de un hombre cisgénero o transgénero, a partir de buscar las formas y modalidades en que el hombre se relaciona consigo mismo, ese diálogo permanente con él mismo que permite modificar actitudes, sentimientos y formas de comportamiento. Es en esta relación en la cual el sujeto se constituye y se reconoce como hombre, como sujeto, como masculino o no.
Debemos abordar una pregunta clave, como seguramente se la hizo en su momento Michel Foucault: qué problematiza el hombre en cada sociedad, en un momento determinado?, y es importante hacerla, tropicalizando el tema, porque el hombre en Michoacán, durante los años sesenta del siglo XX, es diferente al hombre de las comunidades indígenas, o de las comunidades rurales, de este mismo periodo, como seguramente será diferente en estos tiempos posmodernos, tanto aquellos que viven en Morelia, como aquellos que viven en zonas rurales o de los pueblos y comunidades indígenas; no hay homogenización.
Los hombres en el tiempo y espacio que viven conocerán las formas de organización social y cultural de su comunidad, también sabrán de la normatividad que deben cumplir en el ejercicio de legitimar su presencia en dicho espacio y será este entrecruzamiento que le permita producir una subjetividad específica para cada espacio y tiempo en el que se viva.
La subjetividad del sujeto le permite estar sometido y controlado por su propia conciencia y el autoconocimiento. Por ello, las masculinidades no pueden ser ni homogéneas, muchos menos estáticas. Las masculinidades se mueven al ritmo que se mueve el consumo, la cultura. Las masculinidades ejercen su poderío a partir de los procesos culturales que se generan en tiempo y espacio.
Las tareas para deconstruir el mandato de la masculinidad está posicionado en los procesos educativos, en la educación para los menores de edad, y en la reeducación para los adultos. Es importante coadyuvar a procesos de pensarnos, despensarnos y repensarnos para cumplir con los propósitos de masculinidades alternativas.
Pero igualmente se requiere impulsar acciones para la cohesión social, que requieren las masculinidades hegemónicas, subordinadas, alternas, y liquidas de diferentes espacios sociales. Y es que cuando hablamos de cohesión social, requerimos que se comprometan en este proceso la familia, los vecinos, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones y todo aquel agente social que pueda incidir en mantener interacciones sanas y de inclusión social.
Se requerirá de impulsar acciones para fortalecer la confianza en la familia, es decir que las personas en general cumplen con las obligaciones, acuerdos establecidos y los demás lo apoyaran si lo necesita. Se requerirán de los valores compartidos: conjunto de principios y motivaciones generales que orientan los juicios, actitudes y comportamientos de los individuos; y se expresan en los valores de solidaridad, Cooperación, altruismo y tolerancia, nada sencillo frente a este modelo económico que nos hace individuales y libertarios, pero se requiere de caminar y construir.
Pero además, se requiere del sentido de pertenencia: Identificación social con la familia, la colonia, la ciudad, se requiere pues del sentido de integración, la percepción de otros miembros de la colectividad sobre él ego. Sentido de comunidad, esto es, el involucramiento en los proyectos de la comunidad; por ello, trabajar de manera colectiva ayuda a la comprensión de la problemática y la definición del por dónde habría de caminarse para la transformación.
Durante las tres sesiones de disertación, tuvimos la oportunidad de hospedar en la sala de la plataforma digital al señor presidente municipal José Luis Cruz Lucatero, así como a la señora Minerva Guizar Brito, presidenta del Dif Municipal. Así como de la presencia de la directora de la Instancia de la Mujer Endi Herrera durante el trabajo de presentación; se destaca igualmente la presencia del Jefe Regional de Apatzingán Marco Antonio González Mendoza, Francisco Montelongo, Director de Ferias así como el doctor Noé Jaimes, Jefe de la Jurisdicción Sanitaria; así como de la presidenta de la organización Por amor a mi tierra Apatzingán, OBC.