Contexto

LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA XCXXXIV… Nuevamente volvió a temblar. Las costosas e inútiles obras de Claudia Sheinbaum.
Como si estuviera escrito o se tratara de un presagio, ayer a las 13:05 horas se activó la alerta sísmica, pues se registró un sismo de magnitud 7.7. De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN) el sismo tuvo una magnitud de 7.4; sin embargo, horas después ajustó la magnitud a 7.7. Llama la atención de que es el tercer temblor de gran magnitud que ocurre en un día 19 de septiembre, tras los registrados en 2017 y 1985, que dejaron graves daños materiales y de pérdidas humanas.
Ahora, cinco años después del sismo de 2017, la tierra se volvió a cimbrar con un sismo. Hasta las 14 horas de ayer se habían registraron 168 réplicas del sismo de magnitud 7.7 ocurrido a 63 km al sur de Coalcomán, Michoacán, la más grande de magnitud 4.1. Lo curioso del caso, es que 45 minutos antes, se efectuó el llamado Simulacro Nacional 2022 en el que sonaron las alarmas sísmicas y la mayoría de los capitalinos salieron a las calles. Muchos automovilistas no respetaron la supuesta emergencia y no pararon. De los 13, 860 altavoces que hay en la capital del país, 123 altavoces no sonaron, informó el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien indicó que hasta ahora no se reportan daños importantes, no obstante, lo anterior, continúan las revisiones de las estructuras y reportes de la ciudadanía.
Sin embargo, en otras entidades, principalmente en Michoacán, Guerrero, Colima y Jalisco, se reportan daños y hasta el fallecimiento de dos personas. Y todo esto se combina con las fuertes lluvias que ha dejado el huracán. Hay otras entidades que también reportaron haber sentido el sismo y están haciendo las evaluaciones. En fin.
Pero ¿Cuál es la probabilidad de qué tiemble en el mismo día y lugar, años después, como en México?
José Luis Mateos, especialista en sistemas complejos del Instituto de Física de la UNAM, sostiene que solo hay una probabilidad por 133, 225. Esto quiere decir que las probabilidades de que esto suceda son de 0.00075 por ciento. “Siempre hay réplicas, pero siempre son de magnitud menor al sismo original. La magnitud disminuye con el tiempo. A esto se le conoce como Ley de Omori en Sismología”, dijo José Luis Mateos.
La Ley Omori, la creó el científico sismólogo japonés Fusakichi Omori quien estableció que la frecuencia de las réplicas disminuye bruscamente por el recíproco de tiempo después del sismo principal y que la probabilidad de que tiemble en el mismo lugar y en determinado tiempo exacto es escasamente probable.
Otros científicos, como Vala Hjorleifsdottir, investigadora islandesa del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estimó que la probabilidad de que se produzca un terremoto el mismo día y con 32 años de diferencia es del 5 por ciento en un país como México donde se registra una media de dos potentes sismos al año con una magnitud superior a 7 en la escala de Richter.
Explicó que la posibilidad de que vuelva a ocurrir otro gran temblor en algún 19 de septiembre en el futuro es “claro que puede pasar y con la misma probabilidad del 5 por ciento”, aunque precisó que estas probabilidades parten de “números muy pequeños” porque no se conocen bien las estadísticas (históricas), aunque precisó que en los últimos 100 años se han registrado más de 50 sismos de magnitud 7 o mayor, “pero también puede que no ocurran”.
Y que, hablando de sismos, hay personas como Claudia Sheinbaum Pardo que, como está en campaña, hace a un lado la llamada “austeridad republicana” y también la “pobreza franciscana” que tanto proclama su guía moral, Andrés Manuel López Obrador en el gobierno federal y ordenó la construcción de una inútil pero majestuoso “Memorial” para las víctimas del colegio Enrique Rébsamen, en Coyoacán y no en Tlalpan, con un costo de más de 120 millones de pesos.
Y es que como en la alcaldía de Tlalpan no pudo concretar esta obra, porque hubo rechazo generalizado de sus habitantes, a causa de las víctimas del terremoto del 19 de septiembre del 2017. En ese tiempo, y bajo recomendación de la Comisión de Derechos Humanos, se dio un pago por concepto de indemnización de 22 millones de pesos a familiares de 16 niños y 7 adultos que entregó la alcaldesa Patricia Aceves. Ahora, si en Tlalpan no se pudo, donde por cierto ocurrió esta desgracia, ¿por qué carajos hacen su inútil y costosísimo bodrio de obra en Coyoacán? ...
Para ello, con la promesa de la remodelación integral de la Alameda del Sur, se construyó el famoso Memorial. Pero esta importante área verde, agoniza, muere lentamente. Sus dos fuentes totalmente abandonadas y semi destruidas. Las canchas de básquetbol también ya desaparecieron para convertirlos en estacionamientos. No hay quien veterinarios que vean por las ardillas y hay solamente ocho jardineros. Mientras que a las familias de las víctimas del colegio Enrique Rébsamen recibieron cómo pago de indemnización 22 millones de pesos, para el Memorial, se destinaron conservadoramente de 120 millones de pesos. Expertos dicen que el costo es mucho mayor. La obra se inició en marzo pasado con un centenar de trabajadores. Y hasta ahora, siguen trabajando, para su inauguración, mientras que vecinos de 28 colonias de Coyoacán esperan el momento para realizar una protesta. En fin, arriba el populismo.
Aunque el Gobierno Federal ha declarado la lucha anticorrupción como una de sus principales banderas, las acciones y resultados para atender un fenómeno complejo han sido insuficientes. Más bien son letra muerta o pura demagogia.
El Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción (IIRCCC) del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara, mostró en un reciente estudio que cuatro de cada 10 pesos en compras públicas se gastaron a través de procedimientos sin competencia: en 2021, 41 por ciento del monto total fue adjudicado directamente y 4 por ciento a través de invitaciones restringidas. Además, las instituciones federales incumplieron las leyes de contrataciones al adjudicar más de 9 mil millones de pesos a proveedores riesgosos como empresas fantasmas, sancionadas y de reciente creación. Por si fuera poco, el 29 por ciento de las instituciones federales aumentaron su puntaje de riesgo de corrupción en las compras públicas respecto a 2020.
Otro estudio reveló que a la mitad del camino en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, con tres años transcurridos es posible identificar las tendencias del actual gobierno y una de las más claras y preocupantes es la falta de políticas públicas y acciones claras para combatir la corrupción, a pesar de haber sido una de sus principales banderas.
López Obrador ha mostrado un triunfalismo que se repite en casi todos los días, en sus intervenciones públicas, de que la corrupción ha quedado erradicada de la vida pública, que ya no hay corrupción, aunque les dé coraje a los “conservadores”; que el presidente no es corrupto y no tolera a los corruptos; que, gracias a la honestidad presidencial y a su ejemplo, todos los vicios del sistema político mexicano han quedado neutralizados; la corrupción ya no se fomenta de arriba para abajo, etc.
Lo cierto es que según prácticamente todas las encuestas especializadas —de percepción ciudadana o de medición de actos de corrupción— señalan que México o bien ha retrocedido o se ha estancado en materia de corrupción e impunidad. Más aún: la política anticorrupción fue reprobada en abril de 2021 por la mayoría de los ciudadanos (59 por ciento) y las expectativas de que siga igual o empeore alcanza el 51 por ciento. Más recientemente, Consulta Mitofsky (enero 2022) publicó que 79 por ciento de la población piensa que hay mucha o regular corrupción y sólo 17 por ciento poco o nada.
Ante los casos de corrupción, la respuesta ha sido la misma: descalificar a los denunciantes, justificar y proteger a los involucrados cercanos al movimiento político que el propio López Obrador encabeza junto con su equipo de gobierno. Ningún corrupto ha pisado las oficinas del Ministerio Público, mucho menos la cárcel. Esa es la honestidad “valiente”.