En un acto que no tiene precedente, jueces y magistrados se manifestaron contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien acusan de intromisión en el Poder Judicial y de mentir sobre los sueldos que perciben.


Para el Presidente López Obrador, los salarios de los altos funcionarios en el país son excesivos, especialmente el de los magistrados integrantes del Poder Judicial, de quien asegura ganan 600 mil pesos mensuales.


Los afectados, aseguran que los Senadores de Morena, buscan una clara intromisión contra el Poder Judicial de la Federación al que buscan debilitar, según ellos, dejando a un lado el contrapeso que debe existir entre los Poderes de la Unión.


Ante la grave acusación, el Presidente, simplemente les respondió que serán los Diputados quienes decidan definitivamente la baja de los salarios y que los funcionarios que no están de acuerdo en que se reduzca su salario, están en su derecho, pero que será el Congreso quien tiene la atribución constitucional al respecto.


En una guerra no declarada, pero visible por todos, los magistrados aseguran que una democracia fortalecida, no caben jueces dóciles, al servicio de nadie y que en el fondo, lo que el nuevo régimen desea es debilitar el sistema de frenos y contrapesos de nuestra democracia.


Por supuesto ya han surgido voces de apoyo al presidente López Obrador, como es el caso de la bancada de Morena en el Senado que impugnará la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de congelar la Ley Federal de Remuneraciones de Servidores Públicos.

Pero estos enfrentamientos, independientemente de quien tenga la razón, debe preocuparnos a los mexicanos, porque para que la democracia sea una realidad, la división de poderes es indispensable, por lo que resulta un retroceso inaceptable, que uno de ellos intente subordinar a los otros.


Todos esperamos que las partes acaten las resoluciones de la Corte y que en el futuro su relación sea de cordialidad y respeto, por el bien de la Federación y por el bien de México.