Coronavirus y economía: los cuidados en crisis.

Gerardo A. Herrera Pérez.

Se lleva a cabo el Congreso Virtual Internacional, organizado por la Federación Mexicana de Colegios De enfermería A.C., en acompañamiento de diferentes organizaciones internacionales de enfermería para abordar el tema “La enfermería mundial y los derechos humanos en época del Covid-19, participando diversos profesionales de la enfermería de los países de Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador,  México, Paraguay, República Dominicana, Panamá, Guatemala y Perú.

Durante dos días 14 y 15 de enero, distintos disertantes y temas han sido expuestos para tocar de manera holística y sistémica la problemática por la que atraviesan la economía y en general la economía de cuidados durante la cuarentena de  la pandemia por Covid-19, destacando los temas: Estrategias para mejorar las condiciones económicas, sociales y laborales de los profesionales de enfermería; Fortalezas desarrollas por los profesionales de la enfermería ante el Covid-19; Covid-19 y economía, los cuidados en crisis; Retos en la formación de recursos humanos en enfermería ocasionados por la pandemia del Covid-19; Los derechos humanos y el personal de salud.

Cada uno de los formatos académicos utilizados; disertaciones magistrales, mesas redondas, panel, se integraron por profesionales de diferentes países, que evidenciaron los aciertos, las fortalezas, pero también los conflictos y la crisis de salud que se vive en tiempos Covid-19.

Con relación al tema: Covid-19 y economía, los cuidados en crisis, que tocó abordarlo al director general de la Sede Fundación El Sol, en México, quien planteó su reflexión sobre cuatro aspectos: a) conceptos: Neoliberalismo, Crisis, Pandemia, Patriarcado y Mercado, precisando cada uno de ellos para la disertación; b) se abordó el tema del Estado maternal, de las políticas publicas feminizadas, y los recursos de medicina crítica y la bioética, así como  la cuestión de la vacuna y sus prioridades en el marco bioético.

Como tercer aspecto, se reflexionó sobre las cuestiones relacionadas con la economía del cuidado, resaltando los siguientes comentarios, que están sustentados en las posiciones teóricas de Natalia Quiroga Díaz, quien expresa que la hegemonía liberal  ha generado un nivel de desprotección social de carácter planetario; la red de hospitales actuales, construidos en la época del desarrollismo, no respondió a las dinámicas de crecimiento poblacional; hoy se encuentran en crisis, que se evidencian a través de los medios de comunicación.

El Neoliberalismo, naturaliza la desigualdad que se expresa en los cuidados de la vida, cada hogar tiene los cuidados que puede pagar (la pobreza tiene pocas posibilidades), y con ello se explica la incapacidad institucional de los Estados para contener una epidemia que no distingue entre centros y periferias, entre pobres y ricos, por género, por raza, por clase, por sexo, por discapacidad, por color de piel, por edad, por dogma.

La pandemia muestra los límites de la economía patriarcal, en donde los trabajos domésticos del hogar y el trabajo no remunerado de las mujeres están al límite. En esta pandemia cuando las mujeres se enferman, y el sistema de salud colapsa, y es que las mujeres también contraen el Covid-19, situación que pone en riesgo el modelo de acumulación de capital, si las mujeres están en riesgo o enferman, la economía financiera, por más especulación que realice no se puede sostener.

La crisis de salud, impone revalorar la vida, sin vida, y sin la vida de las mujeres, no hay forma de que la economía funcione y se sostenga, cuando millones de mujeres y personas se encuentran en riesgo; esta misma situación la he manifestado cuando se habla de las luchas sociales, donde la lucha por la vida es fundamental.

La crisis que se vive, es una crisis de mercantilización de los espacios de lo público, común y lo solidario, mientras los supermercados aumentan sus ventas por el miedo, los espacios públicos, como los mercados, plazas y tianguis, se encuentran con poca gente, y con problemas de donde hacer llegar sus productos; ello, nos permite identificar varias cuestiones, la primera es que los monopolios y quienes controlan el comercio han incrementado sus ganancias, en tanto que las economías solidarias no pueden colocar sus productos.

Las economías solidarias no cuentan con fuentes de acumulación y dependen del flujo diario, en contrario con los almacenes, que generan los mecanismos de control de masas y el pánico para la compra desmedida de productos del mercado de productos de primera necesidad, pero que también incluyen los productos  hedonistas.

Trabajadores y trabajadoras que viven en precariedad, y que pueden perder su ingreso, ponen en riesgo el trabajo de cuidados y doméstico que se encuentra en total desprotección. El Estado debe de diseñar políticas públicas para atender la necesidad de conservar la vida, de apoyar aquellos trabajos que requieren los recursos para vivir.

Es decir, los trabajos no remunerados, precarizados, flexibilizados y asociativo, los no mercantilizados, también requieren de formas de protección. Se trata de reconocer la protección social como un derecho humano,  y no como una condición que se deriva del mundo de los ingresos y los trabajos formalizados.

Por otro lado, para cerrar la disertación se expresó que existe una pedagogía de la pandemia, que nos permita avanzar en la construcción de un mundo mejor, desde la no discriminación por racismo y xenofobia y otras ideologías, hasta el manejo y control de las compras en el mercado hedonista,  la importancia de reconstruir el mandato de masculinidad del patriarcado para evitar la violencia intrafamiliar, entre otras enseñanzas.